35 tragos de ron

Dice Claire Denis que sólo ha querido hacer una película de amor, y así le ha salido. Un largometraje que fluye suave, discreto en su puesta en escena, en sus contenidos, que se pilla a las primeras de cambio. Ha querido hacer un cine de detalles y miradas, como los que no se hacen ahora. Y lo ha conseguido. La película que ha realizado tiene mucho que ver con el cine que quiere transmitir, con las imágenes que hablan de los sentimientos, de lo que cuesta ganarse el amor y de lo imposible que es muchas veces (no hay más que ver la relación entre la vecina y el protagonista principal). Es un cine dedicado a todos aquellos que no tienen prisa en que les cuenten una historia y que se disfruta poco a poco, sorbito a sorbito, hasta llegar a 35...

Os derivo a www.culturaencadena.com donde encontraréis la crítica entera ya que aquí sólo tengo 3000 caracteres de espacio.

35 tragos de ron es una modesta película que plasma la soledad y el miedo a perderlo todo puesto que el todo viene determinado por una sola cosa, los cambios vitales que van tejiendo la vida, la oposición al cambio que los personajes experimientan y la manera de enfrentarlo que tiene cada uno de ellos. La espera, la inevitable espera que es el proceso vital, la agonía de la espera, el sinsentido de la vida...

Habla del amor paterno-filial vivido más como una imposibilidad porque los hijos nos sentimos en la obligación moral de cuidar de nuestros padres. No sé si es un sentimiento natural o bien inculcado por la sociedad o, incluso, si dicho sentimiento sólo ocurre con los niños que siempre han estado sobreprotegidos y se llevan algún que otro trauma de regalo, pero lo que sí es cierto es que tener en mente que algún día hay que dejar el nido familiar para volar libre supone, para muchos, un dolor que pesa horrores en el alma.

Al jefe de Lionel le ha tocado jubilarse y es incapaz de lidiar con esa nueva vida porque no tiene nada que hacer con ella. No hay un horizonte o una razón por la cual levantarse cada mañana más que la de esperar la muerte que se acerca sigilosa pero implacablemente. ¿cómo nos enfrentaremos cada uno de nosotros a una página en blanco sobretodo si esa página representa el ocaso de la vida?
La situación que crean con este personaje es una metáfora válida para cualquiera de nosotros.

La vecina de Lionel, Gabrielle, está enamorada de éste y toda su vida y sus esperanzas y anhelos giran en torno a dicho personaje. ¿Por qué? Lo hemos hecho casi todos, quedar prendados de una persona y que ella lo sea todo para nosotros hasta el punto de alimentarnos de esa esperanza, esa fe ciega de querer pensar que algún día estaremos junto al ser amado. Lo único que falla en estas sub-concepciones de la realidad alteradas es que nunca nos acercamos suficientemente a la persona como para plantearnos una realidad real. Vivimos una ensoñación basada en un ideal que nos hemos recreado en nuestras mentes y que totalmente pernicioso. Y si resulta que esa persona expresa un sentimiento recíproco, ¿Qué pasaría? ¿Sentiríamos acaso lo mismo? ¿No somos de naturaleza masoquista por haber bebido demasiada literatura tóxica o cuentos de hadas? ¿No ha sido la época romántica bastante perjudicial para la salud mental de las generaciones que la siguieron, una de ellas, nosotros?

Finalmente, Noe, el joven enamorado de la hija de Lionel que halla en ella (mismo caso que anteriormente) una razón para quedarse anclado en una vida inmovil.

(SEGUIR LEYENDO: SPOILER que no espoilo nada)

Para mi es obvio que la agobiante y excesiva relación entre un padre y su hija es la clave de esta película. Los protagonistas son: una mujer, que trabaja y estudia, y que a sus años sigue viviendo y cuidando a su padre. Este es el otro protagonista de la cinta, su padre, viudo y de buen ver, que conduce metros y también una motocicleta. Los dos viven en una especie de burbuja manteniendo una relación estrecha ente ambos que impide que nadie más pueda entrar en ella. No dejan entrar a Noe, el vecino que está claramente por la hija pero la cual, aunque Noe le gusta, no se atreve a dar el paso para comprometerse con él y dejar a su padre. Ni tampoco consigue entrar en esa relación padre-hija, Gabrielle, la otra vecina taxista, que ha tenido una relación con el padre en el pasado y que ella quería seguir teniéndola, pero con el mismo problema que no consigue que él se atreva a separarse de su hija para poder comprometerse con ella.
Una relación asfixiante padre-hija que se ve en la película desde el primer momento donde, tras una introducción un tanto alargada de 9 minutos donde no se dice ni una palabra, se presenta a la pareja protagonista de un modo que al espectador no le queda claro al principio si son un matrimonio o un padre y su hija. Así en otras varias escenas del filme: cuando van agarrados en la moto, montan a caballo, duermen al lado en el campo en su viaje a Alemania,...

Film francés realizado en 2008, aunque su estreno en nuestro país no fue hasta mayo de este año. Film “de autor”, minimalista, una obra más bien personal. Estéticamente refuerza estas sensaciones: muchísimos travellings con cámara desde trenes, autos y algún que otro con cámara en mano; mucho plano detalle y primerísimo primer plano; uso del fuera de cuadro y de encuadres no convencionales; iluminación naturalista en ambientes nocturnos; film muy musicalizado alternando entre música diegética (músicos en escena, radiograbadores, radio, etc.) y no diegética (melodía asociada sobre todo a escenas de trenes o viajes).
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Entre sus temas podemos diferenciar, de acuerdo a su intensidad y recurrencia, en temas centrales, abordados a lo largo del relato y secundarios. El tema central que engloba todo el film pareciera ser la cotidianeidad y las relaciones humanas: relación padre-hija, relaciones vecinales, de trabajo, amorosas, de amistad y casuales. Estas relaciones se articulan en motivos como la soledad, vicios, carencias y contención. Además, a lo largo del relato -que no obedece a la narración clásica- también se vislumbran temáticas de fondo como el proletariado (centrado en los parisinos de descendencia africana) y mundo del trabajo, jubilación, calidad de vida de las “masas”, lo urbano, transporte (especialmente trenes), rutina y status quo, familias disfuncionales y abandono. Finalmente, en detalles y fragmentos, el film también ofrece una mirada más sociopolítica, tocando al pasar temas como: discusión del sistema económico internacional, huelga universitaria y sistema educativo. La perspectiva de tratamiento de estos temas es más bien dramática y no tanto comprometida. Se trata sobre el devenir de las relaciones humanas en un dado contexto sociocultural y económico, aceptando las condiciones sin cuestionarlas demasiado, al menos no explícitamente.
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Josephine, Lionel, Gabrielle y Noe y esos ambientes de París nos ofrecen una historia interesante dentro de su cotidianeidad, con pocos diálogos, extremando entre el silencio y el relleno musical. Su mayor virtud, son sus personajes y los actores que los interpretan. Su mejor sensación es la intriga, aquella que se genera por la manera en que el film desenvuelve las relaciones entre estos cuatro personajes y que, a su vez, genera una surte de tensión en el espectador quien, ante tanto letargo, se encuentra siempre a la espera de algún acontecimiento “fuerte”. Lo peor, su monotonía. La película puede ser tan rutinaria como la vida de sus personajes. “35 Rhums” es interesante, pero la calificación de la crítica en general me parece sobrevalorada.

Me pareció una película por la mitad. Se queda a media agua, a medio trayecto. Parece que va explorar un recorrido detenido y casi estático de la vida de un grupo de personas enamoradas, sus idas y vueltas, sus pequeñas grandes crueldades, sus deseos no expresados, lo que sería interesante y novedoso, y de repente empieza a jugar con la construcción convencional del cine de todos los días.Todo se vuelve una especie de alarde narrativo -por lo que oculta y deja afuera y no dice- que no llega a inquietar porque se revela como pura manipulación y capricho. En fin, me decepcionó, me hubiera gustado algo que empujara los límites, que se decidiera por la vida.