Jericho (Serie de TV)

Confieso que en general tengo una debilidad con respecto a los argumentos relacionados con debacles y cataclismos, por lo que para mi fue una grata sorpresa saber de la existencia de esta serie, que sigo desde el primer episodio.

A pesar de que un cierto tufillo demasiado yanki impregna todos los capítulos, hay que destacar ante todo que por fin los estadounidenses nos brindan una historia sobre lo que pasaria realmente en caso de una hecatombe nuclear. Huyendo de clásicos héroes típicos de pelis de catástrofes, que se pasan todo el metraje realizando virguerías espectaculares, aquí contemplamos el derrumbe del mundo conocido desde la óptica de un pequeño pueblo de la América profunda. Así que no vamos a asistir a una serie adrenalínica tipo 24, sino más bien a cómo esos granjeros y ciudadanos normales intentan mantener el rumbo de sus vidas y de todo lo que conocen en medio de un océano de caos y destrucción. La historia estará pues muy centrada en la vida y relaciones de los habitantes de Jericho, manteniéndose una cierta trama paralela en cuanto al misterio de quién ha comenzado el ataque y qué está pasando en el resto del mundo.

Por lo tanto la serie es una mezcla muy entretenida entre varios géneros de cine y televisión: tenemos el ingrediente del cine de catátrofes, un aire muy Twin Peaks en cuanto a las relaciones de los ciudadanos de Jericho, y su dosis de misterio (quizás un poquillo escasa para mi gusto) que evoca a Lost.

PD: para los que critican la pervivencia de "problemas cotidianos" después de un ataque nuclear, creo que realmente carecen de fundamento. Después de un shock inicial de unas semanas, si la vida en el pueblo se sigue manteniendo es normal que el amor, las rencillas, las celebraciones, y los duelos se sigan sucediendo. La vida siempre continua.

Después de ver las dos temporadas de esta serie, diré que me ha decepcionado conforme avanzaba, y es que con un episodio piloto que prometía y auguraba una serie de una calidad excelente, mas allá del entretenimiento, fue perdiendo fuerza y consistencia conforme avanzaba, llegando en un momento, que mas que seguir una linealidad narrativa correcta e inteligible, intentaba tomar rumbos a ciegas, para al final naufragar en cada una de sus tentativas.

También debo criticar, dos aspectos de esta serie que me han parecido tremendos, los efectos especiales y los guiones. El primero, quitando el hecho de hacer un hongo aceptable, todo lo que rodea a la serie, es de nivel mediocre, o sino solo observar los tiroteos, para reír los impactos de balas. Y los guiones, pues añadir, que han sido escritos por “becarios” y es que hay frases que son para recordar de lo horrendas e inapropiadas que quedan en según que momentos.

Alabar, lo que se dice loar, solo lo puedo hacer con las interpretaciones, y es que hay que decir, que Ulrich, Scott, Gaston, Pamela Reed, Lennie James, Grayden, y compañía hacen un trabajo a la altura de sus características, pero el elenco de secundarios que los acompañan parecen simples aficionados, llegando en momento a ser sus actuaciones algo cómicas.

En resumen, si puedes ver otra cosa, hazlo, porque sino al final uno se arrepiente.

Comenzando a ver la serie sin ningún tipo de espectativa (ni baja ni alta, no había oído hablar de ella), desde el primer capítulo, me encontré con una producción francamente buena en cuanto a guiones, actuaciones, y argumento, sin llegar a ser extremadamente original (hoy en día es imposible plantear un argumento que no recuerde a ningún otro anterior).

Situándonos, tras la hecatombe nuclear, en un mundo devastado con la población millonariamente diezmada, se nos presenta un escenario dominado por ejércitos sin patria y condicionado por la codicia y el egoísmo de sus habitantes, recordando en gran medida a The Postman (Kevin Costner). El método de retrato de los personajes varía de unos a otros. Mientras unos muestran todas sus cartas desde el principio y se les adivinan sus intenciones sin demasiadas sorpresas, otros tienen una cara oculta con la que van jugando sin llegar a mostrarla, como el propio protagonista Jake, o Hopkins. Mención especial a este último, que tiene aún mucho que decir y cuya aportación va a ser (y va a demostrar que ha sido) esencial para el desarrollo de la historia. Recuerda mucho al típico personaje semi-oscuro al que acuden todas las series para aportar una mayor dosis de intriga, como John Locke en Lost, el padre de Michael Scoofield en Prison Break, o Nathan Petrelli en Heroes. El guionista juega con el espectador capítulo a capítulo posicionándole cada vez en una opinión opuesta con respecto a él, hasta conseguir crear una gran incertidumbre que le mantiene pegado a la pantalla.

A destacar también el uso, cada vez más frecuente en estas series de nueva generación, de un capítulo de Flash Back (en un momento de gran intriga, cómo no), para resituar a la audiencia y conseguir que cambien su enfoque sobre el momento presente de la historia.

Una serie muy recomendable, tanto a los que les guste la intriga de estas series y pasarse una semana entera intrigado con lo que va a suceder en el siguiente capítulo, como a los que les gusten las producciones de catástrofes, hecatombes y sus consecuencias.

Un día cualquiera, 23 ciudades de Estados Unidos quedan recudidas a ceniza en medio de un brillante hongo nuclear. Después, el caos. No hay gobierno ni comunicaciones, no hay electricidad ni medicinas, la anarquía reina... Jericho, el hogar de nuestros protagonistas, deberá arreglárselas para sobrevivir.
Con este punto de partida, uno se engancha, pero pronto empieza a asquearse con el argumento. La 1ª temporada (unos 22 episodios) se dedica por entero a tratar las relaciones entre los habitantes del pueblo (conflictos familiares, una buena tanda de amoríos, luchas de poder en el ayuntamiento…).
Como se han detenido a remarcar algunos, salvo por la trama del negro-que- no-es-quien-dice-ser (trama que no empieza a cobrar cuerpo hasta más allá de la mitad de la temporada), parecería un serial sobre la vida en un pueblo tras una catástrofe natural cualquiera, o incluso un simple apagón en ocasiones.
La segunda temporada, de sólo 7 episodios, fue realizada con urgencia por las presiones de los fans, que inundaron de nueces (o cacahuetes, depende de las fuentes) las oficinas de la cadena. Es una última oportunidad, una de esas que en el mundo televisivo no se suelden dar (la cantidad de series que después de años se han ido sin final es para asustarse). Pero Jericho no la aprovechó y se fue definitivamente. En esos 7 episodios se prescinde completamente de toda la parafernalia amorosa y sentimental, centrándose en la reconstrucción de la zona después del desastre, en el contexto de un interesante y lamentablemente poco esbozado nuevo contexto político. Durante los primeros cinco episodios, hay una historia fluida y dinámica. Por desgracia, en los dos últimos todo se precipita en un desenlace demasiado rápido, que apenas da tiempo a encajar todas las piezas en el momento y que, a pesar de ser oficialmente “cerrado”, deja abiertos flecos que darían para varias temporadas más. Sin embargo, la historia finaliza en un momento en que los menos enganchados podrán decir tranquilamente “Vale, a partir de aquí me imagino cómo acaba y a otra cosa mariposa”.

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Y ese creo que es precisamente el gran problema de esta serie, que si bien entretiene, no se ve muy claramente hacia donde va o hacia donde lleva, lo cual a la larga acaba siendo bastante frustrante. No es mala pero tampoco es tan sobresaliente como algunas de sus series contemporáneas, y a los que no la tomen con ganas quizás les deje bastante fríos, por no decir indiferentes.

El principio es interesante. Por todo el país empiezan a estallar artefactos nucleares sin venir a cuento mientras los pueblerinos horrorizados se preguntan que demonios está pasando. ¿La tercera guerra mundial?¿Un ataque terrorista?¿Un accidente?¿Se les ha ido la mano con los fuegos articiales del 4 de julio? Éstas preguntas se tratan a lo largo de los capítulos, y eso si y también es lo malo que le veo, con una lentitud pasmosa... no pasa casi nada realmente tangible en varios episodios.

Para colmo hacia el final de la temporada (que será única porque los cafres de la CBS ya se la han cargado suspendiéndola) pierde bastante los papeles y se queda totalmente colgada. Aún así me mola el rollo de los misiles de represalía volando con sus estelas de fuego en la noche, lo chulo que se pone el niñato de la tienda, el personaje de Stanley que está como una regadera y algún que otro detalle así simpático y/o macabro.

Es cierto que los habitantes de Jericho están muy tranquilos pese a haber sufrido un ataque nuclear... pero que diablos, de algo hay que morir. Recuerdo como uno de los mejores episodios el de los militares que llegan al pueblo con el tanque... lamentablemente no hay muchas más escenas destacables, pero no me parece motivo como para dejarnos colgados y no dar una buena conclusión a esta correcta serie.