Eyeborgs

Es suficientemente correcta en su desarrollo aunque no demasiado original.
Los efectos son correctos y los actores también hacen su labor.
La atmósfera buscada no acaba de ser todo lo efectiva que me imagino que deseaban.

Thriller de acción de serie B que solo aconsejaria a espectadores o muy aburridos o que no tengan nada más importante que hacer. Partiendo de la premisa sugerente de un mundo controlado por los ojos de los robots en sus infinitas variantes de tamaño y agresividad, el problema reside en una puesta en escena narrativa con muchas lagunas y fallas tan grandes como la de San Diego. Se nota la limitación de recursos y la inexperiencia del realizador, ya que sólo consigue mantener la atención del espectador cuando los efectos especiales entran a escena; el resto es infumable, desde la dirección de actores hasta la coherencia de las escenas.
Es una lástima porque la idea argumental hubiera dado mucho juego, en manos de mejores profesionales y con mayores recursos. Nuestra sociedad se encamina al control informático total de los ciudadanos, y lo que plantea la película es el siguiente paso a lo que ya estamos viviendo:
el Estado-Policía que no pierde detalle de toda nuestra vida pública y privada (acordarse de George Orwell, y su "1984", novela con la que ésta película, en su concepto del estado manipulador y represivo, comparte muchas semejanzas).

En lo estríctamente cinematográfico pudiera parecer una mezcla entre "Runaway, brigada especial" y "Cortocircuito" por aquello de los tamaños de los ciborgs, androides y arañosos bichos metálicos con más ganas de apiolar a la raza humana que otra cosa. Resuena tambien incluso a "Desafio total" o a "Terminator" por lo combativo de los renegados y futuros autoconvencidos, sin perder la credibilidad que nos vamos encontrando y que nos van dando nuestras mismas calles donde la colocación de cámaras de seguridad por parte de todo el mundo, desde estamentos a comercios y a ciudadanos de a pié están proliferando en aras de nuestra (?) seguridad .
Sin llegar a ser nada del otro jueves es animada con su punto de tensión y ¡caramba!, un final muy, muy distinto.
Yo me lo pasé bien a pesar de verla en v.o.s.e. que tiene su aquel y vale para eso, para pasar el rato y cruzarse de acera al pasar delante de una caja, un banco, una joyería o una tienda de postín por si las moscas y luego sales por la tele. Eso sin contar las cámaras que están ya prácticamente en todos los bares y cafeterías.
Para pensárselo después de verla, oiga