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La infancia de un líder

Drama Narra la historia de una familia norteamericana que vive en Francia durante el periodo de posguerra, tras la I Guerra Mundial. La situación del país será el germen del fascismo que surgirá en varios lugares, y el benjamín de la familia será uno de sus futuros líderes. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
15 de agosto de 2016
24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tío se ha esforzado. En serio, se ha esforzado. Se curró la música. Pensó que jugar con la cámara estaba bien. Le puso el título (y poco más) de un relato de Jean Paul Sartre. No pensó que, quizá, un premio nobel de literatura tenía un texto mejor que las cuatro tontadas más o menos inspiradas en La Cinta Blanca que él hiló. Luego, en los agradecimientos, pone a Hannah Arendt (le debía sonar que era una tía-que-sabe-mucho-del-nacimiento-del-fascismo, pero lo que es leérsela, se le pasó). Sin embargo nos entrega una cinta cuya tesis básicamente es "si tu hijo es malo (por razones que no aparecen en el metraje), será un fascista de mayor", lo cual es una reflexión totalmente decepcionante.

Me parece curioso que con toda la literatura que hay escrita sobre el tema aún haya creadores que se atrevan a jugar con la idea de "fascismo" en relación con una suerte de "maldad congénita" que tiene algo que ver (afinidades electivas no clarificadas) con la religión y una serie de atavismos que funcionan como lugares comunes (la figura del padre, los grupos infantiles, la violencia prepúber, etcétera etcétera). El fascismo es un problema estructural de gente corriente, no la maldad hecha carne y azuzada por la vida de parroquia en zonas rurales. Es un gesto de total irresponsabilidad política seguir defendiendo algo tal y como lo que la película plantea: el fascismo da miedo porque está en el seno de las sociedad occidental, no porque sea algo diabólico que "la pone en jaque".

PD: "si tu hijo es malo" puede sustituirse por "si tu hijo ve muchos caballos negros" perfectamente.
diseccionadora
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14 de julio de 2016
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fascismo y sus orígenes siguen siendo objeto de asombro. ¿Bajo qué circunstancias se propició el auge del partido nazi? ¿Qué llevó a Europa y al mundo entero a una vorágine de destrucción masiva? ¿Dónde está el origen del mal? Los libros de historia andan repletos de datos objetivos que argumentan la involución en la que se embarcó la especie humana a principios del siglo XX. Pero es el cine el que ha ahondado más en las profundidades de la decadencia social, el que ha tratado de hallar una explicación lógica a un comportamiento irracional.

The childhood of a leader se une a esa lista de filmes que, como La cinta blanca, ofrecen su propia teoría sobre los orígenes de la maldad. Ambas nos sumergen en un entorno infantil que nada tiene que ver con la inocencia, en un clima enrarecido que se va convirtiendo en macabro. Pero mientras Haneke optó por una mirada clásica, por un sobrio y documental blanco y negro, este último acercamiento apuesta por un tono mucho más sombrío, mezclando imágenes históricas reales con elementos del género de terror. Una propuesta ambiciosa y arriesgada que se convierte en todo un mérito cuando comprobamos que se trata del debut como director de Brady Corbet.

Por fin un actor que quiere pasar al otro lado de la cámara logra mantenerse en esa difícil frontera entre la creatividad y sus ganas de subvertir. Si bien la película por momentos parece encantada de conocerse, con planos más propios de una filmografía consagrada que de un principiante, lo cierto es que el resultado proporciona motivos suficientes para el orgullo. La cinta cuenta con una estética muy personal, plagada de planos asépticos y lúgubres que reflejan una calma tensa, un ambiente de opresión que se va tornando angustiante, pero también con destacables mensajes de fondo.

Mientras Corbet nos hace testigos de la cadena de errores históricos que sembraron el auge del nazismo en Alemania una vez finalizada la I Guerra Mundial, asistimos también a la terrorífica transformación de un niño que en el seno de un hogar acomodado termina siendo víctima y verdugo por culpa de una educación estricta y autoritaria. ¿Es tan elemental derecho la causa de todos nuestros males? A juzgar por la más estricta actualidad, es la culpable tanto del coronamiento de líderes mediocres o tiranos como de las estúpidas decisiones que insiste en tomar el pueblo a lo largo de su historia.

Siguiendo esa hipótesis, The childhood of a leader sitúa la semilla de los totalitarismos en el autoritarismo del propio hogar. Dos padres estrictos, protagonizados por unos espléndidos Bérénice Bejo y Liam Cunningham, responden a los arrebatos de su hijo con mano dura. Violencia que encadena más violencia y que termina convirtiendo los caprichos de un niño malcriado en el cultivo perfecto para la sociopatía.

Corbet no sólo nos muestra ese oscuro descenso de forma convincente sino que además lo hace con estilo, cuidando al detalle tanto la historia como el envoltorio, revestido con una fotografía impecable y una banda sonora aterradora. Otro elemento, la música, que se añade a tantos otros, como el reparto o el guión, para ofrecernos una solvente ópera prima, preludio de una carrera cinematográfica de lo más prometedora.
polvidal
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30 de junio de 2016
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente ópera prima del actor Brady Corbet que demuestra que estuvo muy atento cuando trabajó bajo la tutela de directores como Lars Von Trier o Michael Haneke. De hecho, de este último parece coger prestada la idea vista en La cinta blanca de mostrar como crece el germen del nazismo en la infancia/adolescencia desde su relación con una comunidad (familiar en este caso) religiosa y represiva.

Pero el joven realizador prefiere mostrarse mucho más ambiguo en su propuesta, dotando su película de un aire de terror y pesadilla, gracias a sus hipnóticos planos y a una increíble y desasosegante banda sonora, hasta el punto de poder plantearnos el filme desde un género completamente diferente y teorizar sobre si el futuro dictador que estamos presenciando no será el propio anticristo.

Un apasionante largometraje por arriesgado, ambicioso y sugerente que se quedará en la cabeza del espectador durante días.

Más críticas en http://hambredecine.com
Grima
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9 de julio de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si uno repasa brevemente la carrera de Brady Corbet como actor antes que esta su opera prima es mas que posible llegar entender el porque del tono y forma final que ha logrado cuajar en 'The Childhood of a Leader'. Empezó su carrera con los problemas del alcohol, las drogas y la autolesión en la impactante 'Thirteen' y luego las relaciones homosexuales en 'Mysterious Skin' junto a Joseph Gordon-Levitt para continuar interpretando bajo las ordenes de directores como Haneke, Von Trier o Assayas entre otros. Con 30 años en la actualidad, Brady Corbet firma un debut serio, lleno de calidad y con un empaque propio de cineastas mas experimentados, 'The Childhood of a Leader' narra la infancia de un futuro líder fascista sin concretar, no se trata ni de Hitler, ni Mussolini, ni Franco sino de un ejemplo base de cualquiera de ellos o de los tres a la vez, quien sabe, separado narrativamente en tres momentos puntuales y significativos de los primeros años de vida de este supuesto futuro líder fascista. Al final de la I Guerra Mundial, una familia americana (Liam Cunningham y Bérénice Bejo) se instala en Francia. El benjamín (Tom Sweet) no termina de adaptarse a su nueva vida en el viejo continente y expresa su incoformismo con rabietas cada vez mas vergonzosas. 'The Childhood of a Leader' cuece su interés despacio pero con mucho saber hacer, la oscuridad y la sensación de que algo maléfico se esta produciendo es constante, el tono oscuro constante y los silencios en el guión dejan paso a poder saborear esa puesta en escena tan austera y todo a un ritmo que a simple vista puede resultar lento o falto de frescura pero sus continuas referencias y similitudes con esa figura demoniaca que representaba por ejemplo Damien en 'The Omen' o el Johan de 'Monster' hacen que la cinta vaya ganando enteros de una manera desmesurada, con fueras de campo brillantes o escenas llamativamente visuales. La fotografía de Lol Crawley, el diseño de producción de Jean-Vincent Puzos, la dirección de arte de Nóra Takács así como la decoración de sets por parte de Panni Lutter ('Extintion', 'White God') conforman sin buscarlo un estilo parecido al de películas de terror victoriano o gótico como 'The Others', 'The Woman in Black' o la reciente 'The Witch' transformando toda la producción y potencia dramática sobre la infancia de un niño en un casi thriller de terror con homenajes evidentes a 'The Shining' como es el plano secuencia tras la espalda del niño mientras este anda por toda la casa. Para terminar de conjugar a la perfección esa unión entre el drama y el terror, Corbet cuenta con la banda sonora de Scott Walker que crea una partitura similar a la que hizo Levi para 'Under the Skin', menos estridente y constante pero igual de hipnótica acústicamente cuando aparece, todo un disfrute para los oídos y para los ojos las escenas en que lo místico o surreal se ve abrazado por la composición de Walker, sin duda, uno de los puntos mas destacados de la película. Otro de esos puntos seria es, al margen de la grandísima y primera interpretación en su vida de Tom Sweet como el niño, la casi ausencia de diálogos en el guión y el especial montaje atemporal de la película al que prestar mucha atención desde el inicio, divido en tres actos cuyo segundo a su vez se separa en tres momentos que marcaran la vida del joven aspirante a dictador en su mas tierna infancia, donde aprenderá y será educado gracias a las conductas y actos de sus padres. Sin duda 'The Childhood of a Leader' puede resultar pretenciosa o lenta para aquellos que busquen otro tipo de cine pero siendo una opera prima como es y perdonándole algunos errores que sinceramente no se donde están, la primera película dirigida y escrita por Brady Corbet junto a Mona Fastvold resulta fascinante, sublime, el manejo en la dirección es acertado y el novel cineasta denota una experiencia inusitada para alguien que se atreve con una película de este tipo en su primera andadura como director, sorprende el resultado final que le da a su producción gracias también a un pequeño gran reparto donde destacan en sobre manera Bérénice Bejo como la madre y el niño Tom Sweet, también aparecen Liam Cunningham y Robert Pattison en un papel que es mejor descubrir al ver la película y Stacy Martin ('Nymphomaniac') como una de las profesoras del futuro líder. Muy recomendable.

Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com/2016/07/the-childhood-of-leader.html
marckwire21
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14 de julio de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cinta de terror psicológico, como precuela de The Omen es una buena película. Tanto los actores, el niño, los padres, la tutora, la sirvienta mayor están muy bien. Pattinson hace un papel corto y pinta poco en la historia. La música de Scott Walker, la fotografía y el trabajo de cámara funcionan muy bien hasta ese final de lo más pretencioso. Quizás debería haberla dejado inacabada o sugerida y que hubiera sonado Cossacks are ... una frase inconclusa; qué sé yo, pero no ese final pasado de rosca con la cámara, con las intenciones autorales y de dejar para la posteridad su mensaje solemne.

Las enseñanzas Haneke (fue su actor en la versión americana de Funny games) sobre el origen del mal en las sociedades occidentales quedan ridiculizadas o banalizadas al extenderlas a un plano político social con tal ligereza.Temo hacer una revisión de su filmografía por si no es solo una interpretación del director de la película.

Dice estar basada en un relato de ese gran pesimista y misántropo de Sartre, porque esa nausea que tan bien describía la hemos sentido todos, todos los que nos consideramos humanos, digo yo, pero no precisamente por ese niño sino por mirar detenidamente tu cara al espejo durante cinco minutos y descubrir de qué estás hecho: un amasijo de huesos, nervios, sangre ... es completamente repulsivo incluso para alguien tan guapo como yo. También hace referencia a H. Arendt. Quiere quedar bien, pero si el origen de los totalitarismos es un niño malvado porque sí, por pura pasión, que juega con todos para maltratarlos, se trasviste para joder etc... pues qué bobada.

Es una buena película de terror, un terror no visceral sino psicológico bien narrado y con un niño que lo borda, una buena entrega de la saga Damien. Si el cine de terror no estuviera tan infravalorado y el de autor o el de "grandes temas con mensaje importante" tan sobrevalorado, la película sería de 7.
Bartleby
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