La doppia ora

Es bastante complicado pautar la crítica de una pelicula de este estilo sin dar demasiados datos sobre su resolución. Trataré de plantear la temática sin responder a los misterios que va generando La Doppia Ora.

No es un típico film italiano y sus coloridos (y gritones, claro está) diálogos/debates.
"Es una de suspenso", podría decir y estaría de alguna manera en lo cierto.

Se plantea la historia desde la vista de una mujer, Sonia, que asiste a un bar para solos y solas. Allí conoce a Guido. Cuando todo empieza a rumbear hacia lo romántico, hay una escena que divide la película en dos. A partir de ahí la trama se vuelve subrealista en algún nivel, y a partir de entonces el director comienza a jugar al gato y al ratón, y ya nadie es lo que parece. Esta mitad, que es la que más interesante, me resulta muy bien armada, aunque con trampa para poder disfrutarla.

Con ciertos toques de "No le digas a nadie" y "1408", La Doppia Ora se hace fuerte en su incoherencia y es allí donde mantiene la intriga.

No es una obra maestra (6.5) pero de más está decir que recomiendo su visionado, sin mayores expectativas.

Ciertamente "La doppia ora" no es una película convencional. No sólo no lo es por su ritmo, también por sus pretensiones; incluso por su línea argumental. Parte como un thriller común y gira a algo distinto. A ratos resulta desconcertante, a ratos previsible, pero realmente no lo es. Quizás demasiado sutil, excesiva por lo mínimo; de intensidad contenida y carácter lineal, pero curiosa y de cierta facilidad que incita al visionado.

Lo que podría haber sido una gran thriller gracias a un arranque bastante interesante y turbador se cae por completo cuando se opta por dar un golpe de timón, ¡¡y qué golpe!!, y en dos giros (el primero de ello harto tramposo y el segundo sin mucho sentido) la trama se pierde en lo absurdo y en lo sonrojantemente repetitivo.

Una auténtica lástima porque la cinta apuntaba muy buenas maneras pero a partir de los primeros 30 minutos parece que el director no sabía que se traía entre manos.

En definitiva, gratificante en su punto de partida pero fallida en su conjunto.