Morgan

Película romántica de temática gay muy del estilo de las que se hacían hace años (una vez superada la monotemática de películas sobre salir del armario). Es una sencilla (y previsible) historia de amor bienintencionada sobre un chico deportista que queda discapacitado tras un accidente, y uno que no lo es. Ahí radica su única originalidad y el interés de la película, incluir la discapacidad en una película de temática gay, pues la historia de amor en sí carece de novedad alguna. Si estuviéramos ante una historia heterosexual, la historia no pasaría de un anodino telefilm más, sin presupuesto ni actores reconocidos. Pero la temática gay añade interés a determinado público. Fuera de ahí, no tiene mucho interés a estas alturas, quizás en los 90's sí la hubiera tenido.
- Lo mejor: la novedad que supone la discapacidad en una película de temática gay.
- Lo peor: la previsible historia de amor y los actores (pocos se salvan).

Esta película me gustó mucho; creo que el personaje de Morgan es muy interesante; aborda temas increíbles como la homosexualidad y la discapacidad; la discapacidad y su descubrimiento emocional y sexual.
Además de que no sigue la fórmula del "discapacitado /angel" , es decir, Morgan es un personaje agresivo, malcriado, egocéntrico; todas las "cualidades" humanas que se exacerban al enfrentarse con ésta situación.

Se volvió una de mis favoritas

Terminando de ver “Morgan” (2012) de Michael D. Akers con Leo Minaya, Jack Kesy, Benjamin Budd, Theodore Bouloukos, Darra Like Dat Boyd, Madalyn McKay, entre otros. Drama de temática gay, independiente y de bajo presupuesto, que explora la vida de un ciclista que tras un accidente, no solo lo deja en sillas de ruedas, sino que sufre depresión y baja autoestima, por lo que intentará retomar su vida, enfrentando nuevos retos, como el amor, la familia, la amistad y el deporte bajo esa nueva perspectiva. Es una agradable historia que demuestra que no existen las adversidades, que siempre habrá retos, y personas que nos quieren y nos apoyan para poder salir adelante. Interesante la manera “no lastimera” de los discapacitados, que no quieren que sientan pena por ellos, y como los hay, que buscan el sendero más fácil, el de la autodestrucción por sus impedimentos. Atención a la escena en la que el protagonista enfrenta su hombría desde el plano sexual, bastante desgarrador e impactante, pues los seres humanos, todos, somos seres sexuales, y todos necesitamos de ese motor en nuestra vida llamado AMOR, amor familiar, de amistad y sexual. Morgan no es una película sofisticada, pero es muy humana, tiene una gran cantidad de sentimientos, pues habla de las dificultades de los discapacitados de una manera que rara vez se aborda en el cine, y con muy buenos personajes, todos, empezando por esa MADRE del protagonista, que se merece todas las medallas, así como la tolerancia en la amistad de la afroamericana, corrección política incluida, que aquí recibe muchos castigos de su amigo, pero que ahí está ella, INCONDICIONAL; y el amor de pareja, en Dean, su opuesto en todos los sentidos, pues él es centrado, responsable y relajado, un GRANDE, pues lo ve como persona completa, no como discapacitado, a pesar que lo obvio a veces le pasa factura. ¿A quién no? A destacar que los personajes homosexuales no muestran el manierismo “gay” estereotípico, por lo que no se recuerda constantemente al público que son homosexuales, además que no se recrean en escenas sexuales y similares propias del género; inclusive no hay matones ni violencia homofóbica, y eso hay que agradecerlo. Los actores, desconocidos, y todos correctos en sus papeles: Leo Minaya como el discapacitado, y cabezota; y el debut de Jack Kesy como Dean, un personaje amable; pero destaco a la que hace de madre, la verdad es que ella se siente real, su energía, positivismo y comprensión, traspasa la pantalla. Toda la obra respira gran sensibilidad sin resultar pastelosa, sexosa o lacrimógena. Es una historia que nos pasa a todos, aquí el detalle es la temática gay, pero bien podría tratarse de un divorcio, de cómo afrontar una tragedia o una desgracia. Película instructiva, de descubrimientos, superaciones y nuevo comienzos: “A veces tienes que atreverte a soñar” Hay vida y amor para todos después de la desgracia, sea física, mental o emocional. Esta es una lección de humildad, digna, y para reflexionar.
RECOMENDADA.
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