Luciferous

Absolutamente deleznable.
Una calidad de producción muy amateur, con actores noveles malísimos, recitando un guión bochornoso y monótono, de ritmo irregular y aburridísima. Cuesta muchísimo verla entera sin saltar secuencias larguísimas donde no pasa absolutamente nada. Nada. Una pared. Un zoom de repente a una esquina, despaaacio despacio. Varios ángulos de un cuadro. Y así muchos ratos muertos. Cómo lo leéis. Criminal. Horrendo.
Los encuadres y la fotografía imitan a la saga de peliculas Paranormal Activity, lo cual es un despropósito enorme, pues mientras en la citada saga las cámaras estáticas caseras, tienen su razón de ser, en ésta en ningún momento se justifica la manera en que está rodada. Aquí los protagonistas no ponen cámaras en todos lados. Simplemente está muy mal rodada. Parece que el...."¿director"? se ha olvidado la cámara encima de una mesa y la ha dejado ahí grabando, a la familia más aburrida del planeta. Se dan besos y cenan. Durante la primera mitad del film es lo único que hacen. Lo juro. Efectos cutres de filtros sacados del PowerPoint para algunas secuencias donde el protagonista (malo con ganas, sólo tiene un registro toda la película, tenso-medio tonto) habla a cámara.
¿Miedo? Jamás he tenido menos miedo en mi vida. Da más miedo cenar con la suegra. Lo juro.
Esta película es un ejemplo de lo más bajo, falto de talento e ideas, aburrido, a lo que puede llegar, desgraciadamente, el cine de terror. Si tenéis la suerte de leer esta crítica antes de ver la película, os he ahorrado un tiempo muy valioso de vuestra vida.

"Luciferous" es un experimento cinematográfico salvaje y arriesgado. No es para todos los gustos. Quienes deseen ver terror, posesiones, gore, violencia, fenómenos paranormales, cine comercial o de ritmo rápido huyan a otras (de ahí la mayoría de críticas negativas... si es que). Aquí el ritmo es muuuuy lento. Es más como un Haneke extremadamente contenido con reminiscencias al cine pausado nórdico y al Von Trier más extraño. Autor puro y duro.
La barrera está en los 45 minutos. Los primeros 45 minutos descolocan al espectador, cansan, abruman, agotan, hasta el punto de desear que acabe... si pasas de los primeros 45 minutos, has sobrevivido.
Las actuaciones de algunos actores son reales (como la interpretación de niña, que lo dijo en el festival de Torremolinos) logrando transmitir ese realismo extraño y malsano.

Los últimos 10 minutos son psicología en estado puro. Juega con el espectador de una forma brillante y muy diferente a todo lo que hemos visto. Siniestramente delirante, aberrante, rica y pobre, rara, fea, extrañísima e inteligentísima.

Además es de esas películas que necesitas digerir muy lentamente tras su visionado: recordar, revivir momentos, conversar, revisionar, prestar atención en los detalles... y es entonces cuando pasas del 6 o del 7 al 10 y te das cuenta que estamos ante algo muy grande.
A mi compañero y a mí nos encantó en el festival de cine fantástico de Torremolinos.
Pena que haya que tirar de importación para verla en España.