Striptease

Demi Moore, la Moore con mejores tetas después del director Michael Moore, cobró por esta película 12 millones $, lo que viene a ser 6 millones $ por cada ubre, más o menos al precio que esta hoy en día la leche, el dinero que podría producir una buena vaca lechera en unos años.

Si a Michael Moore le ofrecieran la mitad de ese dinero por enseñar las suyas, dejaría de hacer documentales y se dedicaría a restregarse por una barra de striptease y contorsionarse lascivamente mientras Bush le coloca billetes en el tanga.

Las ubres de Demi Moore además de mala leche (la que le entra a uno después de ver este bodrio) produce espectadores, razón por la cual Demi no se encuentra pastando ahora mismo en algún prado de Galicia con las de su misma especie, al contrario, siguen considerándola "actriz" y permitiéndole que viva en Hollywood.

Continuamos con la clasificación de cine basura. En la anterior edición estudiamos la basura Comercial con "Jumper", ahora es el turno de profundizar en otro tipo de basura, la basura cachonda.

BASURA CACHONDA. Es un tipo muy extendido de basura y los ejemplos son abundantes. Para mostrar las características de este tipo de basura la película escogida es "Striptease". La basura cachonda se caracteriza principalmente por utilizar como reclamo el bello cuerpo desnudo de una consagrada actriz (Demi Moore). Cuantas más veces enseña el culo y las tetas siliconadas más puestos escala en el tipo de basura cachonda.

Para ser auténtica basura cachonda los guionistas han de introducir carga emocional y social para que los desnudos parezcan justificados. Por eso en "Striptease", la musculada Demi Moore enseña culo y tetas en un bar de Striptease para mantener la custodia de su hija y alejarla del cabrón de su ex marido. Con esta táctica el guionista provoca que la mujer no pueda decir nada a su marido cuando alquila la película ya que los hombres van a verla y la alquilan sin parar con la excusa de que es una peli social que muestra la lucha de una mujer por recuperar a su hija.

La aparición de Burt Reynolds le da un toque más casposo que eleva a "Streptease" a la cumbre de Basura Cachonda por delante de pelis sugestivas como "Showgirls". Las diferentes Universidades que estudian los tipos de basura discuten por cuál de las dos películas es la merecedora del primer premio a la basura cachonda.

En próximas críticas más tipos de basura. En la tercera entrega se analizará la basura romántica con Sandra Bullock como principal protagonista.

Carl Hiaasen, autor sobrevalorado donde los haya (y al que en su momento se denominó como "corrosivo" ja, ja), lleva años rondando por bibliotecas y casas del libro sin caer en manos de nadie que se detenga, lea la sinopsis de turno y alertado por un extraño sexto sentido, vuelva a depositar su obra en la estantería correspondiente.

Pasa un poco más o menos lo mismo con la película que se basó en su libro homónimo. En su estreno, la fue a ver todo quisque por razones obvias y con el tiempo, ha acabado siendo esa arrinconada de los videoclubs que atraía ojos curiosos sobre la portada para ser desechada en el último momento. Con buen tino: la peli es un bodriaco bastante aburrido.

Y su único reclamo, es de mentirijillas. Cuando Demi se quita la ropa, existe tanta goma sintética entre ella y su cuerpo desnudo ¡que es como si estuviese aún más vestida!.

¿Puede haber algo más absurdo?

1 La desastrosa filmografía de Andrew Bergman.

2 El guión está tomado de una ¿novela?

3 Lo de peor película de 1996 se queda bastante corto.

4 Parece un anuncio de una clínica de cirujía plástica, especializada en silicona.

5 Si quieres ver unos pechos y conservar tu salud mental, alquila una porno.

Difícil resulta señores, ser justo con la valoración de este film en el que siendo sinceros, se habrá de admitir que consiguió el carísimo mérito de mostrar los deseados pechos de Demi Moore. Pero claro, si ya de por si el caché de la mediocre actriz en aquella época era elevado, por enseñar las tetas, la tarifa se disparaba hasta límites insospechados.
Aunque no era la primera vez que las mostraba, su exposición siempre se había realizado antes de acometer el rellenado de las mismas con silicona, y antes de realizar sus más exitosos trabajos (“Ghost” y una “Proposición Indecente” entre otras), por lo que se había generado una gran expectación por ver el nuevo estado de las ubres.

Estos costes comprometieron seriamente el presupuesto de la película, quedando lo justo para comprar tabaco y para pagar a un actor con el cartel de liquidación total como Burt Reynolds. Para el guión no quedó nada, por lo que acertadamente se decidió prescindir de él, y se improvisó sobre la marcha. Dado que no quedó ningún aspecto artístico susceptible de ser enjuiciado, se entiende la dificultad de ponerle una nota justa, razón por la cual resulta coherente darle un cinco.

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