La primera dama

Poco conocida película de 1946 dirigida por Frank Borzage. Nos cuenta parte de la vida de Dolley Madison, esposa del cuarto presidente de los EE.UU. y que también ejerció de primera dama durante el mandanto de Thomas Jefferson al ser viudo éste.
Aunque basado en hechos reales, parece que el guionista Irving Stone se tomó algunas licencias históricas (o más bien teorizar para explicar algunos acontecimientos) para dramatizar el argumento de la cinta. Se trata de un episodio importante en la Historia de este país, pues esta dama estuvo relacionada durante un par de décadas con el máximo poder político de la nación (emparentada con George Washintong, reemplazando a la esposa de John Adams como primera dama, haciendo este papel con Thomas Jefferson y James Madison), incluyendo hechos como la decoración de la Casa Blanca y la huida de Washington por la guerra de 1812 con los ingleses. Precisamente este último suceso constituye el inicio de la película para luego utilizar el flash-back como instrumento narrativo. Y resulta algo extraño puesto que al final de la narración no vuelve a ese punto y el espectador se queda un poco sorprendido y con alguna duda (de hecho, se omite por completo la guerra). No obstante, se trata de una película muy interesante para los amantes de la Historia y, salvo el error comentado, está bien contada. Tiene buen ritmo y una realización cuidada, aunque a veces se exagera con los vestidos y peinados de la protagonista. Cuenta un excelente trío protagonista: David Niven, Ginger Rogers y Burguess Meredith.

Gran película.Hará las delicias de todos aquellos aficcionados al cine histórico, así como a los dos grandes protagonistas. David Niven nos ofrece una cara desconocida, por la fuerza de su personaje, interpretado con la elegancia de la que solo él era capáz. Qué decir de Ginger, que sumida en su etapa de papeles dramáticos nos demuestra que era una gran actriz, además de una estupenda bailarina.
La historia está bien contada, y cuenta con un secundario de lujo como es Burgess Meredith. Buena película para pasar una tarde tranquila, rememorando un estilo de cine de grandes actores y buenos guiones,y de paso aprender un poco sobre la construcción de los Estados Unidos, motivo por el cuál es posible que algunos pasajes de la película pequen de idealistas.