Momo

Mi opinión sobre Momo está condicionada al buen recuerdo que tengo de niño y lo que me produjo el film.

Momo es una excelente historia, adaptada esta vez, de una forma muy europea (Italiana y Alemana), que sobrevive a ese ambiente light que sufren algunas películas de los ochenta. Cuando se adapta una novela, es más que probable, por lógica, que se cuestionen cambios y la baja calidad del resultado respecto al original. Creo que esta versión aprueba (La versión de animación infantil deja muchísimo que desear)

El primer acierto sin duda, es Radost Bokel, una niña que hechiza con su sonrisa, tal i como pretendía en su momento Michael Ende. También aplaudo a Los hombres de Gris capitaneado por, ya es hora de que se diga, el brutal Armin Mueller-Stahl, transmiten la angustia de sus miserables vidas. Una bonita banda sonora y algún que otro escenario admirable, visto la época, ponen ese toque para que la película destaque.

Lo único que no me convence es algún exceso de euforia algo pastel, quizás inevitable en películas infantiles. Y ese pequeño toque de plástico artificial que tanto arrastran los ochenta.

Por cierto vente años después todavía me sigue impactando la escena de la muñeca.
ibg

"Momo" es un intento, más o menos afortunado, de llevar una de las más evocadoras historias de Michael Ende a la gran pantalla y aunque el balance resulta positivo, con más aciertos que fallos en la adaptación, lo cierto es que es de estas películas que en general tienden a dejar frío al espectador, ya sea éste un niño o un adulto. Quizás en parte, la culpa es de una dirección tan correcta como vacía de emociones: las aventuras de Momo en su lucha contra los hombres grises carece de la magia y del sentido de la maravilla que rebosaba el original literario, pues el trabajo de Schaaf deviene en átono y sin sentimiento al tratar de contener en estrechos márgenes la fantasía desbordante del hombre que escribió sobre el poder de la imaginación como nadie ha vuelto a hacerlo nunca.

Aun así, no se le puede reprochar el buen gusto a la hora de plasmar escenas como la de la espeluznante muñeca parlanchina, los niños jugando a ser piratas en un barco imaginario o el encuentro de Momo con el Maestro Hora y su cámara llena de relojes. Ni dejar de hincar la rodilla ante la superlativa banda sonora a cargo de Angelo Branduardi, una preciosa fabulación onírica cuya belleza trasciende la gelidez de las imágenes y se prende para siempre en la memoria.

Acaso el principal fallo sea el quedarse en un territorio de nadie entre cine infantil y cine fantástico de signo más adulto. Pero a pesar de todo, tiene la suficiente fuerza como para merecer la pena el rescate de nuestros recuerdos más remotos.

"Momo" no pasa de ser otra de esas cintas para consumo familiar con tan interesantes intenciones como infructífero resultado.

En su historia, nos hallamos con los tópicos consabidos vez tras otra en el género: Un hombre de avanzada edad se topa con una pequeña con la que, a partir de ese instante entablará una bonita relación. La pequeña, a través de su extraña capacidad para agradar a los demás, logrará que más de un habitante del pueblo vea sus problemas o rifi-rafes resueltos haciendo así que, muchos de ellos se vuelvan entorno a la angelical niña. En cambio, y como no todo son destellos, llegarán al pueblecito unos tipos con intenciones nada buenas a los que, como no, Momo se enfrentará descubriéndose como una debilidad ante ellos, pues los niños de corta edad son su único y casual punto debil. Hasta ahí, y como he dicho, resulta otra de tantas típicas presentaciones y, aunque a partir de ese instante la trama empiece a desglosarse en un tan sugerente como curioso entretenimiento, en ningún momento logra Schaaf levantar el peso del film y darle ni el ritmo, ni el enfoque adecuado.

Quizá los mayores fallos en la realización resultan una estética que, por cambiante, termina por resultar un tanto fatigosa, pues tan pronto observamos imágenes de lo más cálidas, como de lo más turbias sin que estén sustentadas bajo ningún esquema lógico en el momento de aplicar unas u otras tonalidades.
Tampoco resulta demasiado atinada la labor del director en cuanto a narración se refiere, ya que en muchas ocasiones las lagunas son demasiado patentes como para que el espectador comprenda que ha sucedido realmente entre secuencia y secuencia.

En último lugar, y aunque esta fue una propuesta más bien dedicada a un público infantil (ello lo demuestran, por ejemplo, las volatilizaciones de los hombres grises, que se suceden sin demasiado alarde técnico ni efectismo alguno), el problema llega cuando esa infantilización de ciertos elementos roza el ridículo, como por ejemplo esos hombres grises que mentaba hace un momento, que ni siquiera parecen poder ser tomados en serios.
Por todo lo demás, "Momo" resulta un ameno trabajo que, como mínimo, satisfará a los más pequeños de la casa con las aventuras del pequeño personaje creado por Ende.

Y este es el mejor ejemplo. Con un clásico infantil como del "Momo", de enorme fuerza moral y fantástica dialéctica, se puede hacer un film que por diversas razones (entre ellas la falta de presupuesto) se vea reducido a un sencillo cuento de cuna.

Los personajes resultan planos (incluso para los estereotipos que representan) y los escenarios son tan sencillos que no parecen dignos del cine.
Dicho todo esto, el relato sigue siendo tan entrañable que mantiene su interés (a pesar de los enormes cortes en la estructura del guión, que dificultan la lógica sucesión de los acontecimientos).

Un capricho la aparición de John Huston.

Es una pena que la historia a partir de la media hora de metraje se haga innecesariamente compleja y laberíntica. Deshilachada y mal narrada. Justo cuando aparecen los ladrones del tiempo.

Pero es tan hermoso el trabajo de producción: los decorados italianos (ese anfiteatro junto a su calle empedrada y sus comercios italianos de principios del siglo XX , la ciudad futura con rasgos totalitarios, la guarida blanca del Señor Hora)

El trabajo de los artesanos italianos era realmente excelente. Y la fotografía. Y el vestuario. Y los actores...

Me quedo con esa primera hora donde nos muestra un pueblo italiano ya olvidado en el tiempo, me quedo con la escena de los niños y la tempestad, de la manifestación, de la camaradería entre personajes y la riña de bar. Me quedo con cosas sueltas que hace que disfrute con la estética pero que maldiga la mala suerte que tuvieron en no saber rematar este film.