La sangre del gallo

Damián despierta atado y solo en una casa abandonada en el medio de un campo. Por días intenta sobrevivir a su secuestro sin comida, sin agua y, lo peor, sin tener idea de qué hace allí. A partir de ese momento, recuerdos borrosos acuden a su mente pero no sirven para aliviar su pesar sino que agregan un nuevo nivel de tortura: recuerda a su padre acusándolo de la muerte de su madre y su hermano. Sin saber si su encierro tiene relación con aquella acusación, si se trata de una injusticia o, simplemente una venganza, Damián está a punto de morir cuando un hombre de la banda de secuestradores llega a hacerse cargo de su cuidado. A través de sus recuerdos Damián va reconstruyendo en su mente la secuencia de hechos que lo llevaron hasta allí en la búsuqeda de su identidad.
La sangre del Gallo es una ingenioso thriller psicológico hábil en el uso del suspenso y enriquecido desde lo visual y lo auditivo con gran maestría. Un estilo narrativo y visual pocas veces visto en el cine argentino que hacen de esta película una bocanada de aire fresco entre tantas propuestas anodinas. La dirección, a cargo de Mariano Dawidson, se destaca por su crudeza, su ritmo frenético, su despliegue visual y la construcción de una banda de sonido explosivca que aporta tensión. El guión, a cargo de Pablo Del Teso, hábilmente desarrolla una trama fragmentada, fuera de la narrativa convencional en la que tanto Damián como el público deben armar el rrompecabezas de los hechos que lo llevaron allí y descubrir si es o no un asesino (una rareza en el cine argentino que nos tiene acostumbrados a tantas historias donde no pasa nada).
Del lado negativo podemos decir que por momentos el director parece entusiasmarse demasiado con lo visual y descuida las actuaciones. También hay algunas escenas en donde se nota demasiado despliegue visual para contar un detalle menor de la historia que podrían haberse simplificado. En resúmen, La sangre del Gallo es una buena historia de género, bien contada y con un despliegue visual que hace dificil que pase desapercibida.

Muy potente y visualmente ingenioso thriller psicológico argentino que en forma de algo parecido a un western criollo, que desemboca en una fábula con parábola brutal que se hunde en un mundo de ocultamientos y dolores que vibran al ritmo del rock pesado.
El director Mariano Dawidson debuta con esta interesantísima pieza fílmica argentina que se destaca por su novedoso manejo de cámara, sus colores ocres desteñidos y una impronta visual muy distinguida. Impacta el ingenio visual que se fragmenta en formato de videoclip frenético.
Las mayores debilidades surgen del guión escrito por Pablo Del Teso, ya que a partir de soluciones previsibles y personajes no muy bien logrados, pierde la novedosa potencia conseguida con sus imágenes, aunque algunos de esos detalles son compensados por una buena banda musical.
La ópera prima de Mariano Dawidson es una pieza exótica para la filmografía argentina y eso de por sí es un mérito. Más allá de sus debilidades narrativas, el ingenio y riesgo creativo equiparan las falencias para una rara avis criolla. Además, como una frutilla del postre, la aparición de León Gieco y su armónica tienen un especial toque sabroso.

Calificación Fanaseriecine: 7 ½ sobre 10

La empecé a mirar por curiosidad atraído por el título. En los primeros 10 minutos no pasa nada de nada y comencé a tener un incipiente sopor. La adelanté otros 10 minutos y seguía igual a la par que el sueño me ganaba. Sentía voces en mi cabeza que me decían: Qué es ésto tan aburridoooooo?? mientras otras voces me susurraban que debía tener paciencia ya que en algún momento la cosa iba a cambiar. Y así hasta el final. Flaco favor al cine argentino. Lo único rescatable fue León Gieco tocando la armónica y que esta noche no tuve que tomar la pastilla para dormir. Buenas noches.