Gente que vive fuera

Este documental se hizo en una época de indefinición donde el independentismo catalán amenazaba con la vía unilateral, y no se sabía si iban de farol o no, el gobierno de Rajoy no reaccionaba, e intelectuales muy significados con la derecha radical española quisieron desahogarse contando todos los agravios y desprecios que habían sufrido por culpa del ambiente nacionalista catalán, y el fomento por la tolerancia del gobierno de Rodríguez Zapatero hacia el independentismo, que les obligó a dejar sus trabajos e irse.

El medio modula la grandeza del creador, aquí no veremos al poeta y escritor Félix de Azúa de brillantes metáforas y argumentos (después se hizo famoso para el gran público por sus críticas machistas y clasistas mal planteadas contra la alcaldesa Ada Colau), ni al actor Albert Boadella con su peculiar histrionismo en Ubú Rey o los geniales ataques furibundos del locutor de radio Federico Jiménez Losantos llenos de humor despreciativo con retranca, y de referencias culturales magras que es como los recordamos su audiencia que le hemos conocido desde el año 2000.

Hoy en día habría que poner al nuevo medio: a algún youtuber histriónico de derechas insultando para alegrar el cotarro. Parece que todos los participantes quisieran posar para la historia y no son ellos mismos. Curiosamente no se percibe mucho odio frontal contra los nacionalistas.

Al final el documental objetivista decepcionó obviamente. Era más de lo mismo de lo de todos los días con un tono reposado, sin pasión, como si miraran al horizonte esperando la hora de la batalla final.