Caleidoscopio (Miniserie de TV)

Si esto no termina siendo inmirable, es por la producción de nivel y que "el robo" logra imitar la complejidad vista en las películas de Ocean de Steven Soderbergh, que obviamente este show copia. Eso, sumado a dos muy buenos episodios (entre ellos uno dedicado a un personaje en específico*) hacen que no sea una total pérdida de tiempo.

Habiendo dicho eso, la atracción principal era esta supuesta posibilidad de ver los episodios en cualquier orden (salvo el capítulo final), y que el orden random elegido fuera capaz de afectar nuestras simpatías o la experiencia de la historia y los personajes en general. Y este es el mayor robo del show, porque habiendo visto toda la historia, no encontré absolutamente nada capaz de cambiarme las simpatías por personajes tan arquetípicos, predecibles o repelentes, y es más, diría que me hubiera generado más intriga la historia (por más normalita que es) en el orden cronológico normal y sin los spoilers.

Por último adentrándome más en la historia y los personajes, debo decir que ambos son decepciones casi absolutas. Los personajes son clichés andantes o detestables o incoherentes (a veces todas esas cosas), y además los castigos y premios que reciben no me parecen ni "merecidos", ni graciosos, ni satisfactorios, ni suficientemente sorprendentes (en mí opinión, sólo un personaje se salva*). La historia, por su lado, nunca termina de generar total tensión ya que el desorden de los episodios revela muchísimas cosas que luego vemos en su origen, pero ya sin la gracia de no saber qué esperar, y al no haber un estilo de escritura que combata esto, lo único que se logró con este circo de poder "verse en cualquier orden" es que sepamos los spoilers de casi todo, sin nada bueno a cambio, en una trama exasperantemente simple, que el mentado desorden no termina de elevar nunca.

Bajo la premisa de poder ver los episodios en cualquier orden (menos el Blanco que debería ser visto en ultimo lugar) sin que la historia se vea afectada nos presentan una historia clásica de robos, nada del otro mundo, pero tratado con bastante cariño y pulcritud.

Los personajes son el centro de la trama y el lugar donde se apoya la historia para sostener un guion bastante clásico, a veces predecible, otras veces desconcertante. Son personajes arquetípicos que no presentan demasiadas aristas (salvo un par de excepciones que montan una historia de amor muy interesante) pero contribuyen a dar cierta (no demasiada) profundidad a la historia.

Caso aparte es el de Giancarlo Esposito que si tiene una historia detrás donde apoyarse y un personaje con crecimiento entorno al que gira la historia, interpretando de manera magistral a la mente creadora del atraco.

Giros de guion constantes a lo largo de una historia de mas de 25 años y que presentan lógicamente vaivenes en sus diferentes episodios pasando por algunos con clara inspiración en los Ocean’s Eleven de Steven Soderbergh y otros con una clara influencia de Tarantino.

Con defectos, con altibajos, pero una interesante propuesta que entretiene y sorprende a partes iguales.

Una pena como han podido estropear una trama aceptable con algunas interpretaciones pésimas y una puesta en escena de lo más cutre que he visto últimamente. Lo peor, el actor principal...exagerado muy exagerado.
Después de 4 capítulos desisto, no puedo continuar.

Es una serie de robos, como tantas otras, pero que se diferencia, sutilmente, primero con su narración: Los capítulos pueden ser vistos de forma desordenada (por lo menos, del 1 al 7), dejando, obligatoriamente, el capítulo 8 para el final, que es cuando se desarrolla la historia del robo en sí. Esto funciona más que nada por el punto 2.

El punto 2, es la acertada decisión de contar la historia a partir de 24 años antes del suceso. De esta manera, se nos muestra como se llega al día del robo tras un largo ir y venir entre las relaciones de varios de los involucrados.

Hay que estar atentos a los detalles, ya que existen elementos que permiten descifrar algunas de las dudas argumentales, que son menos distinguibles que otros.

A grandes rasgos, estamos en presencia de una muy correcta serie, que se deja de ver, que no presenta grandes innovaciones respecto a la historia en sí, sino que sus grandes aciertos pasan por la narración y las formas.

Evito las reseñas negativas, pero esta tiene un resumen muy breve: patética.

Historia mil veces usada: el atraco del siglo. Protagonistas: una panda de inútiles (esa es la visión que aparentan y demuestran en cada capítulo). Giros de guion: previsibles, recursos mil veces usados. Narración temporal: 25 años, y para hacerla creíble, le ponen un bisoñé al protagonista, y el ridículo ya es mayúsculo. Tramas secundarias ideadas por unos guionistas en sus horas más bajas. Agentes FBI, un par de pringados.

Interés: aburre.

Nada ni nada es creíble.

Unamuno lo definió hace mucho: un esperpento

Miniserie que puede sustituir a cualquier dramón de TV un sábado por la tarde. Una forma de perder el tiempo o de conciliar la siesta.