La partícula (Zerre)

En la década del 70 del siglo pasado, hace mucho, mucho tiempo las películas de denuncia tenían un gran éxito. Estuvieran bien o mal hechas desde el punto cinematográfico e incluso relatando muy en forma parcial la realidad. Estamos en el 2014, quizás no a muchos le guste que le digan que la ropa que tiene puesta fue hecha por mano de obra casi esclava. Claro es más fácil encontrar a los dictadores de turno, y si son de derecha mejor, como los chivos expiatorios de nuestra natural ansia de un mundo mejor.

ZERRE, es una película de denuncia, que con su relato nos muestra el transcurrir de la vida de una mujer en busca de un trabajo digno. Donde la necesidad la llevará a extremos, que la película deja abiertos, pero nunca a la prostitución. En una ciudad Estambul, que no esta retratada para el turista sino justamente para lo que el turista no quiere ver, el relato desnudo de esta situación no es para todos, que buscaran detalles mínimos, para no ver esa realidad. El relato cinematográfico es ágil, corto y se deja ver con facilidad si se logra superar la crudeza de lo que nos está mostrando. La actriz Jale Arikan cumple muy bien el papel encomendado, que no necesita una gran gesticularidad, porque el tema de la película se va dando en forma natural. Y por supuesto que el que quiera una definición, una moraleja, se quedará esperando, pues tan solo podemos relatar momentos de una vida que es muy compleja.

La búsqueda de un trabajo digno, como medio para una vida digna, es quiéralo o no, uno de los grandes motores de la vida.

La cinta turca Zerre, dirigida por Erdem Tepegöz, se alzó con el galardón a la Mejor Película, el San Jorge de Oro, en el Festival Internacional de Cine de Moscú.El filme resultó ser el más premiado en la 35 edición del certamen moscovita tras llevarse también el San Jorge de Plata a la Mejor Actriz, que fue a parar a las manos de la turca Jale Arikan.

A mí francamente me parece incomprensible tanto premio ya que la peli resulta bastante inconclusa en muchos aspecto, dejando una agridulce sensación en el espectador...

Lo acertado: las actuaciones creíbles y veraces de la gran mayoría del reparto, destacando la protagonista. También la ambientación asfixiante, sucia, fea y desoladora es un punto a favor...y nada más. El guión es un desastre, faltan explicaciones es muchos aspectos, la peli acaba abruptamente y quedan mil preguntas en el aire y se te queda una cara de lelin que para que te cuento. Decepcionante, en una palabra.

Tome la lista de los mejor del 2013 y me encontré con esta película. Pensé que era una pequeña joya pero me he decepcionado.
Hay películas frías pero con un contenido que te calienta el alma y tu imaginación, este no es el caso, es fría, no alcanza para ser cruda, imágenes de una cuidad pobre con protagonistas pobres y necesitados del vil dinero. La frialdad no llena el alma del cinéfilo, queda un hueco vacío, hay cabos sueltos, escenas sueltas, diálogos que dicen poco.

Los personajes secundarios no aportan profundidad, ni sentimiento. Me quedé con ganas de más.
Bueno, en resumen una interesante película pero que no llena, me quede con las ganas de ver una supuesta buena película del 2013. Tratare de tener más ojo a la otra que tome una lista “top”.

Bueno, en resumen una interesante película pero que no llena, me quede con las ganas de ver una supuesta buena película del 2013. Tratare de tener más ojo a la otra que tome una lista “to

Narración de una historia de supervivencia fría, seca, distante y cortante que no funciona en ningún momento, triste ausencia de una calidez y emotividad necesarias que te permitan vivir el personaje, sentir su amargura, pesadez y desesperación y no, simplemente, observar su aturdido andar, su incansable voluntad y capacidad de esfuerzo, su nada-productiva constancia desde una lejanía que impiden despertar cualquier afinidad o sentimiento que se requiera para apreciar en condiciones sobrias y serenas este filme que cuenta la vida difícil y exigua de una familia turca que vive en Estambul.
La falta de habilidad del director en toda su exposición anula completamente tu percepción afectiva, tu sentida visión, se limita a mostrar una estética derruida y empobrecida, de hambre y miseria, abusos y dolor que se exhiben ante ti sin gracia ni talento, en formato de película indiferente y aburrida que cuenta con un argumento que parece no querer ir a ninguna parte, un guión que no ofrece interés y unos diálogos que apenas aportan una explicación o demandada información útil que amenice o avive tu apagado e inerte estado de ánimo, que evita esa más que probable somnolencia y frustración por no lograr involucrar ni un segundo tu corazón, alma o cabeza en la historia.
Interpretaciones muy vivas y veraces que se pierden ante tanta ofuscación direccional, ante esa falta de habilidad para despertar en el espectador la tristeza, comprensión, pena, semejanza, afinidad..., y no un pasotismo afectivo y generalizado que hace flaco favor a nadie y que dudo contente a alguien.
Y, para cuando se pone interesante el susodicho director, Erdem Tepegoz, o se queda sin ideas o se le acaba el presupuesto o lo que sea pero te pega un corte de narices, repentino y sorprendente, que te deja mirando la oscuridad de la pantalla con incredulidad y estupidez creyendo, absurdamente, que es un fallo de proyección del cine y no el remate final de un relato galardonado por los premios, alabado por la crítica, reforzado por una sinopsis atractiva pero de efecto negativo, devastador y cansino para el público.
Qué falta de sensibilidad más tonta!, qué miseria voraz más desperdiciada!, qué nulidad de conjunto!, qué desapego más cargante!!!
Sin evolución alguna ni a mejor ni a peor, simplemente un inamovible estado neutro y soso que pesa como esa losa de mármol de una tumba de la que no puedes escapar; no quiero hablar de engaño y fraude pero tus sensaciones no estarán muy lejos de estos poco-deseables adjetivos.