Pumuky (Serie de TV)

Formó parte de una generación. Este duende de pelos de pincho y descalzo nos cautivó a muchos a parte de a su inseparable amgo carpintero Elder. Fue una innovación para la época mezclar un ser animado con el mundo real.
Ellias kaut, su autor, nació en Stuttgart y fue criado en Munich. Se casó con el periodista K. Preis, actriz, locutora de radio, escultora y pintora, titiritera, grafóloga, fotógrafa y demás, pero destacó como autora de libros para niños, pero también para adultos. Lo que más le ha dado la fama a esta pareja ha sido su pequeño Pumuky. Aún recuerdo la canción de su cabecera.

Yujuuuuuuuuuuuuuuuu. ¡Ya estoy aquí!.
Soy el duende del pelo rojo, Pumuki el Colosal.

Olé, Olá, el duende acaba de llegar,
Olé, Olá, Pumuki es Colosal.
Olé, Olá, el duende acaba de llegar,
Olé, olá, Pumuki es Colosal.

Aunque coma sin cesar,
y le gusta hacer rabiar
si te quieres divertir
es Pumuki el ideal.

Olé, olá, el duende acaba de llegar,
Olé, Olá, Pumuki es Colosal.
Olé, Olá, el duende acaba de llegar
Olé, Olá, Pumuki es Colosal.

Nadieee puede verme
Nooo
Sólo el señor Elmeer
Siii
Pero si a un amigo vas
a contarle que me ves
seguro que no te creerá
porque no lo puedes demostrar.

Yujuuuuuuuu.

Olé, Olá, el duende acaba de llegar
Olé, Olá, Pumuki es Colosal.
Olé, Olá, el duende acaba de llegar
Olé, oOá, Pumuki es Colosal.

Tachín Tachín...
oo ooo ooo
Tachín Tachín
ooo oooo oo

Vamos a cantar.

Se divierte siendo así
el invisible charlatán
si le buscas ya veras...

Eee yo no soy un charlatán.

Olé, Olá, el duende acaba de llegar
Olé, Olá, Pumuki es Colosal.
Olé, Olá, el duende acaba de llegar
Olé, Olá, Pumuki es Colosal.

Si uno ve ahora algún capítulo de "Pumuki" (en YouTube sin ir más lejos está) seguramente la combinación de animación e imagen "real" le parezca algo rudimentaria, y la animación del dibujo un poco tosca. Pero para mediados/finales de los 80, que fue cuando llegó a la Televisión Española, esa mezcla de dibujos y actores de carne y hueso era el colmo de la innovación. Y el que el duende protagonista fuese un personaje travieso, nada cursi, y si me apuras hasta un poco cabrón, le daba a la serie un toque especial que la ponía a años luz de moñerías como las producciones Disney o "Los osos amorosos". Tenía hasta sus momentos medio dramáticos a veces. Era para niños, pero no trataba a los niños como imbéciles perdidos.

Y la canción. Qué se puede decir de la canción...décadas después me la sigo sabiendo de memoria.

Y la de pícaros entrañables y cabrones de buen corazón que llevaron en su día el mote de "Pumuki" con orgullo.

Y no sigo, que al final se me salta hasta la lagrimilla y todo, me cago en tal...

La verdad es que Pumuky nunca ha sido santo de mi devoción.

No niego que la serie fuese original, eso de mezclar imagen y dibujos animados, allá por el 82 (cuando la que suscribe ni siquiera estaba en este mundo) era una cosa impensable, pero a mi nunca me hizo demasiada gracia, no sé muy bien porqué, pero a Pumuky le faltaba algo, es como una salsa que en la que sus ingredientes aunque sean de calidad no termina de mezclarse correctamente.

Pero si algo recordaré toda la vida es de la música, y es que me pasé años jugando a la goma en el patio del colegio cantando el aquél "Olé Olá!

Pumuky, por los recuerdos del cole en los recreos con la goma, ahí te doy mi 5.

Extrañísima serie de TV de mi infancia de la que apenas conservo flashes aislados como recuerdo. Sí me quedó, porque así de misteriosa es nuestra mente, sensaciones, las cuales con frecuencia perduran indefinidamente frente a imágenes y sonidos. Y no son agradables.

Pumuky era un personaje algo grimoso, inestable, que bien podría ser fruto de los desvaríos del protagonista. A pesar de ello la veía regularmente, pero siempre me causaba una inquietud interior. El final, eso sí, lo recuerdo muy triste, muy contundente.

No obstante, el sentimiento general que perdura es el de tristeza. Ciertamente, para ser una serie infantil jugaba con el drama sin piedad.

Hay que ver estos episodios desde la perspectiva de 1982, algo que vivimos en directo los que ya tenemos muchos años.
Era una serie educativa, el duende hacía el papel de hijo del carpintero y este le corregía y educaba.
Los niños podían ver de una forma divertida y educativa los movimientos, los diálogos.
La bondad y sabiduría del señor, sus conversaciones con personajes reales y su vida diaria en el trabajo y con sus amistades.
Ahora todo son dibujos horripilantes, disparos y diálogos 0.
La inocencia y los valores se perdieron.
Estaría muy bien su reposición, guardo los episodios con mucho cariño.
La vida era más pacífica e inteligente que ahora.