Acto de amor

Coproducción franco estadounidense, con el título original Un acte d´amore, siendo su título en los Estados unidos Act of love, dirigida Anatole Litvak que ya habíamos comentado hace poco aquí Decision Before Dawn, que al igual que esta, su historia se desarrolla en la segunda guerra mundial, pero a diferencia de esta última no nos encontramos ante una película del genero bélico, sino mas bien ante un melodrama, que tiene lugar en París liberada por el ejercito aliado.

La historia se inicia en un balneario francés, donde un hombre pide una habitación, la cual describe con total exactitud, sin haber estado nunca ahí, llegando en ese momento los recuerdos cundo se encontraba en París, ese hombre es el Robert Teller (Kirk Douglas), que fue un soldado que se encontraba estacionado en París durante la segunda guerra, esperando nuevas ordenes, dedicándose simplemente a pasarla bien.

Es así, que la historia que se cuenta es un largo flashback, que nos muestra a un hombre que no le encuentra ningún sentido el amor, siente que el amor no existe o que no existe alguna mujer que el llegue amar de verdad, hasta que obligado por las circunstancias conocerá a Lise Gudayec (Dany Robin), que la hará pasar por su esposa, compartiendo el mismo cuarto.

Teller encontrara en Lise una alma noble, que necesita protección, sintiéndose cada vez más comprometido en ayudarla, pero a veces las cosas nunca salen como uno espera, es un film dirigido con buena mano por Litvak, mostrando el amor y tribulaciones de una pareja que luchara contra los prejuicios, la desaparición, angustia, desencanto de una Francia destrozada después de la guerra, donde nos encontraremos diversas actitudes de los franceses con respecto a liberación de París.

Dany Robin nos entrega una gran interpretación de Lise, ella es el centro de la película, representa a esa Francia mancillada y humillada por la guerra, donde hay heridas que aveces no se pueden curar por el tiempo ni el amor, tanto Lise como Teller sentirán por primera vez en sus vidas que la felicidad no es ajena para ellos, pero el camino no sera fácil.

Buena película de Litvak a partir de un guión de Joseph Kessel y Irwin Shaw. Un drama, más bien melodrama con trasfondo bélico protagonizado por Kirk Douglas, Dany Robin y Brigitte Bardot. El correcto film está narrado a modo de gran flashback que dura casi la totalidad de la película y donde se puede apreciar que si bien la dirección es correcta por parte del realizador de la sobresaliente VOCES DE MUERTE (1948), o la más irregular pero también brillante NIDO DE VÍBORAS (1948), la narración desde el punto de vista en primera persona de Douglas se va diluyendo por momentos en sí mismo hasta perderse. Este recurso debería meter al espectador en la película y hacernos sentir como el protagonista, con sus alegrías y sus penas, pues teóricamente son recuerdos suyos, pero al no ser riguroso con este tema perdemos empatía y cercanía con él. No obstante como film es interesante, está bien rodada, es entretenida y finalmente resulta una tristísima historia de amor. Coproducción franco-americana.

Tristísima, bella y desesperada historia de amor, muerte y remembranza, desarrollada en el contexto de la liberación de París durante la segunda guerra mundial en 1944. Un soldado desubicado, una muchacha que trata de sobrevivir sin caer en la prostitución, un muchacho con secuelas de la guerra cuyo odio proyecta hacia los americanos que han liberado la ciudad, una población que trata de sobrevivir a las carencias del momento. Litvak, como en tantas otras películas desarrolladas en contextos bélicos – la más destacada es “Decision before dawn” (1951) con un extraordinario Oskar Werner- se desentiende de cualquiera que sea la peripecia bélica o militar para centrarse en el drama y lo rueda, en este caso, trasmutado como si fuese un Marcel Carné cualquiera empleando a numerosos actores franceses entre los que destacan Serge Reggiani, Gabrielle Dorziat o una adolescente Brigitte Bardot. Desigual, a ratos buena, a ratos aburrida, en ocasiones cegadoramente conmovedora, merece, al menos, como toda la filmografía de Litvak, y pese a no ser de sus mejores películas, un nuevo vistazo para redescubrir algunas de sus ocultas cualidades.

Interesante y -no cabe duda- que original película dirigida por Anatole Litvak. Pero se queda sólo en eso. Bueno en eso y en conseguir que al espectador le invada una sensación de tristeza y desencanto durante su visionado. Creo que los protagonistas sólo sonríen en un par de escenas. De todos modos, el principal error de la película es lo mal que está construido el personaje de Lise. Tampoco el de Robert es para tirar cohetes, pero el de la chica es todo un misterio. ¿Qué hace en París?, ¿Por qué se quiere suicidar?, ¿Cuál es su pasado?, ¿Por qué arremete contra Robert nada más verlo?, ¿Por qué la retienen en la cárcel?... Dany Robin es una monada e interpreta muy bien al críptico personaje. Eso sí, Litvak le debió decir "Tú dedícate sólo a poner cara triste toda la película". Pero mira, a pesar de directriz tan trascendente, son ella y el excelente Kirk Douglas, los que enganchan al espectador a la meláncolica historia.
Por cierto, no me negarán ustedes que el joven y airado franchute, además de un gran parecido a Cornel Wilde, tiene una buena patada en los coj...