Lluvia en los zapatos

“Lluvia en los Zapatos” no es una película virtuosa, ni mucho menos se acerca a aquellas obras dignas de ser consideradas “obras maestras”, no deslumbra ni aporta nada nuevo al séptimo arte, y sin embargo, a mí me parece deliciosa, original y muy recomendable. Será que le tengo cariño…

Su argumento resulta lo bastante llamativo como para alejarla de ser, sencillamente, una típica “comedia de enredo”. La narración es clara y sencilla, sin caer en lo farragoso o complicado. El ritmo no es especialmente ágil, si bien no decae más que puntualmente y, en general, proporciona a la película la posibilidad de un visionado entretenido. La banda sonora, en mi opinión, acertada, le aporta frescura y fuerza en determinados momentos. Respecto a los actores, están aceptables, digamos que cumplen, aunque sin grandes alharacas, con actuaciones más bien de aprobadillo raspado. Penélope Cruz, una vez más, hace de Penélope Cruz, hasta punto tal que me da la sensación de que la Sofía de “Abre los Ojos” se ha trasladado a Londres para buscarse allí la vida…

Y ahora, al spoiler, que no quiero destripar nada aquí.

Lo mejor de la película y por lo que merece la pena es precisamente eso mismo, el final.

El trayecto es bastante escaso... si es que pueden unirse bastante y escaso ¿No? Una peliculita que intenta hacerse hueco en un lugar, pero lo que consigue fundamentalmente es conducirnos hacia el bostezo.

La actual señora Bardem construye un personaje con esa frescura que la caracterizó en la interpretación hasta que desapareció en los últimos años, sustituyéndola por un tono interpretativo hastiado.

Rodada en inglés y en Londres (nada menos que en el ahora célebre barrio de Notting Hill gracias a la película; esta fue primero y se estrenó después, manda huevos) es una comedia urbana de enredo y contemporánea con el lío sentimental/amoroso de por medio: un chico aspirante a actor (y de verdad: mediocre Henshall) trata de impedir que su novia durante seis años (refrescante y guapísima Headey) se case (ella le dejó al liarse con otra).
Trata de saltarse los tópicos de este tipo de películas a través de toques surrealistas, onirismo y dosis de leve magia, proponiendo la pregunta: ¿qué pasaría si pudiera cambiarse el pasado?.
Floja interpretación también de Penélope Cruz, a punto de ser absorbida por el imperio yanqui (de los resultados mejor ni hablar), buena selección musical y una película decente y agradable.

Quizás una de las preguntas que más te puedes llegar a hacer en la vida, sobretodo con un lingotazo de Justerini & Brooks después de haberla cagado como un señor.
Pues he aquí que esta cinta nos da una posibilidad. Premisa interesante resuelta de una manera un tanto irregular, y algo carente de ritmo (ese bostecillo que se escapa durante la primera media hora da cuenta clara de ello).
Sorprende que la mejor interpretación corra a cargo de Penélope Cruz, por encima de Lena Headey, que no está nada mal y del irregular Douglas Henshall (alguien le ve parecido con Gary Sinise???? esos ojillos de calamar...).
Por lo demás, tampoco se ha de esperar una comedia clásica, es más un drama con toques de humor... o al revés... o todo lo contario....en fin interesante y poco más.

Una gran historia, que a mas de un corazón roto le conmoverá y le consolará.
Una historia que muchos desearían vivir en carne propia, con el poco cine que llevo en la espalda, puedo decir que esta sale de las típicas historias románticas, y acude a ancestrales dilemas existenciales y metáforas divertidas (árabes, africanas, quién sabe cuantas más que dicen lo mismo) para simplemente decirnos: si no fue, no es el fin, sigue caminando.

La lluvia es símbolo de lo que llega sin remedio, el destino que cae sin discriminación sobre todos
el paraguas es el símbolo del intento humano de evitarlo, de negarlo, usamos paraguas aunque estén completamente rotos, a veces simplemente no nos importa llevar uno.