Girlhood

Decidí comenzar el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2014 con "Girlhood" (La banda de las chicas) y no me arrepiento de ello.

Es una buena película. Sin más. Que no es poco.

Aunque claramente cada pantallazo en negro nos divide la vida de la protagonista como en capítulos, para mí la película tiene dos partes muy diferenciadas.

La primera hora de la película (de un nivel altísimo de cine) y lo demás (que no está a la altura de la primera hora de cine que hemos disfrutado). De ahí el "podría haber sido una pasada" del título.

Para mí la primera hora es maravillosa de cine. Genial en todos los aspectos. Todos los momentos en los que las chicas protagonistas están juntas en escena son disfrutables. Pero a partir de la mitad, más o menos el nivel cae bastante y es lo que me hace tener esa sensación de "oportunidad desaprovechada" para estar ante un peliculón.

Igualmente recomiendo verla. Las actrices están muy naturales y hacen bien su trabajo. La música acompaña muy bien y el aspecto visual es casi perfecto.

Buena película para comenzar un Festival que promete muchísimo.

No me quiero imaginar lo que hubieran hecho otras manos menos sensibles y elegantes con este material tan delicado e inflamable; no es difícil pensar en un suma y sigue de atrocidades: violaciones, palizas, navajazos, pinchazos, reformatorios, cochambre...; pero no, afortunadamente la directora nos evita pudorosamente ese vía crucis, ese martirio o espectáculo tan habitual e indecoroso, tan sensacionalista y morboso.
Bueno, la historia es consabida, el trayecto, también conocido; desde el punto de partida (adolescente de barrio marginal y con un difícil entorno familiar) al de llegada (pocas expectativas demasiado agradables); lo interesante es presenciar el camino, el cómo, lo que se ve y lo que se oculta.
Y aquí se opta por narrarlo todo sin que veamos (casi) nada (de lo más doloroso o brutal); o de cómo decir lo esencial sin permitirse detalles escabrosos.
Entendemos a la guapa joven, vemos su rabia y su pena, su necesidad de encajar; observamos también a su familia, con madre triste y (casi) siempre trabajando, padre ausente, hermano mayor tiránico y abusivo y hermanas pequeñas cariñosas y desvalidas; nos cuentan que es mala estudiante y que no quiere ni la formación profesional ni trabajar, y también cómo se une a una pandilla de chicas de su edad, adolescentes, en el límite de la delincuencia trágica, tan brutas y pendencieras como tiernas y candorosas. Ella es "fuerte y solitaria", un carácter rebelde* que no quiere pasar por el aro; es más arrojada de lo normal, con nada que perder, o eso al menos siente ella. Se va cerrando caminos, quemando etapas, creando su propia cárcel, construyendo/descubriendo aceleradamente su inevitable destino, su irremediable encrucijada.
Y, aun así, a pesar de lo agrio del asunto, la mirada, que muestra los momentos definitivos (con ramalazos, brochazos de talento, casi como por encima), es luminosa, a favor, con cariño, se centra en lo "felices y bellas" que son, aun con todo, antes de todo, de la madurez, del fin de la inocencia; sin tremendismos ni desafueros.

Titulada en Francia originalmente como "La banda de las chicas " la película recibió el nombre de "Girlhood" no sabemos si por asociación con algún conocido arquero británico o con unos de los títulos del año "Boyhood".

Pero en este caso no estamos ni en EEUU,ni el bosque de Sherwood, estamos en París, pero no en la ciudad de la Torre Eiffel, Louvre, Notre Dame....estamos en sus arrabales y eso es muy distinto. Aquí esa Francia tan supuestamente avanzada social y culturalmente desaparece, es en este ghetto donde encontramos a nuestras protagonistas cuando en el salto desde la adolescencia a la madurez son conscientes del abismo que tienen bajo sus pies. Aquí del fracaso, del escolar y familiar, surgen nuestras heroínas surge esta "Band de Filles"

Esta banda de chicas parecen querer conectar tan solo por el color de su piel con sus orígenes ya que ni sus ropajes ni su alisado pelo denotarían sus raíces africanas . Igualmente, sin renunciar en principio a la feminidad y al culto a su cuerpo, rechazan el papel que su sociedad le otorga a su genero, detestan aquellos puestos que les parece asignados por su sexo y no dudan en usar como arma la violencia verbal y física , en una jungla urbana donde solo los fuertes sobreviven.

Pero para Celine Sciamma, la directora, el enemigo más fuerte es la realidad y es el que siempre da el último golpe y finalmente solo queda la remisión. Así asesina la rebeldía dando una solución más propia de la España del generalísimo que de la Francia del siglo XXI, todo esto tras un epílogo interminable, con un descenso a los infiernos infumable que parece tener solo la intención de que la película alcanzase las 2 horas de metraje, con lo lucida que hubiera quedado la actuación de nuestras cuatro protagonistas con 90 minutos. Por que estas cuatro chicas sin experiencia previa lo bordan por momentos y de una forma equivocada prescinde de tres de nuestras nuestras heroínas usando a Marianne como única y total protagonista siendo una herramienta para que la directora destruya la frescura de la película.

Sin duda estamos ante un mal no solo de este film sino de gran parte del cine contemporáneo, el masticar tanto los finales, su moraleja final.... No se si dudan de la capacidad del espectador para entender su película o de la suya para realizarla.

Marieme tiene 16 años y está a punto de repetir el año en el colegio, por tercera vez. Ya no la aceptarán en el mismo lugar y deberá buscar qué oficio estudiar. Vive con su madre que trabaja como personal de limpieza, un hermano mayor y dos hermanas menores. Djibril, el hermano, trata muy rudamente a las dos hermanas mayores.
Marieme se relaciona con Lady, Adiatou y Fily, tres chicas a las que les gusta hacer nada, escuchar música e involucrarse en peleas callejeras con otras chicas y a partir de entonces la conocerán como Vic (por Victoria). Empieza a cambiar su modo de ser, pero estas nueva actitud la llevará a caminos poco saludables a costa de poner en juego sus vínculos.

Luego de ver "Naissance des pieuvres" ("Water lilies") tenía muchas expectativas con esta nueva película de Céline Sciamma. La historia es interesante pero la realización es por momentos muy tediosa, alargando innecesariamente las escenas, donde no queda nada por mostrar ni demostrar. De hecho el film dura unos innecesarios 112 minutos.

Algunas de las actuaciones son también interesantes, aunque la protagonista principal pareciera no poder mostrar más que uno o dos matices.

Céline Sciamma culmina con ‘Girlhood’ su trilogía sobre la adolescencia femenina y sus conflictos de identidad, ya sea sexual o social, que iniciara en 2007 con ‘Lirios de agua’ y continuara con la más brillante de la trilogía: ‘Tomboy’. Esta Banda de chicas como reza su nombre original (‘Bande de filles’), obtuvo cuatro nominaciones para los César franceses, fue finalista del Premio Lux que concede el Parlamento Europeo (venció ‘Ida’) y la pudimos disfrutar en la pasada edición del Festival Internacional de cine de Gijón.

En esta ocasión Sciamma escribe y dirige sobre la historia de una joven de raza negra que vive en un barrio del extrarradio parisino. Marieme (Karidja Touré) no tiene una vida fácil, acude diariamente a clase y trata de cuidar de su joven hermana mientras recibe todo tipo de indicaciones y prohibiciones por parte de su hermano mayor: inquisidor y maltratador. Tiene una vida difícil y anodina hasta que empieza a ver en un grupo de chicas de espíritu libre como un espejo donde mirarse. Comienza a partir de entonces una nueva vida con sus nuevas e inseparables amigas donde la lealtad, el respeto y la violencia callejera tanto física como verbal estará muy presentes y competirán dentro de un mundo regido fundamentalmente por hombres. Marieme dejará de existir para convertirse en Vic.

‘Girlhood’ es un drama real, que se puede tocar con los dedos y que huye de la amabilidad de otros relatos. En él la directora muestra las dudas y dificultades de una joven maleable que forja una dura personalidad en la que la ética y los convencionalismos no se dan la mano. La directora francesa a través de su estilo minimalista y realista quiere trasmitir la esperanza y los sueños de unas jóvenes que tiene que enfrentarse al destino día sí y día también tratando de evitar ser comido por una sociedad devastadora. La filmación es austera y sombría en ocasiones y se recrea en momentos grupales donde dan rienda libre a su espíritu jovial, alejando los fantasmas de convertir el film en un profundo estudio de la depresión estacional juvenil. La película goza de grandes escenas que desprenden proximidad y realismo, algo que fomenta la utilización de actrices noveles y desconocidas; donde sentiremos el miedo, la confraternidad y el primer amor de una manera cercana y contigua. El cuarteto de jóvenes resulta creíble en sus interpretaciones ganándose el afecto y empatía del público, fundamentalmente el personaje principal que desarrolla la debutante Karidja Touré, todo un descubrimiento y que espero veamos pronto en futuros proyectos cinematográficos.

Relato duro que va de más a menos, de buen cine de autor europeo, pero sobre el que echo en cara una falta de sentimiento entre tanta realidad urbana. Quizás no termina de empapar por la lejanía de lo que experimentas en ella, y todo ello a pesar de la vocación instructora del film. Una película que irá ligada para siempre del ‘Diamonds’ de Rihanna además de una banda sonora muy interesante, aunque en ocasiones cargante, de Jean-Baptiste de Laubier. Más que interesante aunque hubiera esperado más. Completan el reparto Assa Sylla, Lindasy Karamoh, Mariétou Touré, Rabah Nait Oufella e Idrissa Diabaté.

Lo mejor: La ficticia libertad de sus personajes. Karidja Touré.
Lo peor: En la parte final decae el interés.

Valoración:
Banda sonora: 6
Fotografía: 6
Interpretación: 6,5
Dirección: 7
Guion: 7
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6,4

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