Hijos de las nubes. La última colonia

He de decir antes de empezar la crítica que el spoiler viene dado desde mi primera frase y desde la primera escena del documental, ya que es una historia no conocida.
Hijos de las nubes es sobre gente en los campos de refugiados, son los saharauis, y están en medio del desierto porque su vida es como una nube, su historia es como una nube, porque se han movido, les han echado, les han quitado sus tierras, les han engañado, violado sus derechos humanos, se les ha quitado la palabra sin ni siquiera darles pie a darla.

Es una vergüenza, una obligación como española, documentarme más y sobre todo divulgarlo.
Porque sino era poco lo salvaje de la colonización a America, la destrucción del pueblo sahariano es de la misma indole e igual de penoso.

Mientras miraba el documental, intentaba imaginar mi árbol genealógico, que sin duda algo arabe hay en el, debido a muchos factores y que la cultura española haya renegado de comunicar y explicar lo que ha ocurrido en ese momento, me indica aún más la mentira en la que vivimos, el mundo que hacen que creamos que es real.

Y con todo ello me sigo reafirmando en la lucha del conocimiento, de la fuerza de investigar y mirar más de cerca lo que ocurre, porque cuando empezamos a usar la lupa y el abanico de información real, ahí y justo ahí es cuando empezamos a darnos cuenta de porque vivimos como vivimos, ya que nada es gratuito, gracias a la sangre de gente inocente, los políticos de turno hacen que seamos el primer mundo, hasta que el pueblo se una y diga que NO a esa panda de gentuza esto va a seguir igual.

Por todo esto creo que es fundamental darle hueco a un documental de este tipo, porque con el empezaremos a saber más sobre nuestra historia y no la que nos dan y enseñan en los colegios,esa historia que nunca nos han contado porque no interesa que sepamos.

Los pueblos tienen configuraciones históricas, sociales y espaciales que nos sorprenden. De ahí la belleza de las lecturas, de las investigaciones profundas, de las reflexiones sobre el devenir de la humanidad. De ahí mismo, el buen trabajo logrado en este documental por Javier Bardem y Álvaro Longoria.
Para muchos, como yo, apenas nos enteramos de lo que ha venido sucediendo en el Sahara occidental gracias a un trabajo como este. La ignorancia de este tipo de situaciones también tiene razón de ser en las presiones que los grandes Estados ejercen sobre aquello que debe ser visto y aquello a lo que debe hacérsele la vista gorda. Pero, ¡no más!
Hijos de la nubes recorre la historia de un pueblo abnegado al que todas las injusticias se le fueron viniendo encima como si se tratara de una temporada de lluvias que no tiene cuándo cesar. Puedo pensar que muchos, dentro y fuera de España, desconocen todo lo que allí ha ocurrido. Pues para comenzar a deshacer ese error de la ignorancia, vale la pena comenzar viendo este trabajo.

Muy bien hecha. Contenidos divulgativos, con una gran fuerza pedagógica pero con un ritmo narrativo muy cinematográfico que mantiene en todo momento el interés del espectador. Se trata de un documental que "se moja", que no huye del maniqueísmo, y que adopta deliberadamente un tono de denuncia agresivo e incisivo. Se agradece el carácter abierto de su planteamiento y las continuas ganas de incordiar cuando se cree en la causa por la que se lucha. En especial, es de agradecer el acento que se pone en los clamorosos silencios de muchos interesados a los que se atribuye responsabilidad en lo que está pasando.

En su defecto, por ponerle algún pero, el tono de autocomplacencia. Vale que Javier Bardem es el productor, el que pone la pasta y la piel en el proyecto, y desde luego no dudo de sus buenas intenciones, pero el mensaje pierde fuerza al introducir un tono de cruzada y autobombo, que a veces se queda en una extraña mezcla entre "Men in black" y "Caiga quien caiga". Para mí, sobraba esa especie de "making-off" del propio documental. Quizá puedan entenderse las ganas de querer relatar cómo nació la propia idea de crear el documental y los intentos de sus impulsores para denunciar ante las autoridades y organismos internacionales lo que está pasando en el Sáhara. El problema es que ello hace que el espectador termine centrándose más en el "documental sobre el documental" que en el contenido mismo del mensaje que supuestamente se quiere transmitir.

En cualquier caso, quedémonos con lo bienintencionado del mensaje y con la buena factura de la peli.

Cargada de información y rescatando documentos gráficos de utilidad, junto al impagable trabajo de animación que se ha mostrado tan pedagógico para mostrarnos lo que no se puede captar de la realidad -reafirmándose por mérito propio como gran compañero del género documental-, pone su grano de arena en mantener alerta una conciencia que a veces se difunde en el mar de la información contemporánea y que pone en riesgo el soporte internacional la persistencia de una batalla tan fundamental contra la injusticia y la mitología de las fronteras.

Aunque el resultado es valioso, es mejorable en el hilo argumentativo, está quizás sobrecargada de momentos de protagonismo de los actores famosos en su epopeya por el descubrimiento de la conciencia social y del evidente y usual rechazo de actores políticos clave. Además, deja pasar la oportunidad de determinar oportunamente el papel de la UE que de un modo contradictorio con sus principios continúa financiando a Marruecos y tolerando la compra de recursos procedentes de la zona ocupada dejando de lado la exigencia de respeto de los derechos humanos, por salvaguardar el interés comunitario en la estabilidad de la región y el control de las migraciones.

El gesto es valioso, pero da una importancia desmedida a fenómenos que en la práctica se demuestran vacuos más allá del tiempo de foco mediático como un discurso en una organización internacional o una recogida de firmas, creando una falsa ilusión de logro que sólo conduce a reencontrarse con la decepción en un conflicto estancado, que ha sido capaz de estancar a toda la región del Magreb.

En cualquier caso brillan mucho más sus virtudes que sus defectos.