Un pequeño romance

La película la vi hace muchísimos años, casi, diría que forma parte de las primeras películas que vi en mi vida y quizás por ese valor nostálgico le doy una nota tan alta. Esa historia se grabó a fuego en mi cabeza y siempre quise volver a verla pero ya había olvidado el nombre y no recordaba las caras, mucho menos el director… yo era un niño y aunque me pasaba días mirando la televisión nunca tuve la suerte de recordar como se llamaba ni mucho menos engancharla al azar en la programación de la TV.
Pero hoy, el usuario “amor perro” al que tengo agregado en mis amigos la votó y de curioso me di cuenta de que era la película que tantas veces recordé.
Si alguna vez intenté planear un viaje a Venecia con alguna novia se debe inconscientemente a la influencia de esta película así como también si existe algún rastro de romanticismo en mi personalidad se lo debo a ellas, a la película y a Diane Lane por supuesto.

Aunque puede resultar algo ñoña, la película expone con bastante acierto ese primer amor infantil, aquel en el que las cosas se hacen más por una (mala) intuición que por conocimiento.
Llega a alcanzar un ritmo cercano al género de aventuras e incluso al de la “road-movie” que la hace realmente divertida, gracias a que el relato nos guía a través de los ojos de una niña que lo ve todo por primera vez y que, asombrada por lo que le rodea, desea con todas sus fuerzas seguir con el camino que debe llevarla nada más y nada menos que al famoso puente de los suspiros veneciano.
Esto, unido a un gran elenco de actores, entre ellos una jovencísima Diane Lane, hacen de “Un pequeño romance” un film con aires de nostalgia infantil que hará las delicias, sobre todo, de las mujeres. ¿O me vais a decir que nunca soñasteis con liaros con un chico francés superdotado (mental) que estuviera a vuestros servicio y que hiciera todo lo posible por vuestro amor?

Ay, que mal han hecho estos franceses al macho español…

Una chica americana, llamada Lauren, de unos 14 años que está estudiando en verano en Paris se enamora irremediablemente de un chico francés, llamado Daniel, de su misma edad.

Ella es hija de una mujer rica y él de un taxista vago y perezoso. Pero a pesar de la familia de la que proviene Lauren, ésto no impedirá que la pareja protagonista alcance su peculiar y legendario obejtivo, siempre y gracias a la ayuda del impredicible anciano Julius.

Simpática película sobre romanticismo adolescente, con bellísimas vistas de París, Verona y Venecia, una extraordinaria banda sonora y un siempre sensacional e incansable Laurence Olivier como secundario de lujo, que seguiría actuando en películas hasta el fin de sus días.

Muy recomendable, le pongo un 7'5.

Te encontraras con una historia a lo Romeo y Julieta, pero no es más de lo mismo, está plagado de con un altísimo nivel de coeficiente intelectual, lo que te hará recordar ese gran amor que aún permanece y permanecerá en tu memoria... donde te enamoras desde la primera línea de Lauren, hasta las últimas de Daniel...

Tan sólo por haber dirigido “Dos hombres y un destino” y “El golpe”, George Roy Hill merece estar en la mejor página de los anales del cine. Unos cuantos años después de tocar el cielo con esas portentosas obras maestras, en 1979 estrenó “Un pequeño romance”, una comedia romántica iniciática menor pero que destila encanto y buen gusto. La importancia de Roy Hill es tan inmensa que él mismo se permite en esta cinta auto homenajearse haciendo que los dos niños protagonistas vean en el cine escenas de sus dos grandes obras maestras anteriormente citadas. Sin duda, para mí y por lo que significa, los dos momentos excelsos del film.

Daniel (interpretado por Thelonius Bernard) es un niño parisino obsesionado con el cine americano que, un buen día, conoce a Lauren (primera y portentosa aparición en pantalla de una Diane Lane con apenas 13 años que embelesa a la cámara y se hace con el film), una niña norteamericana que vive en París porque su padrastro es jefe de una multinacional y su díscola madre está introducida en el mundo del cine y flirtea con el último prometedor director del momento. Desde que ambos niños, con capacidades intelectuales y culturales fuera de lo normal, se conocen, nace un primer amor espontáneo y maravilloso entre ambos, de esos que sólo son posibles en el primer amor. Un buen día, conocen a un anciano (Laurence Olivier) y les cuenta una vieja leyenda que dice que los amantes que se besan en una góndola durante el ocaso mientras que todas las campanas de Venecia suenan se amarán para siempre. En ese momento, la aventura con forma de “road movie” comienza.

Si no se le piden peras al olmo ni profundidad al guión de Allan Burns, adaptando la novela de Claude Klotz, si estamos dispuestos a quedarnos en la superficie de una historia iniciática bonita sin complicaciones, “Un pequeño romance” puede llegar a resultar encantadora, a pesar de que George Roy Hill la dirige con el piloto automático puesto en todo momento.

Lo que realmente trasciende de la cinta es la espléndida y magistral interpretación de una niña llamada Diane Lane que dirige en todo momento la función, así como la resultona banda sonora compuesta por Georges Delerue que fue premiada con el Oscar en la edición de 1979.