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El adversario

Drama Debido a la inesperada muerte de su padre, Siddartha (Dhritiman Chatterjee) tiene que dejar sus estudios de medicina y buscar un empleo. En una entrevista de trabajo, cuando le preguntan por el hecho más relevante de los últimos diez años, responde: "el coraje mostrado por el pueblo de Vietnam", tras lo cual, su interlocutor sospecha que se trata de un comunista. Primera parte de la "Trilogía de Calcuta". Las otras dos son "Compañía ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
13 de abril de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Trilogía de Calcuta supuso un pequeño giro en la obra de Ray. El director había tenido que soportar, injustamente, desprecios de la crítica india que le acusaban de no implicarse o al menos no lo suficiente social y políticamente en sus films. La respuesta de Ray se tradujo en estos tres films independientes entre sí. Los elementos básicos de estos siguen siendo los mismos que caracterizan el resto de su obra, minimizando la parte lírica y poética, aunque presente, para acentuar el tono crítico y pesimista que transmite en conjunto. En esta primera parte Ray logra un gran trabajo, de considerable dificultad formal, en la que utiliza flashbacks, visualizaciones imaginarias del protagonista y escenas oníricas que combinadas con la trama terminan por definir con precisión al protagonista. Su camino en busca del primer empleo y su enfrentamiento contra las injusticias y abusos laborales, unida a su conflictiva y contradictoria personalidad se convierte pronto en el centro del film. Sin embargo las historias secundarias que nos cuenta, todas sobre jóvenes que tienen algún contacto con el protagonista, como sus dos hermanos, la chica, sus compañeros de estudio o los candidatos a la entrevista de trabajo, están contadas con su habitual elegancia, sutileza y perfecta coherencia con el mensaje general del film, contándonos sus dificultades para sobrevivir en la sociedad y dejando delante de ellos un poco halagüeño futuro. Eso no quita para que siga mostrándonos su extraordinaria sensibilidad, como en las historias de la hermana y la chica, bellísimas. Personalmente creo que el final mantiene un tono positivo, a pesar del futuro claramente incierto que plantea delante del personaje, pero quedando lejos del negrísimo final de la segunda película de la trilogía, Seemabaddha (Company Limited). Ray definió esta película como su "trabajo más provocador". Y hasta cierto punto debió serlo. Pero a día de hoy, Pratidwandi es un trabajo comprometido, arriesgado y de técnica irreprochable que ante todo logra no perder ni la identidad de su autor ni su capacidad poética.
cineoptero
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3 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siddartha es un joven culto de familia humilde que ha tenido que dejar los estudios - se nos dice - por la muerte de su padre; ahora tiene que buscar trabajo y enfrentarse al duro mundo laboral. En principio, hemos de pensar que la situación que corría la India en aquel momento, con una juventud que siempre paga el pato y de ahí la posición crítica de Ray, que nos muestra las pocas posibilidades que tenían los jóvenes con ideas pero sin acreditaciones o dinero; sin embargo, hay mucho más que eso.

A base de pinceladas cinematográficas vamos conociendo a Siddartha, su presente, su futuro incierto y su pasado en flashbacks breves e impagables. Parece que en realidad el joven no quiere encontrar trabajo, y siempre encuentra una excusa que le libre de ese deber que, por otro lado, se impone con las palabras - tengo que encontrar un trabajo, mañana tengo una entrevista -, ya sea que tiene el pantalón roto o un reloj que reparar, o bien que no quiere ceder ante el sistema capitalista del que tantas pestes echa, en un discurso propio de su tiempo que él ha asimilado bien. En realidad, Siddartha está muy perdido a sus veinticinco años, y ve cómo sus amigos, su hermana e incluso su hermano pequeño tienen las cosas mucho más claras que él. Estos personajes son retratados de una forma más simple, porque son ellos mismos más simples a los ojos de Ray en esta historia. Pero Siddartha es débil, no encuentra su identidad ni tiene carácter, y cuando se esfuerza en buscarse a sí mismo se reinventa de forma ridícula, de tal forma que el espectador contempla con pena los tropiezos, uno detrás de otro. Es un joven muy leído (me gustó mucho la aparición de la ''Historia de la filosofía occidental'' de Russell en su estantería), pero ¿de qué sirve saber todas esas cosas para sobrevivir, o mejor, llevar adelante la vida en su Calcuta? Su ciudad es su cárcel, pero su único mundo. No tiene ganas, fuerzas ni se atreve a salir, aunque al final tenga que hacerlo. El film es pesimista pero realiza un retrato psicológico profundo, usando además un lirismo sutil como el canto del pájaro de la infancia que tanto busca Siddartha, sin encontrarlo.

Una escena para el recuerdo, o una de tantas, es cuando el joven se mira al espejo y decide reinventarse como el Che Guevara, y entonces sala a la calle decidido a hablar con el jefe de su hermana, va a la casa de éste y le habla frente a frente. Ahí le tiene, todos sus enemigos reales o ficticios personalizados en ese adversario sentado frente a él. No hacen falta palabras. Siddartha pelea con su adversario, pero él es el rival más débil, condenado a perder.
Caligari sin gabinete
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