No-Do

....a lo que he visto. La película es mala. Pero muy mala. Y casi todos sus defectos parten del guión, que no incurre en los típicos errores en que tantas películas caen y que todos perdonamos, no, cae en errores de bulto que te impiden entrar en la historia.

La historia! La historia la hemos visto 300 veces más y contada mejor que aquí. "Familia se muda a casa misteriosa en la que ocurren fenómenos paranormales", a que te suena? Todo, absolutamente todo lo que ocurre durante la película está sacado de otras películas que ya hemos visto. Como juego entretenido (porque la película es leeeeeenta) os propongo que al verla trateis de fijaros en qué han sacado de "El Exorcista", "Los Otros", "Al Final De La Escalera" o "El Orfanato", porque esta película es un refrito de todas estas, pero mal hecho. Y además ocurre lo peor que le puede pasar a una película de misterio/terror: que la sala se parta el pecho a reír en determinados momentos.

Menos mal que solo me ha costaro 2€ verla. Y aún así duele por el tiempo invertido :D Vaya tela con el cine español!

Para empezar, creo que el primer error es vender la película como Terror. Este caso me recuerda a las películas de M. Night Shyamalan, en el tráiler te lo venden como terror y al final te quedas como si fuera una mala película, como si te hubieran timado y simplemente es que no has visto una cinta de terror, sino otra cosa.
Por otro lado mi crítica no sólo va dirigida hacia la película, sino a las votaciones. Está claro que no es una obra maestra ni que tampoco estará en nuestro recuerdo para toda la vida. Pero ahora, hagan una pequeña reflexión. Si en vez de Ana Torrent, fuera Cate Blanchett y si el director fuera en vez de un "desconocido" Elio Quiroga, que sé yo, Sam Raimi ¿A que ya la mirarían con otros ojos? ¿Qué nota se le daría? A ver si aprendemos a valorar las cosas por lo que son, vengan de donde vengan y que no se nos caiga la baba por el simple hecho de ser de Hollywood´s Land.
A parte de esto, me parece una película entretenida y atrevida. Trata de lo de siempre pero no contado de la misma manera, es menos liante, menos "espectacular" nada de cementerios indios ni de colgados de pueblos del desierto de nevada. En nuestra tierra tenemos montones de historias para no dormir que ya quisieran en el nuevo mundo y aprovecharla de la manera que lo han hecho en esta película me parece muy correcta.
Un voto por el cine español y por los que se atreven a tratar este tipo de géneros que no son para nada las típicas “españoladas”.

Como medio de propagación del régimen franquista nació el NO-DO, noticiario adoctrinador de obligada emisión en los cines antes de la proyección de las películas. Elio Quiroga juega con este hecho recreándose con los misteriosos “NO-DOs secretos”, grabaciones del régimen y el Vaticano de sucesos milagrosos e inexplicables que tenían la intención de convertir a España en el centro de peregrinación de la cristiandad pero que, por alguna extraña razón, han permanecido ocultas al público.

El presente real de la película se sitúa en la actualidad, Francesca (Ana Torrent) es una joven pediatra que se muda con su marido (Francisco Boira) a una solitaria y carcomida casa de campo para intentar olvidar y encontrar una nueva senda que marque sus vidas. Una vez en su nuevo hogar, Francesca padecerá una serie de visiones tenebrosas que nublaran su cordura, su única meta consistirá en resolver el enigma que encierra la casa. La trama no destaca por su originalidad, una pareja en una casa solitaria, apariciones fantasmales, niñas diabólicas, una mujer sola ante el peligro… son sintonías que ya hemos escuchado. El gran merito de la cinta es que sabe jugar con todos estos elementos hasta el punto de fabricar una historia convincente. Tampoco pretende quedarse en el aire, Quiroga ha sabido dar un toque de distinción a la película, sabiendo conjugar a la perfección una historia muchas veces vista a otra novedosa, la miscelánea del franquismo, la Iglesia Católica y los hechos paranormales.

Junto con este buen guión –perdón que me repita pero hace mucho tiempo que no puedo escribir esto de una película de terror– encontramos a Ana Torrent (“Tesis”) en el papel protagonista, ella sola se basta para llenar la pantalla y acercar la historia al espectador. Todo lo contrario pasa con su marido (Francisco Boira) al que no me creo nada de lo que dice, una pena. El ritmo es el adecuado, en la parte central decae para luego recuperarse en la parte final cuando Ana Torrent encuentra a otro personaje de su talla, el padre Miguel (Héctor Colomé) que será el encargado de ayudar a Francesca a encontrar las oscuras respuestas.

Con una gran dirección, unos efectos especiales, un uso del tiempo y una fotografía e iluminación dignas de mencionar encontramos una válida película de terror, con un déficit de tensión y horror, pero con una historia coherente y una Ana Torrent esplendida.

Basura fílmica de primer orden.

Peliculilla deslavazada. Rodada sin pulso, sin interés y sin saber.

Sin guión. Parece que la "historia" fue rodada sobre la marcha, según se le iban ocurriendo tontás al guionista-director, que al final se limita a hacer un cortar-pegar de todo el cine de terror choni que se ha tragado a lo largo de su vida.

Lamentable dirección de actores. Esto es puro teatro. Da la impresión de que en alguna secuencia va a caer el telón tras la parrafada que sueltan los curas. De la niña prefiero no hablar... resultaría muy ofensivo.

Excesivo empleo de la banda sonora, que se introduce en escenas donde no pega ni con cola. Practicamente suena musiquilla "inquietante" a lo largo de todo el metraje.

Los efectos especiales. Ja, ja, ja, qué espanto. Al igual que con la banda sonora se hace un abuso, que en este caso resulta por momentos ridículo. (Momentazo arácnido formado de sopetón por un montón de piezas de ortopedia)

La señora es mala. Vaya frasecita. Cuánto miedito da esta frase. La señora es mala, pero la peli es más mala que la señora. Mucho más.

No da miedo. No hay ninguna secuencia interesante. Al minuto 5 estás deseando pirarte. Es aburridísima. Aburre a las cabras.

Mi nota global para Elio Quiroga y su mojón: 0
Mi puntito es para Ana Torrent. Fantástica actriz, muy por encina de este despropósito y de este gran director.

Al final, cuando año tras año uno acude al cine a ver películas de terror con la esperanza de encontrar, no algo interesante, sino sólamente digno, termina agotado.

Porque, señores, no nos engañemos: ya no se trata de si la historia o la trama es tópica o está mal perfilada, tampoco va de si los actores dan de sí todo lo que podrían o pasan absolutamente del tema, ni siquiera me quejaría, a estas alturas, de lo recurrente que se ha tornado el tema que gira entorno a lo sobrenatural, pero cuando observamos una falta tan alarmante de ideas simplemente en la consecución de esas secuencias que, pretendidamente, deberían generar algo de desasosiego y tensión, a cualquiera se le quitan las ganas de todo.

"No-Do" pues, ya es otro de esos ejemplos en los que construir una atmósfera no tiene porque ser necesario. Todo funciona en base a los efectos especiales (que si ahora meto un espectro por aquí, que si ahora meto uno por allí), a los golpes de sonido y a los burdos trucos de siempre (flashbacks plomizos y cargantes, personajes que despiertan en el momento oportuno, sonidos o visiones extrañas por toda la casa, etc...), y termina por constituir otra lamentable intentona donde el terror confluya con una intensidad que jamás podría alcanzar una propuesta así.

Hablar sobre su conclusión, típica, deslavazada y torpemente adherida a los tópicos de toda la vida, sobre sus actores (Ana Torrent en un papel que parece interpretado a desgana, el que hace de marido -ni buscar el nombre me apetece- en un recital sobre como poner caras de preocupación, la hija “currándose” otra actuación a lo "Camino" -ojos abiertos de par en par, sonrisa enorme y a regar-) o sobre las pretensiones de enmarcar la historia en un contexto medianamente original como sería el del No-Do es algo que me produce tal desidia, que terminaré sencillamente dando un consejo: hagan lo que hagan, no la vean. Hay cosas mejores a las que dedicar el tiempo, sinceramente.