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Melrose Place (Serie de TV)

Serie de TV. Romance. Drama Serie de TV (1992-1999). 7 temporadas. 226 episodios. Crónica de la vida cotidiana de un grupo de jóvenes guapos que, terminados sus estudios, tiene que afrontar las dificultades del mundo profesional en la competitiva ciudad de Los Ángeles. Amanda, Jo, Michael, Megan, Craig, Taylor y Samantha viven en el mismo bloque de apartamentos y protagonizan encendidas pasiones, ambiciones laborales y traiciones amorosas. Poco a poco el poder, el ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
25 de marzo de 2006
48 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo admito. La serie era malísima, horrible y lamentable. Pero a juzgar por el número de votos (también de la inefable "Los vigilantes de la playa") nos la tragamos (aunque sea en parte) la mayoría de los televidentes.

Si bien los melones en remojo y botando de la Anderson y compañía movieron montañas en el share, el putiferio, las lenguas viperinas y las puñaladas traperas de cada episodio de "Melrose place" se convirtieron en una cita fija. También para los que seguían las aventuras de unos abuelos del inserso integrándose en un instituto con otros jovenzuelos en la bazofia irrepetible de “Sensación de vivir”.

Yo personalmente seguía casi con absoluta devoción junto con mi hermano y mi hermana las aventuras de mi amada y malvada Heather Locklear. Todos los protagonistas masculinos cedieron antes sus irresistibles encantos. Todos menos el gay. Yo siempre soñaba con el día en que este chico se cambiará de acera y por fin le hiciese un merecidísimo pinto puente a Amanda.

También me encantaba la maldad de todos los personajes. Todos se pasaron al lado oscuro. Y sobre todo su forma de vida. Dar por culo de día y vaselina por la noche. Irrepetible.

Si poseyera el don de introducirme en una serie para habitar junto a sus personajes durante una eternidad o hasta que los productores me lo permitieran, elegiría sin lugar a dudas “Melrose Place”.
Ya preparo mi mejor tanga, perfilo mi vello púbico y afilo mi mejor navaja…
Amanda, mon amour, ponte tu mejor picardías y ves calentando la cama…
Maldito Bastardo
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17 de septiembre de 2009
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pero vamos a ver... ¡estamos hablando de Melrose Place!
Esa serie llena de tíos y tías buenorros que se reunían en un patio interior con piscina y se ponían verdes unos a otros! Y ellas eran unas zorrillas y ellos unos metenabo! Si había hasta una viejuna villana! Y rubias, y tetas y culos y pichas, y cosas de esas!

El lado maruja emergía de mi interior cuando me ponía a ver esta maravillosa serie que seguro que casi todos (digo casi por no poner la mano entera en el fuego) hemos visto en algún rato libre. Mmmm ahora que lo pienso, por aquel entonces yo solo era una cría... mamá, ¿cómo me dejabas ver esto?



PD. Me pregunto si me darán por válida esta crítica...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Clo
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22 de noviembre de 2008
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo ver esta serie y estar de lo más enganchado, aunque sea la hermana pequeña de Beverly Hills creó que en su momento hizo su función. Destacaba sobre todo el personaje de Heather, hacia de mujer sofisticada y malévola y a ratos buena según se le torciera el tornillo. Tambien Marcia Cross en su papel de víbora desiquilibrada marcó un antes y un después. A quien no me conozca sabed que siempre me han chiflado aquellos personajes femeninos de películas o series que tocan la maldad o locura. Raro que es uno. En síntesis la serie marcó junto con otras una década.
olimpo
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21 de enero de 2010
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Melrose Place apesta, más que los programas del corazón, telemadrid e intereconomía juntos. Melrose Place es el paradigma del culebrón norteamericano. Creo que tenía 12 años cuando me levantaba cada sábado a las 7 de la mañana para ver Melrose Place en telecinco. Porque Melrose Place era genial. ERA, porque verla ahora sería como sacarte el hígado e hincharte a darle patadas. Pero por muy mala que fuera, antes y ahora, cada maldita semana veías el capítulo. Y te quejabas, e insultabas al guionista por pensar que eres idiota y vas a tragarte semejantes tramas. Pero lo hacías. Odiabas o amabas a Amanda. Aún recuerdo a mi madre decirme lo enamorada que estaba del Dr. Mancini. Y yo lo siento mucho por la industria de la televisión, por mi profesor de guión, pero no puedo ponerle menos de un 8 a la serie que creó al mítico personaje de Amanda Woodward.
Ktwiggy
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31 de octubre de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de los años 90, se pusieron de moda dos términos que hacían referencia a toda una generación, aquellos que nacieron en los setenta y que en los noventa tenían unos veintitantos. Uno de ellos era el término Generación X, un grupo de gente que había vivido grandes cambios, desde las TV en blanco y negro, a televisores mucho más nítidos, de jugar con canicas, cuerdas o a la charranca a tener su primer ordenador Spectrum o su primera consola Atari, Nintendo o Sega. Aquí en España se creó el término JASP (Jóvenes Aunque Suficientemente Preparados), el acrónimo ya es lo suficientemente claro y no necesita demasiada explicación. Pues bien, en 1992 dio comienzo una serie, que era un spin-off de la ya consolidada "Beverly Hills 90210" (aquí en España con el "original" título de "Sensación de vivir", creo que incluso Xuxa hizo una canción en español sobre la serie..., ejem...) pero que con el paso de las temporadas acabó incluso superando el éxito de la original. Esa serie era Melrose Place.

La serie estaba situada en un complejo de apartamentos (un descarado decorado) situado en el 4616 de Melrose Place, en West Hollywood (California). Allí un grupo de JASP vivían muy felizmente, al principio... antes de que estallaran bombas, alguien se cayera por las escaleras, otro alguien muriera ahogado en la piscina, tuvieran lugar peleas de gatas en el patio (que estupendo era esa especie de patio andaluz, por Dios..., yo a mi edad aún estoy esperando encontrar un apartamento con un patio como ese del decorado de la serie que esté por aquí cerca, en el barrio...), y un largo etcétera que ya comentaremos.

La serie al principio presentaba episodios más o menos autoconclusivos, pero su creador Darren Starr y su productor ejecutivo Aaron Spelling vieron que ese formato no acababa de funcionar y que no enganchaba del todo a la audiencia, así que rápidamente lo modificaron por uno mucho más culebronesco a lo soap opera, con finales impactantes en cada episodio que te llamaran a ver el siguiente y finales de temporada con vertiginosos cliffhangers. La serie también se benefició de la incorporación de tres personajes que serían clave para la serie y que gozarían de una gran popularidad. La gran estrella y Maléfica de la función: Amanda Woodward, la ambiciosa y despiadada jefa de Alison, que pronto comprará la finca de apartamentos en la que viven todos los personajes, para así convertirse en la maestra titiritera que mueve a sus muñecos a su antojo, manipulándolos y coaccionándolos, especialmente a Alison, a la que tenía entre ceja y ceja desde el principio y con la que luchará por conquistar el corazón de Billy (que mira que tenía cara de tontín el pobre...). Este caramelito de personaje cayó en manos de Heather Locklear, que apareció como Special Guest Star hasta el final de la serie, yo no tengo ningún título de inglés, pero sé lo poco de special y mucho menos de guest que tenía esta mujer tras siete temporadas en la serie. Yo estoy seguro que fue algún tipo de exigencia de la Locklear para sentirse especial e importante y aparecer al final de los títulos de crédito, la única que no lo hacía "in alphabetical order". Muy grata fue también para todos los espectadores que seguíamos la serie la aparición de la insoportable hermanita de Jane, Sydney Andrews (Laura Leighton), que siempre estaba ocasionando problemas, por no decir dando pol cacas, y que por su complejo de inferioridad respecto a Jane incluso se cepilló a su marido, al principio sólo para fastidiarla... Y, para terminar, otra pelirroja peligrosa la Dra. Kimberly Shaw (Marcia Cross), la compañera y concubina de Michael, cuya evolución como personaje dará algunos de los momentos más estelares del culebrón: aparatosos accidentes de coche que la daban por muerta, activación de bombas en el edificio, pelucas, posesiones demoníacas, más pelucas, cáncer... el personaje con el que todo buen guionista de culebrones querría dar...

Los personajes pasaban verdaderas montañas rusas emocionales, algunos pasaban de ser encantadores a ser verdaderas víboras de una temporada a la otra. Podríamos decir que todos los personajes de la serie pasaron por alguna fase oscura en la que tomaron decisiones equivocadas y moralmente muy cuestionables; incluso los más pepones como Billy, Alison, Jane y Matt tuvieron su momento mezquino. De la misma manera, los malos malísmos como Michael, Amanda, Sydney o Kimberly (curiosamente más bichas que bichos, las mujeres siempre resultan unos personajes malvados más interesantes, fijémonos en Disney, tiene estupendas villanas y muy pocos y menos recordados malvados) también tenían sus momentos de redención, cuando pasaban por algunos dramas personales que los humanizaban y hacían que empatizáramos con ellos. No sé si fue a partir de la cuarta o quinta temporada que los guionistas ya le tenían bien cogido el punto a los personajes y habían creado unas buenas dinámicas entre ellos, y por ello los diálogos empezaron a subir de tono y a dar verdaderas perlitas para la posteridad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dovith
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