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Fados

Fados
2007 Portugal
Documental, Intervenciones de: Mariza, Camané, Carlos Do Carmo ...
6,6
491
Documental. Musical Después de "Flamenco" (1995) y "Tango" (1998) -nominada al Oscar a la mejor película extranjera-, Carlos Saura completa en 2005 la trilogía de la canción urbana moderna con "Fados". Tras más de dos años de investigación sobre el fado, Saura da un salto importante en su aproximación al musical. Si en los musicales anteriores, "Iberia", "Flamenco", "Tango" se apoyaba en la danza, en Fados refleja el nacimiento de la música arrabalera, ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
27 de noviembre de 2007
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando le ofrecieron a Carlos Saura el proyecto de cerrar su trilogía sobre músicas étnicas, no se lo pensó demasiado. Toda su vida había estado oyendo a Amália Rodrigues. Cuenta el cineasta que, antes de confirmar el sí, desempolvó viejos casetes y discos para volver a oír fado pero fue tanta la información que recibió de sus productores que algunos de sus viejos vinilos siguieron envueltos de polvo. Saura dijo que sí porque sentía que tenía que pasar por el fado para culminar esa trilogía de la canción urbana moderna que se inició con Flamenco (1995) y que continuó con Tango (1998). El esquema se repite: escenas musicales rodadas con mucho primor desde el amor absoluto por esas músicas en decorados interiores. Documental mezclado con performances de danza y música. Como en las películas previas, luz (esta vez bajo el control de José Luis López-Linares para lo rodado en interior y Eduardo Serra para las imágenes de Lisboa) y música tienen la misma importancia. La complejidad técnica combina con la aparente sencillez para cantar un fado.

Silencio, se canta fado reza el dicho portugués. En Fados el espectador asiste en silencio a los versos cantados con gargantas rotas. Cuando se canta fados no se puede o no se suele hablar porque el nudo en la garganta que te crea oír esta música no te lo permite.

Es Fados una película que intenta lo imposible: describir en que consiste el sentimiento de saudade tan característico de la cultura portuguesa, ese sentimiento que todo lo impregna y que, según dicen muchos, hace que los portugueses sean como son. Fados no da respuestas claras pero deja claro en que consiste esta forma de ser, da las pistas suficientes para descubrir esa manera de ser. Pero no es éste un viaje de ida hacia los fados. Carlos Saura en su labor de investigación cree que la cinta es un trayecto de ida y vuelta, un viaje que pasa por Brasil y África y que, incluso, se puede unir sin ningún problema al flamenco para crear un intenso fado flamenco cantado por Miguel Poveda y Mariza. Aquí las figuras indiscutibles como Carlos do Carmo (también supervisor musical del filme) dejan paso a las nuevas generaciones del hip hop. Todo tiene su lugar, todo se puede fusionar de la misma forma que el fado es consecuencia de otras músicas anteriores. Es éste uno de los logros del filme: transmitir que la virtud está en la mezcla.

Todo es un pequeño gran regalo a los intérpretes clásicos de fados, a Portugal y a su gente. Aunque se intenta realizar un esfuerzo de armazón argumental, la película carece de narración como en anteriores musicales de Saura. No la necesita. Aquí lo que importa es el sentir, no el contar.
lagradisca
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17 de enero de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era de esperar tal como estaría filmada esta película, sigue los pasos de Tango, Iberia y Flamenco una serie de películas que terminan el ciclo con Fados, esta vez dedicadas al canto que tanto caracteriza a Portugal un canto único, canto y espíritu captado por Saura de una manera genial y brillante tal como había hecho anteriormente.
Si hay algo que caracteriza a este tipo de cine de Saura es la sobriedad y austeridad en su rodaje, montaje y fotografía, no le interesa la narración de una historia, quiere mostrar el auténtico espíritu de un pueblo por medio de su cante y su baile y esta vez ha sido el afortunado de Portugal.
Enfoque de caras en primer plano, una variedad de colores sencillos sirven para ser el fondo de estos enfoques, cantantes, músicos y bailes, son los protagonistas de esta peculiar cinta de Saura aunque era de esperar tal como he dicho anteriormente si uno ya había visto las otras dos películas.
Saura es un director muy maduro y con muchos años de experiencia para ser consciente de lo que quiere hacer, arriesga contra la crítica una vez más y quiere mostrar una película sobria en apariencia pero poética y lírica en cada escena, saber captar el espíritu del cantante y de cada músico sabiendo hipnotizar al público pues sabe en que momento ha de centrar y parar la cámara para conseguir lo que busca y resultado es lo que es, lirismo y poesía.
En otra crítica que he leído se dice que Saura deja al lado la poesía para grabar al estilo más academicista, bastante lejos de la realidad está, está claro que si quiere hacer una trilogía que una la obra, ésta ha de ser grabada con el mismo estilo que las otras, además de ello sabe porque lo hace así, a Saura le interesa la pureza del artista que está interpretando, cantando o bailando, no quiere elementos externos que distraigan al espectador, y esa es la dificultada de esta obra.
Tal como dijo Saura en su otra obra también dedicada al baile, Salomé, él quiere ser con su cámara el ojo del espectador y por eso la dificultad de captar y darnos en cada momento lo que interesa sin perder la esencia de lo demás.
Además de ello Saura une tres culturas diferentes, algunos países de África, Brasil y Portugal, aquellos lugares unidos por un mismo idioma, mostrar los diferentes tipos de Fado, además de rendir homenaje a esas figuras clásicas, a este cante al mismo tiempo que repasa algunos momentos importantes de la historia de Portugal, que más se puede pedir…
Cinta muy particular para un espectador convencional, es verdad que Saura no busca dirigirse a un público corriente, quiere dedicarse a aquel público sensible, paciente y amante del canto Fado, un cante que por pena parece caer en el olvido.
manuel
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6 de abril de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una deliciosa película documental de Carlos Saura, que como "Flamenco", "Amor brujo", "Bodas de sangre", "Sevillanas", "Tango" o "Carmen" nos deleita con canto, música y danza. Según parece, la danza no es necesaria en el fado, por otra parte en este caso es extraña al tema, moderna y sorprendente, una especie de licencia poética, tratándose de cine. Filmada en estudios, en Madrid, y en la "Casa del fado", en Lisboa, tiene en el primer caso los elementos escénicos típicos de Saura: paneles traslúcidos con luces uniformes de colores, amplios espacios para la danza, y espejos; en el segundo lo típico del fado portugués: guitarras ejecutadas con extraordinaria destreza y voces maravillosas que alcanzan expresiones deslumbrantes de potencia y también delicadeza. Las letras suelen recurrir a bellos poemas. Algunos cantantes no son cantantes de fado, pero igual son excelentes. Como toda obra de arte, tiene sus momentos más deslumbrantes y sus momentos menos, pero en su conjunto es una exquisita película para un goce que por momentos quisiéramos repetir infinidad de veces. Absolutamente imperdible y un aporte valioso al conocimiento del fado.
Leonel
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15 de febrero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que el FADO nació en los arrabales, que es música portuaria, que tiene relación con los ritmos del norte de África. Dicen también que se cantó por primera vez cuando los árabes aun moraban en la colina del castillo de San Jorge, en la encantadora ciudad de Lisboa, o quien sabe tal vez en alguna taberna de la Alfama o la Mouraria, en una noche de desamor y melancolía, de dolor y de morriña.
Es el fado un llanto que brota de lo más profundo, y aunque también hay fados alegres y desenfadados, con cierta ironía, la inmensa mayoría nos hablan de tristeza, de amargura, de desconsuelo, de vidas ingratas, rotas, amores rechazados, ausencias irremplazables, con la nostalgia y la pesadumbre siempre presentes. Su grito es desgarrador, pero su cadencia te relaja, infunde como un sentimiento de paz, es como si saturara las heridas, te atrapa desde el primer verso, desde la primera nota de esas guitarras, sean de Lisboa, sean de Coímbra, pero que en cualquier caso suenan tan maravillosamente.
En este homenaje que nos brinda Saura tenemos ocasión de disfrutarlo, de vivirlo, de emocionarnos, de ver como el cabello se eriza, por ejemplo en ese homenaje a la ya entonces desaparecida AMÁLIA RODRIGUES, autentico mito para los portugueses y para todos los amantes de la buena música. Creo que la película contiene además unas estupendas coreografías y una fotografía extraordinaria. Y por supuesto es un verdadero festival para la vista y un mundo de sensaciones para el resto de los sentidos.
Quizás no tan conocido como el tango o el flamenco, pero en ningún caso menos hermoso, comparte con ellos su origen popular, y al parecer épocas de aparición similares. Cenar en la preciosa Lisboa (o en otra ciudad portuguesa) ese magnífico BACALHAU que ellos tan exquisitamente preparan, regado con VINHO VERDE, y escuchando FADOS en vivo, es con toda seguridad una experiencia difícil de olvidar.
picais
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26 de agosto de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fados de Carlos Saura es un documental que toma como base la música folclórica en Portugal con sus fados en distintos estilos tras dos años de investigación del director en su tierra. Dirigida con un ritmo sereno y con el estilo más habitual de documentales musicales del director, es una bella obra que gusta ver y que cumple técnicamente en lo que se espera del director y también musicalmente con las canciones por excelencia de Portugal como son sus fados, dejando notables sensacionales tras su visionado por dejar evidencias de los distintos estilos musicales y lugares donde el fado sigue como melancólica y triste expresión del día a día de los Portugueses.
La fotografía es hermosa y hace gran uso tanto de los colores como de los claroscuros en una labor bien trabajada en detalles que confortan por ser estéticamente bellos y decorativos. La música es rítmica y evocadora a la música Portuguesa gracias a los instrumentos habituales de los fados como la guitarra portuguesa y española, así como el piano y las tristes melodías entonadas por sus músicos y cantantes para descubrir al espectador más ampliamente el folclore con el fado. Los planos y movimientos de cámara consuman un brillante labor técnica de nuevo gracias a la cámara en mano, seguimiento, steadycam, reconocimiento, rotación, circulares y generales que exprimen lo mejor de las interpretaciones.
Las colaboraciones son sobrias y convincentes cada una en su estilo. Cuenta con las excelentes interpretaciones musicales de Mariza, Camané, Carlos Do Carmo, Lila Downs, Caetano Veloso, Miguel Poveda, Chico Buarque, Lura y Toni Garrido entre otros. Estos emplean para sus interpretaciones unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos del lugar y las danzas en unas distinguidas y bellas indumentarias que junto con los soberbios decorados que utiliza y busca el director te transporta y evoca en todo momento al lugar.
El guion, escrito por el director, se propone instruir al espectador en las distintas versiones del fado portugués según su procedencia y temporalidad, pasando de algunos más tradicionales a otros más adaptados y modernos, logrando así captar la atención del público más ávido de conocimiento musical folclórico de cada lugar, así una vez más Saura consigue sacar lo mejor de la música de cada lugar. En cuanto a la narrativa, tan solo son los letras tristes de los fados en sus actuaciones. Cabe señalar de nuevo, el montaje lineal y acompasado en el que se sucede una canción tras otra para no dar respiro a la representación.
En conclusión, lo considero un bello documental que expone la tristeza del fado portugués desde muchas de sus variantes para deleite del público que busca conocer y admirar el folclore de cada lugar para aumentar así su cultura y riqueza musical, manteniendo la misma línea que ha tenido el director en sus anteriores proyectos documentales. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones musicales, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y decorados que vuelven a Fados, un film notable y abiertamente conocedor de la música tradicional portuguesa.
Elcinederamon
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