Una tribu en la cancha

Cualquier veinteañero que se considere amante del basket recordará esta película con nostalgia.
Con un argumento arquetípico de comedia deportiva (equipo que comienza siendo una calamidad pero que a base de corazón consiguen ganar), la película supera la media con sus guiños a los entendidos de la NBA, la gracia de ver a una tribu africana aprendiendo a jugar a un deporte que la mayoría de ellos desconoce, y sobre todo, la lucha constante de Jimmy Dolan por confraternizar con una tribu reacia a las novedades.

Pero si algo que será recordado de por vida es ¡Él batido de Jimmy Dolan!. ¿Quién no intento alguna vez hacer esa jugada en el recreo a algún colega para humillarlo totalmente? No salía casi nunca pero valía la pena intentarlo sólo por ver la cara que se le quedaba al rival.

¡Más recuerdos de chico! Y es que hay tantos...

Un ayudante del entrenador de un equipo universitario de los USA, (Kevin Bacon), tras ver en un video (creo recordar que sobre misiones o algo así), a un integrante de una tribu africana desenvolverse de maravilla con una pelota de baloncesto y ante la necesidad de buenos jugadores para su equipo, ni corto ni perezoso decide ir a África en su busca.
Con esta original premisa, el muy personal Paul M. Glaser (el moreno Starsky, de la serie Starsky y Hutch), realiza una divertida y entretenida película, como no podía ser menos en base a los inevitables choques culturales y a las peripecias devenientes de el enfrentamiento con unos mafiosos de la zona de la tribu de marras, en el cual son ayudados por Kevin Bacon (a estas alturas, ya plenamente integrado con los lugareños) y a las curiosas y extravagantes jugadas que hacen los de la tribu.
A pesar de no ser nada del otro mundo, se deja ver con agrado.