Haz click aquí para copiar la URL

El hijo pródigo

Drama Uno de los herederos de un patriarca bíblico solicita que le anticipen su parte de la herencia y se marcha de la granja familiar a gozar de una vida de orgía y desenfreno en una capital extranjera. Una vez ha dilapidado el dinero, regresa al hogar paterno. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
16 de noviembre de 2013
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El peplum, fue un genero muy en boga, durante los años 50 y 60, y algunos de ellos, han sobrevivido bastante bien, hasta nuestros días, pero en el caso que nos ocupa, parece ser, que no ha aguantado el paso del tiempo.
Aparte de algunos defectos, que tiene la película; los cuales, mencionaré mas adelante, creo que las historias de ambiente bíblico, son vistas con malos ojos, por el público actual. Sin duda, hoy en día, somos tan superiores, que nadie acepta nunguna enseñanza moral (ni moral, ni de ningún tipo). !Así nos va!

El guión.
Está bastante bien realizado. La historia, es entretenida, y nos ofrece un buen ejemplo, del típico joven impulsivo, que se deja subyugar por la belleza arrebatadora, de una suma sacerdotisa de Damasco (Lana Turner). Impulsado por esta obsesión, abandona a su familia y a su prometida (Audrey Dalton): una joven, de belleza menos espectacular que la sacerdotisa, pero mucho más "adecuada" para el; en cuanto a personalidad y condición social.

Los actores.
Quizás sea este, el mayor lastre del filme. Edmund Purdom, no era un actor muy brillante. En esta película, interpreta un papel muy similar al que realizó, en Sinuhe el egipcio (1954) y no es que lo haga mal, pero su interpretación, es bastante olvidable.
Lana Turner, resulta sugerente, en el rol de la hermosa sacerdotisa; sin embargo, es indudable que hizo papeles mucho mejores que este.
El resto del reparto, se mantiene mas o menos, en la misma linea de los dos ya mencionados.

El apartado técnico.
Es el mayor atractivo de la película.
Los decorados, son magnificos y el vestuario, deslumbrante. Las escenas de acción, están muy bien realizadas: ofreciendonos, un especáculo muy entretenido.

La banda sonora.
La partitura de Bronislau Kaper; de ritmo solemne y místico, resulta muy adecuada para este tipo de cine. Se nota que está realizada por un buen compositor; el cual ganó el Oscar a la mejor banda sonora, por Lilí (1954).

En resumen.
el Hijo prodigo, no es una gran película, pero en general, está bien realizada; aunque mucha gente, pueda encontrarla rancia y pasada de moda, por tratarse de una historia bíblica.

No soy ni mucho menos, religioso: de hecho, pocas veces he pisado una iglesia, y la última vez que recé un padrenuestro, fue en parbulos, en el año 1980 (nos obligaban a rezarlo, en voz alta, cada mañana, antes de iniciar la clase), pero creo que las historias de la bíblia, deberian ser tratadas con más respeto. no hay que olvidar, que el origen de nuestra sociedad (la sociedad occidental): proviene en gran parte, de la religión catolica.
Conocer sus enseñanzas; con sus virtudes y defectos, puede ayudarnos a comprender mejor, las virtudes y defectos, del mundo actual.
Espartaco_60
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de mayo de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Lucas 15:11-32 se nos cuenta la parábola del hijo pródigo, aquel primogénito que no quiso vivir en casa de su padre y estando aún en vida éste último le pidió su parte de la herencia, que despilfarró en algo muy diferente a los que estaba ese dinero destinado.

Edmund Purdom se pone en la piel de Micah, el primogénito que encarna a todos los primogénitos pecadores, en esta gran producción.
Enamorado sin remedio de Samara. sacerdotisa de los ídolos Baal y Astarté será el amor lo que según Richard Thorpe haga caer al hijo pródigo de su pedestal.
No fue una historia de dos días en que se gastara la fortuna, en prostitutas y vino, sino en algo peor, en algo que consumió también a otro personaje de Purdom en "Sinuéh el egipcio", un falso amor.

Se ennoblece así la historia, no solo dándole al hijo pródigo un nombre y unos sirvientes particulares, una famiia que se siente más cercana, sino la de sus motivaciones.

A partir de aquí su destino será una libre interpretación que sin embargo funciona en la película, que se hace por instantes un poco soporífera con una Lana Turner cuyo personaje despierta la antipatía natural del espectador, muy bien trazado, elegante y determinado más que taimada o femme fatale.

Con un gran vestuario y una historia de amor torpe y predecible, el destino de Micah es impredecible sin embargo, por contradictorio que pueda parecer.

Es este deseo de humanizar sus acciones lo que hace que el relato nos llegue más realista y cercano.

La película cuenta con buenas interpretaciones, un hermoso vestuario y novedad en la historia.


Recomendable para los amantes del cine bíblico. No pasará a la historia, pero Purdom ha puesto toda la carne en el asador, y todos caerán, según sea su fe.
barbara12
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la parábola del hijo pródigo (Evangelio de Lucas, capítulo 15, versículos 11 a 32), Richard Thorpe se marca un disparatado “peplum” bíblico que sólo se salva por los magníficos decorados y el fantástico vestuario que envuelve la siempre espectacular belleza y sensualidad de Lana Turner. Pero históricamente no hay por dónde cogerla, pues si bien se supone ambientada en la ciudad de Damasco en el año 70 antes de Cristo, cuando formaba parte del pequeño reino seleucia que antaño hubiera sido uno de los más poderosos estados surgidos de la herencia de Alejandro Magno, no hay una sola mención a una Roma estaba a punto de hacerse con el control de la región. Pero eso no es lo más chocante, porque el momento cumbre del disparate se alcanza cuando la sacerdotisa de Astarté (Lana Turner) le dice al protagonista masculino (Purdom) que cierto regalo se lo había hecho “el califa de Bagdad”, cuando faltaban 600 años para que aparecieran los califas (jefe religioso y político de la cultura islámica) y 700 para que Al-Mansur fundase Bagdad,​ cerca de las ruinas de la antigua Babilonia. Comparado con eso, cualquiera de los otros disparates históricos que contiene la película pasa desapercibido, aunque el hecho de que la ciudad parezca más una urbe mesopotámica que de la Siria helenística da que pensar sobre la empanada mental de los guionistas.

En fin, me he tropezado con esta joya “kitsch” en La 2 el Viernes Santo de este 2023 y me ha servido para echarme unas risas, aunque se hace larga. Eso sí, ¡Qué pedazo de mujer era Lara Turner!
Palasaca
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comentamos hoy una pelicula cuyo título puede llevar a engaño, ya que su argumento no está basado en el cristianismo sino en el judaísmo antecesor de Cristo. Dicho esto, es cierto que para su desarrollo toma varios elementos de la que es posiblemente la parábola más conocida de Jesucristo -la historia del hijo pródigo- que san Lucas pone en boca de Cristo en su capítulo 15, 11-32. Por su argumento y ambientación recuerda -y mucho- a Sansón y Dalila (1949), con una mezcla parecida de religión, erotismo y lucha fe-paganismo.

El film está dirigido por Richard Thorpe, el prolífico director de Cine (189 largometrajes en total) pero que nunca ganó ningún premio destacable. La interpretación corrió a cargo de la tentadora Lana Turner y del tentado Edmund Purdom. En efecto, "La historia de la belleza de la mujer y de la tentación del hombre", rezaba el slogan publicitario de una película que intentaba aunar la sensualidad de Lana Turner, el género histórico-bíblico y que pretendía aprovechar el tirón de la primera película en color y Cinemascope, La Túnica Sagrada (1953). No le fue del todo bien a la Metro Goldwing Mayer, a la que se calcula que el film le supuso unas pérdidas de 700.000 dólares de la época, en parte debido a la majestuosidad de los decorados y del vestuario, sin lugar a dudas lo mejor de la película.

El argumento se basa en la historia de Micah, el hijo de Elí, un judío que a pesar de estar prometido con Ruth le pide a su padre que le dé la parte de su herencia para viajar a Damasco, puesto que se ha enamorado perdidamente de Samara, la suma sacerdotisa de la diosa Astarté. "No tendrás otro dios fuera de mí (primer mandamiento)" leemos en la pantalla mientras que una voz en off nos hace la introducción propia de la época. Los paralelismos con la parábola cristiana comienzan y terminan con la exigencia de la herencia, pues a diferencia del padre comprensivo del cristianismo vemos a alguien que en principio se niega a dar el dinero: "¿Padre? Tu ya no eres mi hijo (le da una bofetada)", y que al entregar la segunda parte del dinero añade: "A partir de este día has muerto en mi corazón".

Los elementos religiosos se van sucediendo uno detrás del otro, pero a excepción de los últimos cinco minutos, no hay referencias a la parábola cristiana sino a la vida hebrea. "Quien ama a su semejante procede de la semilla de Abraham" es la primera frase que escuchamos en este contexto. Posteriormente, el espectador es aleccionado en distintas costumbres y fiestas judías, como la explicación de la Fiesta de los Tabernáculos, las cuestiones legales de las nupcias hebreas, las oraciones familiares o la importancia de la barba.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaime salado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de marzo de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puede negarse que se trata de una cinta digna desde el punto de vista de la realización, con decorados de calidad y escenas de acción incluso brillantes, pero, si vamos a lo que importa, a la historia que se nos cuenta en imágenes, el fiasco es inevitable. La maravillosa parábola del hijo pródigo, que es no sólo la más bella del Evangelio, sino la quintaesencia de éste, el más perfecto resumen del mensaje cristiano, tan sencilla y tan provocadora a la vez, queda estúpidamente falseada por los guionistas; de forma que el centro de la historia ya no es un hijo derrochador, casquivano y lleno de vicios, que se gasta su herencia con prostitutas y que al fin regresa a casa, arruinado y hecho un guiñapo, para ser recibido con los brazos abiertos por el padre a quien deshonró, sino la de un tipo noble, valeroso, incluso diríamos un héroe, que se pierde por amor a una guapísima sacerdotisa de Astarté, pero que [sigue en spoiler]...
Nada, o muy poco, que ver, pues, con el relato bíblico.
Eso sí, la película no pretende escandalizar sino todo lo contrario. Es una defensa edificante del monoteísmo judaico, cosa que nada tiene que ver con el tema de la parábola.
Un peplum prescindible y particularmente anodino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cenizales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow