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España España · barcelona
Críticas de dovith
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Críticas 97
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
11 de junio de 2015
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En las telenovelas siempre se tiene que tener a una heroína con una historia bien culebronesca: por ejemplo en "Topacio", una niña era criada como un animal salvaje en el monte hasta que el Dr. Martín Buitrago la tomaba bajo su protección y la educaba con el único propósito de convertirla en su esposa cuando fuera adulta. Debido a su ceguera, Topacio ignoraba que Martín había quedado desfigurado al salvarla de un incendio. En "Jane the Virgin", se nos presenta a Jane Gloriana Villanueva, hija de Xiomara, nieta de Alba. Jane estaba prometida con el detective Michael Cordero, y, al otro lado de la ciudad, Rafael (un flechazo que Jane tuvo un verano cuando era más jovencita y que nunca la llamó) estaba casado con Petra. Pero entonces, Jane (que, por si no lo habéis pillado por el título, es virgen) en una visita al ginecólogo es inseminada accidentalmente con el esperma de Rafael (que lo tenía congelado y guardado en un banco de esperma, porque posteriormente a su extracción sufríó una operación debida a un cáncer que le imposibilitó de por vida poder tener hijos; no hace falta decir que dicho esperma iba destinado a Petra, que quería darle una sorpresa a Rafael quedándose embarazada). Así que Jane decide romper con Michael, y Rafael rompe con Petra. Y, adivinad qué!, se enamoran. Por otro lado, Petra, que posee parte del hotel de Rafael, no posee lo que más desea en el mundo, a Rafael. Todo parece sacado de una telenovela, ¿verdad? Pues esperad, Jane descubre que su padre es su estrella favorita de las telenovelas: Rogelio de la Vega, el cual vuelve a aparecer en su vida...
La verdad es que de entrada el argumento puede parecer un auténtica chorrada, el de una serie mala con avaricia. Pero JTV no es un culebrón al uso, se ríe de sí misma en todo momento y, de rebote, de todos los culebrones habidos y por haber. Tiene un tono similar al que tuvo en su momento "Ugly Betty" o "Desperate Housewives" o la actual "Devious Maids", que hace muy poco ha comenzado su tercera temporada. Se trata de una telenovela que se ríe descaradamente de las telenovelas, alternando ingeniosamente la comedia y el drama. La serie muestra constantes giros en sus múltiples tramas a un ritmo casi frenético, que no permite que te aburras ni por un instante. JTV es un claro ejemplo de que la premisa no hace la serie, sino que la serie la hacen un montón de ingredientes que tienen que ir en su justa medida: un elenco de actores y actrices (en este caso mayormente desconocidos para el gran público) en estado de gracia, una banda sonora con unos encantadores toques latinos que acompaña a la perfección a los hechos absurdos que se van desarrollando, apariciones estelares de conocidas estrellas del mundo latino como Paulina Rubio o David Bisbal (un cutrerío con mucho encanto), por no hablar de asesinatos, asuntos turbios relacionados con drogas, cirujía plástica, pasados oscuros, secretos familiares, dobles identidades... entre muchos otros ingredientes que hacen de este alocado y refrescante cocktail latino, una bebida muy apetitosa. Tiene todo lo que nos gusta de las telenovelas, porque sé que en el fondo os gustan y habréis seguido alguna, aunque ahora os cueste reconocerlo, sacándole todo lo que no nos gusta de ellas. La serie hace gala de una descomunal exageración, excentricidad y ridiculez (fotos de carteles que hablan, objetos parlanchines...) pero lo hace con encanto y con honestidad, de manera que la serie aguanta todo lo que le echen...
Jane Gloriana Villanueva está interpretado por la talentosa Gina Rodríguez, que tiene una sonrisa encantadora y es capaz de arrancar carcajadas y lágrimas con una facilidad y una naturalidad innatas.
los personajes secundarios no se quedan atrás, y cada uno a su manera son un elemento indispensable para que toda esta farsa funcione. Comenzando por Xiomara Gloriana Villanueva (la madre de Jane), Xo para los amigos, es un poco devorahombres, un poco ligerita de cascos, pero una ligerita de cascos entrañable y de buen corazón que, por si fuera poco, es una fan acérrima de Paulina Rubio, la cantante mexicana es su ídolo y quiere llegar a ser una estrella de la canción pop petarda como ella algún día. Luego tenemos a Alba Gloriana Villanueva ("Agüela"), una devota cristiana que se empeña en seguir hablando español aunque lleve más tiempo en Estados Unidos que el propio Barack Obama, que entró en el país de manera ilegal, por lo que nunca quiere ir al médico porque no tiene los papeles en regla. Alba es la principal causa de por qué Jane está reservando su flor fresca y lozana hasta el matrimonio. Hilarante es el flashback donde Alba habla con una jovencísma Jane, que casi ni la comprende, y le dice: "Mira la flor que tienes en la mano. ¿Ves lo perfecta que es? Lo pura que es... Ahora, mija, estrújala", la obediente Jane le hace caso a su abuela y ésta continúa su discurso dogmático: "Ahora intenta que parezca nueva otra vez. Venga!", una asustada Jane responde con una voz tímida y temblorosa: "No puedo..." Y Alba implacable continúa: "Cierto es, no puedes volver atrás. Y eso es lo que sucede cuando pierdes tu virginidad. Nunca más puedes volver atrás. Ninca lo olvides, Jane!"
JTV puede parecer una serie tonta, pero es entretenimiento en estado puro y además entretenimiento hecho con muy buena mano. JTV ha puesto toda la carne en el asador en su primera temporada, ofreciendo un montón de tramas desarrolladas sin miedo a quedarse sin ideas y explotando todos y cada uno de los filones que las semillas que iban sembrando podían ofrecer al espectador.
dovith
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Mom (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos2013
5,7
2.975
Eddie Gorodetsky (Creador), Chuck Lorre (Creador) ...
7
3 de mayo de 2015
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El jueves pasado se emitió el último episodio de la segunda temporada de la sitcom "Mom", la nueva producción de Chuck Lorre, la mente pensante detrás de otras sitcoms de éxito como "The Big Bang Theory", "Mike & Molly" o "Two and a Half Men" y que ya sabemos desde el pasado 12 de marzo que ha sido renovada a una tercera temporada. La serie cuenta entre su elenco con dos "monstruas" de la comedia; por un lado Anna Faris, que ya tiene el culo pelado en hacernos reír con su participación en la saga de "Scary Movie"; y por otro lado, a Allison Janney, quien triunfó con un papel dramático en "West Wing" (El ala oeste de la Casa Blanca) i brilló con luz propia en un papel secundario en "Masters of Sex", y que ya se ha llevado el Emmy por este papel y una nominación a los Golden Globe. Ambas poseen un tempo perfecto para la comedia, haciendo que ésta no decaiga en ningún momento.

"Mom" no es una sitcom familiar al uso, no estamos hablando de "La tribu de los Brady", "Los problemas crecen" o "Cosas de casa", sino que se encuentra más en la línea de esas sitcoms sobre familias desestructuradas y lejos de ser perfectas, como "Roseanne" o incluso "Los Simpson". "Mom" no cuenta la historia de Christy (Faris) una madre soltera ex-adicta al alcohol, que decide rehacer su vida trabajando en un restaurante donde tiene que servir bebidas alcohólicas frecuentemente y nada más y nada menos que en Napa Valley, una región de Estados Unidos conocida principalmente por su producción de vino, un sitio ideal para dejar de beber. Pero las complicaciones no terminan ahí, Bonnie (Janney), también una ex-alcohólica en recuperación, y con una relaciñon algo tensa con su hija, por circunstancias de la vida tiene que vivir bajo el mismo techo con esta curiosa familia. Y así la comedia está servida...

Ya la intro de la serie es toda una declaración de intenciones. En ella vemos un desfile rápido de fotos con el pasado de Christy - como stripper, alzando una botella de champán dentro de un carrito de compras, e incluso posando para una foto de la policía como detenida. Estas fotos son un fuerte contraste con el retrato que aparece al final de familia ideal, y con la música clásica que las acompaña.Una de las grandes bazas de la seria es la dinámica entre Christy y Bonnie, dos madres que nunca ganarán el galardón de "mamá del año" y si no que se lo pregunten a Violet, una adoelscente que se ha quedado embarazada y a Roscoe, el hijo menor (por supuesto dos hermanos de distinto padre...). La relación entre Christy y Bonnie se basa en elementos fundamentales en toda relación sana entre madre e hija como son la mentira, la trampa y un comportamiento en general de lo más moralmente cuestionable... En el fondo son personajes cargados de buenas intenciones, pero que están tremendamente equivocados sobre cómo enfocar las cosas y eso los convierte en unos personajes aún más atractivos.

Otro punto fuerte de la serie es los tema poco convencionales sobre los que trata, especialmente al tratarse de una sitcom; temas como el alcoholismo, el embarazo adolescente, la falta de vivienda, el cáncer, la infidelidad, la violencia doméstica e incluso la muerte no parecen un plato de buen gusto para una comedia y de ahí que la serie se haya ganado la etiqueta de comedia negra, pero esta combinación la convierten a la vez en una serie divertida y emotiva. Se trata de una sitcom en la que no tiene que resultar extraño que en un momento dado derrames algunas lágrimas y ahí se demuestra una vez más la versatilidad de sus actrices que se encuentran muy bien acompañadas de algunos actores y actrices secundarios que suman calidad: Octavia Spencer, Nate Corddry, Mimi Kennedy, French Stewart o Jaime Pressly. Todo ello la convierte en una sticom irreverente e cínica, a la que vale la pena echarle una ojeada.
dovith
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7
20 de marzo de 2015
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie formaba parte de un una especie de trilogía televisiva llamada "Cucumber/Banana/Tofu"; estos tres títulos provienen de un estudio científico sobre la erección masculina que dividió el nivel de dureza de la erección en una escala que consiste en diferentes estados: tofu, plátano pelado, plátano y pepino. "Banana" es una serie corta que se emitía después de "Cucumber", que giraba en torno a algunos de los personajes secundarios que aparecían en "Cucumber" y "Tofu", que se emitía justo después de "Banana", es una serie documental que se centra en algunas actitudes sexuales del siglo XXI desde la perspectiva de gente común.

"Cucumber" se centra en un hombre gay de mediana edad, Henry Best (Vincent Franklin), lidiando con la vida en pareja con su novio con el que lleva nueve años, Lance Sullivan (Cyril Nri). La serie hace una buena disección de la vida en pareja, más allá de la temática gay. Una pareja que se quiere a rabiar, pero entre la que hay cero química sexual, algo más común de lo que pueda parecer. ¿Puede una pareja sobrevivir si el sexo no funciona? ¿Pueden el amor, el cariño, el respeto y la admiración ser suficientes para mantener a dos personas juntas cuando algo tan físico, básico y animal como es el sexo no termina de funcionar? Es una pregunta interesante y de difícil respuesta. La serie no pretende dar respuestas, pero sí que nos muestra la vida de unos gays de cuarentaimuchos, porque los cuarenta son para mucha gente hoy en día los nuevos treinta. Mucha gente sigue sin tener su vida encauzada cuando cruza la temida frontera de los cuarenta.

Hasta el espléndido episodio 1x06, la serie se caracterizó por un tono más bien cómico, lleno de situaciones entre burlescas y patéticas, como cuando una vecina de Henry y Lance, se los encuentran una mañana y le dice a Henry que si puede empezar a masturbarse más lejos de la ventana, que su hijo menor de edad puede verle. Esto se lo dice frente a su pareja, Lance, con el que ya hace tiempo que no mantiene relaciones sexuales... Pero aún así, incluso antes del ya mencionado episodio seis, la seria ya había mostrado pequeños dramas de personajes secundarios, como el amigo de Henry y Lance que les cuenta que su esperma hace un tiempo que tiene un aspecto anaranjado. Las bromas en torno al tema no cesan, hasta que nos es anunciado que al personaje en cuestión le han diagnosticado un cáncer...

La serie nos muestra una realidad muy distinta a la que nos mostró Russell T. Davies en su primera serie de temática gay. Davies regresa a Canal Street, la calle llena de bares y discotecas de ambiente de "Queer As Folk". Pero el ambiente está lejos de ser la zona de cruising de aquel entonces, ahora las App's como Grindr, Tindr , ..., son las que dominan el cotarro y determinan con quien terminarás pasando la noche en la cama... Y sobre todo Davies nos hace un buen análisis de lo que supone el paso del tiempo, hacerse mayor. Como decía antes, ya no se trata de los treintañeros en la flor de la vida de QaF. Ahora con cuarentaitantos, la chispa se ha apagado y espera eternamente volverse a encender...

La serie te hace pasar buenos momentos con su hábil sentido del humor. Muy gracioso el momento en que Lance confiesa a Henry que tiene una cancioncilla grabada en la cabeza y que no logra saber cuál es el título, sólo recuerda que debe ser alguna canción de Eurovisión. Luego le vemos en la ducha y descubrimos que lo que está tarareando es en realidad el "La La La" de Massiel... O cuando aparece una mariliendre de estas que siempre sale por el ambiente con sus amigos gays y que luce una larga melena de color blanco a los que todos tus amig@s llaman Khaalesi...

En principio la serie termina en su episodio 8. Un episodio que cierra de manera bastante convencional todas las tramas, pero no por convencional deja de resultar interesante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dovith
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7
16 de marzo de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Todd Solondz dirigió en 1998 una película llamada "Happiness", está claro que en realidad quería decir unhappiness. Pues bien, cuando los hermanos Duplass (Jay y Mark) crearon esta serie y la llamaron "Togetherness" (algo así como unión o compañerismo) en realidad querían decir disaffection o distanciamiento, que es de lo que habla esta nueva serie de la cadena privada HBO, estrenada en enero de este año y que el pasado domingo emitió su octavo y último episodio de la primera temporada. La serie ya ha sido renovada a una segunda.

El género de la dramedy, esa combinación perfecta de drama y comedia, está dando muy buenos frutos, y la HBO, junto con Showtime, parece que se está especializando en ello. En este caso, la serie se centra en el matrimonio Pierson (Brett y Michelle), que por circunstancias de la vida han acogido en su casa al mejor amigo de Brett (Alex Pappas), que es casi como un hermano para él, y a la hermana de Michelle (Tina Morris). De esta manera, se ven obligados a vivir bajo el mismo techo, intentando lidiar con sus relaciones y perseguir sus sueños a nivel individual, algo nada fácil... Todos los personajes se encuentran en esa delicada frontera entre los treinta y los cuarenta. Una etapa de la vida en la que se está a vueltas de todo, ya nada parece que surja de manera natural, nada fluye, la llamada crisis de la mediana edad. Esa fase en la que la sociedad asume que tienes que tener tu vida encauzada, cuando a veces resulta que es cuando más patas arriba la tienes... La monotonía del matrimonio, la sensación de que deberías haber encontrado ya a tu persona, la sensación de que deberías haber encontrado ya tu vocación y por supuesto un trabajo definitivo, la sensación de que los sueños que tenías en tu juventud no parece que vayan a cumplirse jamás...

Los hermanos Duplass han creado, pues, una serie que supura verdad por cada una de las hondas heridas de sus personajes y esa es una de las grandes bazas de la serie, esa y la mezcla de vulnerabilidad, rechazo y adorabilidad que pueden causar sus personajes, porque todos sabemos que la frontera entre el cariño y el desprecio es una delgada línea muy fácil de cruzar, por lo que muy posiblemente tendremos sentimientos encontrados hacia los cuatro protagonistas. Así, por un lado, tenemos a Brett (Mark Duplass) y Michelle (Melanie Lynskey, para mí la mejor de la serie, su historia es la que más me ha enganchado), un matrimonio que lleva diez años juntos, y que ha perdido la chispa, la llama de la pasión. Michelle no quiere mantener relaciones sexuales con Brett. Ambos quieren arreglar la situación sin llegar al divorcio, porque se quieren, se tienen cariño, pero parecen más compañeros de piso que un matrimonio.

Por otro lado, tenemos a Alex (Steve Zissis), un hombre rechonchín y poco agraciado que sigue persiguiendo su sueño de convertirse en un actor de renombre. Está harto de que le llamen para castings de secundones graciosillos, quiere un papel protagonista. Alex está enamorado secretamente de Tina (Amanda Peet), la "hermana guapa", pero no por ello menos desequilibrada, de Michelle. Tina busca el amor, pero los hombres sólo la quieren por su belleza exterior, ninguno se toma la molestia de ver cómo es por dentro. Bueno, Alex sí, pero ella ni se fija en él, lo ve como su amigo regordete y simpático. La química entre Zissis y Peet traspasa la pantalla y claramente, en mi opinión, es uno de los platos fuertes de la serie, uno no se cansa de ver a estos dos.

No hace falta decir que todos los actores muestran sus defectuosos personajes con naturalidad y sinceridad y todo ello encaja a la perfección en esta especie de producción independiente para la televisión, que no tiene nada que envidiar a algunas de las joyas del festival de Sundance. Una serie donde lo verdaderamente importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Lo verdaderamente importante no es el lugar donde ocurre todo, sino los personajes a los que les ocurre todo, unos personajes con lo que podemos empatizar, a los que odiaremos y amaremos a partes iguales. Nadie es juzgado por cometer actos moralmente cuestionables. Podemos entender cuando alguno de los personajes quiere cometer adulterio, podemos entender cuando alguien quiere seguir en una relación que no funciona, sentimos todos y cada uno de los sentimientos encontrados de los cuatro personajes protagonistas, porque, como he dicho antes, la serie rezuma verdad, y ante eso la originalidad de las situaciones deja de ser un factor importante.

Una serie sobre la conexión humana, sobre la cercanía que buscamos cada día con la gente que nos rodea, gente que busca el contacto físico, una caricia, un abrazo, y no lo encuentran en la persona que tienen a su lado y con la que comparten la mayor parte de su tiempo.
dovith
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7
2 de marzo de 2015
30 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
La máquina de fabricar series comerciales que funcionan llamada Shondaland, la productora con nombre de parque de atracciones de Shonda Rhimes, culpable de otros éxitos como "Grey's Anatomy" y "Scandal", este año decidió añadir una tercera serie en discordia llamada "How to Get Away with Murder" (aquí en España "Cómo defender a un asesino"), y así acaparar las audiencias de los jueves.
Está claro que uno de los platos fuertes de la carta de presentación de la serie es su actriz protagonista, Viola Davis, quien interpreta a Annalise Keating (o Anna Mae, como la llama su madre) una implacable y astuta abogada sin escrúpulos y profesora de la asignatura Ley Criminal 100 o lo que ella coloquialmente llama "Cómo defender a un asesino"). Su primera frase cuando llega a la clase y se presenta a los alumnos es "Buenos días, no sé qué cosas terribles habéis hecho en vuestra vida hasta ahora, pero claramente vuestro karma debe estar algo desequilibrado para haber conseguido ser asignados a mi clase.", ya es toda una carta de presentación. Las teorías que lanza en su clase sobre cómo ser una buena abogada son moralmente muy cuestionables y dicen mucho del sistema de justicia: "Lanzamos tanta información al jurado, que éste se va a la sala de deliberación con una incontenible sensación: la duda".
Muy pronto en el piloto ya se nos muestra que Annalise no es un ángel y que tiene un montón de esqueletos ocultos en el armario. Magnífica con su chupa de cuero violeta, su estupenda peluca, sus pestañas postizas y sus cejas pintadas; es como su uniforme de superheroína, porque debajo de todo esto se oculta Anna Mae, una mujer infeliz, atormentada y muy, muy compleja. La Davis es la reina de la función; su fuerza, su talento, su carisma, pueden con todo, incluso cuando el guión flojea o se fuerza la suspensión de incredulidad hasta límites inimaginables, ella lo defiende con garras y dientes, como una pantera elegante, pero letal. Sus alegatos en el tribunal son épicos, de lo mejorcito que hemos visto en televisión en lo que llevamos de año. Este año se le ha escapado el Golden Globe, pero se lo merecía de todas todas.
Pero la Davis no está sola en toda esta función de excesos, caos, secretos, relaciones extramaritales, asesinatos, romance, sexo y locura. Annalise cada año elige a un selecto grupo de alumnos a los que les permite ayudarla en los casos. En clase parece que sólo estén ellos, sólo ellos levantan la mano, sólo ellos son interpelados por Annalise para intervenir...
Por encima de todos los alumnos, quiero destacar a Connor. Una especie de Samantha Jones en "Sex and The City" versión masculina y gay. Se acuesta con "toquisqui" para conseguir información, porque es consciente de su atractivo sexual y no duda en utilizarlo a diestro y siniestro. Con su media sonrisita, su caída de ojos y su look arreglao pero informal, se lleva a quien quiera, sea hombre y mujer, de calle... Connor ha ido soltando constantes perlitas de diálogo, que lo han convertido en mi personaje favorito dentro del grupo de secundarios. Perlitas de alto contenido sexual como "Me hizo esa cosa en el culo que hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas...", "Di la palabra clave y podemos empezar a enrollarnos", o cuando descubre que se acostó con el prometido de Michaela y le suelta "¿Adivina qué es lo que tenemos en común?". Y estupendo que se eche un novio filipino, que le pone de pies al suelo y consigue calmar su apetito sexual para con todos y redireccionarlo hacia el camino de la monogamia... La relación más estable de la serie sufre un duro revés en el season finale emitido el jueves pasado, que creo que puede dar mucho juego en el futuro de la serie.
HTGAWM es un auténtico placer culpable, no se trata de una serie de alta calidad, como "Breaking Bad", "The Sopranos", "Game of Thrones", etc, pero tampoco tenemos que avergonzarnos de pasárnoslo endiabladamente bien viéndola, aunque resulte poco creíble, aunque a veces chirríen sus guiones, aunque a menudo sus personajes sobreactúen o hablen demasiado y demasiado rápido (marca de la casa de Shonda Rhimes); todo ello va en beneficio de una sola cosa: el entretenimiento, y de eso nuestra querida amiga Shonda sabe un rato. Sus series quizás no ganen premios, pero arrasan en audiencias y eso también es importante. Shonda es capaz de crear auténticos blockbusters televisivos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dovith
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