Cautivos de la sombra

Magnifica y realista sobre el mundo de la droga, a veces dura pero que refleja la realidad de dicho mundo. Excelente fotografía de Eduardo Suarez, una dirección sobria y plagada de aciertos, las imágenes se mueven con agilidad, se nota que este director es también director de publicidad.
En los papeles protagonistas, Manuel Bandera en el mejor papel de su carrera, Juan Rivo y Neus Asensi, como siempre, magníficos. Y el resto del elenco, el inolvidable Antonio Flores, Beatriz Santana, muy adecuados.
Redondea la película, un buen montaje y una acertada y original escenografía.
Una película que hace reflexionar sobre la lacra del mundo de la droga y que esta basada en una novela llamada "la otra orilla de la droga", que ganó un premio Nadal

Ni en su momento reventó taquillas ni a día de hoy parece que nadie vaya a rescatarla del olvido en el que parece que permanecerá ya para siempre, pero "Cautivos de la sombra", con todo lo negativo que tiene, creo que es una película en la que merece la pena meterse de lleno en cualquier momento. Aparece Antonio Flores sin necesidad de tocar la guitarra, sólo hace de actor, formando con los otros dos protagonistas un buen equipo de adictos que se mueven en el lado oscuro de la vida, saliendo y entrando del talego, subiendo y bajando del caballo y siempre al margen de la ley.

No es cine quinqui, pero casi. O tal vez sí, puede que sea cine quinqui de tomo y lomo, porque eso de las etiquetas ya se sabe, es lo de menos. Lo que importa es que la droga se encuentra en cada fotograma, el veneno y la gasolina que hace que funcione, para mal, las vidas de sus protagonistas. Hay droga dura, hay película. Lo que más me sorprende es la crudeza y la brutalidad de la violencia y la sinceridad del jefe, Manuel Bandera, que es quien merece los mejores y mayores elogios. Ese personaje encarna a un protagonista muy especial, caído en la adicción más insana, capaz de lo peor, pero sincero hasta lo impensable con su pareja.

Cine español que no echa para atrás, con un guión algo predecible pero apoyado en una fotografía y un montaje que me ha sorprendido gratamente. Llegar aquí sin muchas ganas y salir satisfecho es raro, debe ser la gracia del cine...