La Serpiente (Miniserie de TV)

Serie muy recomendable para quienes gustan de las historias dramáticas de suspenso y crimen.

"The Serpent" es un drama ficcionado, inspirado en hechos reales, sucedidos en la década del 70', entre Bangkok (Tailandia), Nepal e India, que relata parte de la vida del psicópata, estafador, envenenador, secuestrador y asesino serial vietnamita / francés “Charles Sobhraj”. Responsable de la muerte de varios turistas atraídos por el llamado "hippie trail" (sendero hippie).


No tiene grandes actuaciones, solo destaco el gran trabajo del actor inglés Billy Howle en el papel de Herman Knippenberg, subalterno en la Embajada de los Países Bajos en Bangkok, que en la vida real y en la ficción, excedió totalmente sus funciones, arriesgó su puesto de trabajo, y fue determinante para la investigación local e internacional.

Lo mejor que muestra "The Serpent" junto a una historia casi increíble, son los maravillosos paisajes del sudeste asiático y parte de su cultura, pero por lo contrario, es algo lenta e interminable.

Netflix, reincide en tener una buena historia y la estira como chicle, repitiendo escenas una y otra vez, a modo de recordatorio, poniendo en un lugar incómodo al televidente.

¿Vas a ver "The Serpent", ya la viste, qué te pareció?... Cuéntame por correo, siempre es muy bueno conocer otras opiniones. Te leo:

PD: El título de la crítica, les va a causar gracia sólo cuando la hayan visto.

Un excelente trabajo en cuanto a producción que te transporta a los años 70 con todo lujo de detalles incluso en el tratamiento del color de cada escena.

Las pegas para mi gusto, como con tantos trabajos de Netflix, es que sobran tiempos muerto, sobran dos episodios como mínimo de metraje aunque en éste trabajo también es excesivo el tema de ir hacia adelante y hacia atrás en el tiempo que se convierte en algo enfermizo que no te permite conectar con la historia.

Ocho episodios para relatar hasta el más mínimo detalle de éste asesino es excesivo aunque hay grandes momentos que te mantienen enfrente de la televisión y otros momentos en que te vas al baño sin parar la imagen porque no te pierdes nada.

Respecto al actor que encarna al criminal, una gran actuación que transmite con toda credibilidad, una frialdad que hace olvidar de que se trata de una actuación.

En resumen, un estupendo trabajo que aunque peque de excesivo metraje, es muy interesante de ver.

La trayectoria criminal de Charles Sobhraj inspira 'La serpiente', miniserie de ocho capítulos producida por Netflix. En la larga historia de los asesinos en serie (a los que el cine ha retratado desde todos los ángulos imaginables) este sujeto emerge con un aire exótico, que la serie explota, sintiéndose cómoda. Como si sucumbiera a sus encantos con la misma inercia que las desprevenidas víctimas. Quizá sea el lugar en que cometió sus fechorías (el sudeste asiático) o la particular idiosincrasia de los damnificados (hippies seducidos por el embrujo del lejano oriente). El caso es que el personaje se convirtió en una celebridad.

Y la prensa de la época rivalizó por desentrañar sus secretos. Interpretado por Tahar Rahim, vemos a un supuesto vendedor de joyas en busca de incautos a los que drogar, robar y, en progresiva pérdida de control, finalmente asesinar. Pone el foco en un perfil muy determinado: occidentales tan ligeros de obligaciones como ávidos de aventuras y desenfreno. Un diplomático holandés (Billy Howle) va a seguir sus pasos tras la desaparición de dos compatriotas. Contra viento y marea intentará darle caza, pese a la dejadez de las autoridades locales y la oposición de un superior que hace buena aquella caracterización de la carrera diplomática como los funcionarios del canapé.

'La serpiente' corre hacia delante y hacia atrás en el tiempo con frenesí. Lejos de ser una tara, impone una narración adictiva, tremendamente amena. Lograda ambientación setentera para un thriller que esconde sus carencias bajo el paraguas de una cadencia sostenida, que nunca decae. Tahar Rahim da vida a un criminal oscuro, inescrutable. Probablemente porque su andadura delictiva sólo pueda explicarse desde un profundo desprecio hacia la forma de vida representada por las víctimas.

Esos mochileros a los que el sistema también obvia, y hasta cierto punto desprecia. La relación del protagonista con su novia (Jenna Coleman) y un conmilitón (Amesh Edireweera) deja una sensación gélida. Hay algo de arbitrario en el sometimiento perruno y servil de los mismos a la deriva fratricida de la bestia. No le hubiera sentado mal al conjunto una mayor profundización en la psique de estos personajes.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es

Miniserie de Netflix basada en hechos reales que explora la historia criminal de Charles Sobhraj (Tahar Rahim), un estafador que robaba, envenenaba y quemaba a sus víctimas además de suplantar su identidad, solo la lucha solitaria de un diplomático holandés y su esposa lograron detener al brillante asesino.
La serie transcurre en Bangkok, Nepal y la India durante los años setenta con una ambientación y recreación de la época espectaculares, las interpretaciones son brillantes, especialmente la de Tahir Rahim, el único pero quizás pueda estar en la estructura narrativa con numerosos cambios de época que nos lleva por momentos a un visionado un poco lioso, aunque al final todas las piezas van encajando como un puzle perfecto.
En resumen, excelente thriller, uno mas en el extenso catálogo de Netflix, un thriller cargado de tensión y suspense que no te dejará indiferente, a veces la realidad supera a la ficción, y la historia de Charles Sobhraj es una de ellas, un personaje por cierto que sigue pasando sus días encerrado en una prisión nepalí, no creo que él haya podido disfrutar con el visionado de esta esplendida serie.

Nunca he visto un caso tan patente de cómo un pésimo montaje llega, casi, a destruír una interesante historia. Una historía que EXIGÍA un desarrollo lineal para describir el progresivo descenso a los infiernos de sus principales personajes, se convierte en un rompecabezas que solo a base de la buena disposición y paciencia de los espectadores, puede llegar a reconstruírse. Yo estuve a punto de renunciar a ese esfuerzo, pero menos mal que las excelentes interpretaciones y la soberbia localización de escenarios naturales, consiguió mantener mi interés. No sé quien es el responsable de ese absurdo troceamiento, pero sea quien sea, debería ser enviado al Tribunal Internacional de Justicia de La Laya. Emuladores del montaje de "Ciudadano Kane", pero sin talento alguno para hacerlo. Y son demasados, en el cine actual!!