Amargo despertar

Vacaciones por toxicidad. Estrés de clase. Los límites del individuo y sus mochilas de opresión. Crisálida asistida. Amor al rescate, valor autoconciente.

De Sica se vuelve a situar cerca de la clase obrera y sus desventuras diarias. Critica al sistema como aniquilador humano. La falta de recursos se armoniza con la escasa dedicación reflexiva sobre uno mismo y sus necesidades humanas. Se utilizan puntos de inflexión acordes para condicionar la panorámica reveladora que deprime.

Un cuento contemporáneo tan dramático como real.

Florinda Bolkan calabresa, bella, rustica, obrera tuberculosa, de pocas palabras, madre de familia con marido bruto y enamorado, cuñado vago y mal intencionado, suegra insidiosa vulgar, enredadora y de postre...tres niños.
A la montaña, a curarse por la obra social, inmensidad de los Alpes, cuarto limpio, comidas diarias, médicos empeñosos, enfermeras amables, compañeras que brindan cariño.
La luz que nunca había soñado vivir y para colmo el amor.
El muchacho la conoció en Milán y aquí se reencuentran bajo la misma posibilidad de recuperarse, luego el beso y la caricia como si fuera el primer amor, sin niños, marido, cuñado ni suegra.
Demasiada felicidad en un paisaje de montaña nevada, banda de música de pueblo y amigas fraternales.
Que distinto todo de aquel oscuro departamento con toda la familia, lleno el ambiente de agrios diálogos y desesperado futuro en una fabrica a la cual una vez curada deberá volver.
Adiós a ese amor imposible, a sus compañeras tubérculas y a sonrisas, llantos, abrazos que jamas había pensado encontrar. -- Juliano El Apostata - 25-7-23