Voces de muerte (TV)

Cuando uno escucha el título "Voces de muerte" y empieza a ver una película donde un montón de personas se suben a un crucero de lujo, lo primero que se le viene a la mente es que va a ver una cinta de intriga, con uno o varios crímenes que deberán ser resueltos. Sin embargo, cuando ves que pasa el tiempo y solo te han presentado a la señora mayor y a su sobrino y al anciano y la chica rubia que le acompaña, empiezas a escamarte.
Y hay motivos para ello, porque en realidad este telefilme germano no es una película de intriga, sino drama y romance. Un gigantesco crucero con un capitán y un primer oficial metiches y pretendidamente graciosos (secundarios cómicos sin un cometido más allá de soltar algún que otro chascarrillo a costa de las idas y venidas de los protagonistas) y dos parejas de generaciones diferentes, cada una con su propia historia dramático-romántica a sus espaldas, una con bastante miga -pero ambientada en un lugar que no favorece su desarrollo- y otra más arquetípica, pero ambas con una cosa en común: al final no llevan a ningún sitio destacable. Y esto, después de haberse tragado dos horas de argumento y de anuncios, fastidia y mucho.
En resumen, que no la recomiendaría, ya que no cumple ni como drama ni como película romántica. Un telefilme dominical de Antena3 para ver y olvidar.

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Si atendemos a la calidad del telefilm. éste, en mi opinión, debería obtener más nota de la que obstenta con apenas una decena de votos. Y es que si no tiene un 4 de nota media, que tampoco, para ser sincero, es una película de aprobado en votos generales, es por los dos aspectos que lo hacen emerger hacia aguas revueltas: el desenlace y el punto de partida. Si a alguien le da por leer la sipnosis comprobará que el planteamiento es absurdo; no es probable, que una persona reconozca una voz al cabo de cincuenta años y la manera en la protagonista llega a conocer del personaje que se trata es para echarse a temblar. Si a esto le añadimos un complicado por incoherente, extraño y anodino desenlace pensará que la película nos es más que otra de estas basuras telefílmicas de cuatro de la tarde. Curiosamente el film no termina de ahogarse en la penumbra, gracias a que tiene algún chispazo, que aunque sea para pasar la tarde viene fenomenal. Son esos chispazos los que nos hacen ver que lo que se esconde detrás de una historia de viejos recuerdos, amagos de asesinatos, y traición a dos bandas se perfila como un telefilm que coge un rumbo que durante compases arrastra el devenir de la tarde hacia aguas llevaderas y por un momento, aunque sea tímidamente, nos dejamos llevar por un crucero inexplicable pero con algún destello de cine interesante. Cuando la cosa parece tornarse en un casi rocambolesco y entretenido viaje hacia zonas poco reconocibles en estas decepcionantes por norma general sobremesas, todo vueleve por su cauce con un desenlace sacado al compás de un maremoto.