35 tragos de ron

Claire Denis (directora), plasma la soledad y el miedo que producen los cambios –pequeños, a veces imperceptibles- sin previo aviso, estos cambios vitales que van hilvanando el tejido de la vida; también nos habla del constante repudio al cambio que los personajes experimentan, y finalmente la manera en que cada uno sobrelleva y enfrenta la congoja y el sinsentido de la vida. Aun así, estos 35 tragos de dolencia existencial, se convierte, en 35 tragos de reflexión, ya que la película cae en la canalización de la vicisitud y la perspectiva psicoanalítica, reflejando en su desenlace un mensaje universal sobre el dédalo interno y externo que atormenta a los personajes y nuestra propia existencia. La película también habla del amor paternal, y del sentimiento que sufrimos los hijos –natural o infundado socialmente- de cuidar a nuestros padres mayores, aun así, la directora refleja en su película, su traslucida consigna, de que algún día, los hijos dejaran el hogar en busca de su libertad, pese, al dolor que terceras personas sufrirán. La misma directora asume que odia a su familia como concepto personal, pero irónicamente todas sus películas hablan de la familia, ella intenta reconstruir en sus escritos, la más clara y real referencia, de la composición familiar. Una crónica social que habla sobre la tenacidad al cambio y el desvío existencial. Una película completamente absorbente que se queda inerte en la memoria del poco público que la sabrá recibir. 35 rhums es una de las películas que avivan mi pasión por el cine.

Si buscas acción, esta no es tu película. Si no soportas que la trama discurra lentamente, tampoco lo es. Si lo que te gusta es recrearte en las miradas y los gestos de los personajes, en ese caso te gustará. Por momentos se me hizo difícil de seguir por tanta recreación. También fui al cine con muchas expectativas que no se cumplieron. Tiene un mensaje positivo, transmite calma en general y las actuaciones son convincentes. No me dormí, que ya es algo, como sugieren otras críticas de usuarios, aunque no será de las películas que recuerde haber visto dentro de unos años, eso lo tengo claro.

Me da igual las posibles metáforas, elipsis, símiles, paralelismos y demás argumentos cinematográficos. Me da igual con quién se casa la chica, y si el padre se comió los croissants con alguien más que con su hija. Esta película es de lo más aburrido que se puede encontrar uno en una pantalla de cine. No me interesa ninguno de sus debates abiertos ni ninguna de sus posibles interpretaciones, porque directamente es aburrida hasta la extenuación.

Lo único realmente brillante son el gato y la banda sonora. El resto es artificio, costumbrismo pretencioso, vueltas de tuerca sobre roscas áridas, engaños al espectador y demás patulea del arbitrario cine de autor. El que crea que después de un inicio de cinco minutos con vías de tren va a encontrar algo más provechoso, puede ir levantándose y vivir su propia vida: da igual lo monótona que ésta sea, ya que siempre será mejor que historias como ésta.

Perfecta para conciliar el sueño.