Grand Theft Auto V

Me es imposible no ser benevolente con el juego. Más que nada porque la cantidad de opciones que el juego ofrece, ya sea retos secundarios, apariciones misteriosas, el negrísimo sentido del humor de algunas misiones secretas y todas las chorradas que uno encuentra aquí son dignas de admiración.

Hay un MARAVILLOSO sentido de captación de la ESTUPIDEZ tanto del ser humano como del americano. Ya no sólo está la trama principal (que para ser sincero no es para tanto) sino que las interacciones con los personajes secundarios así como LAS GENIALES misiones secretas, dan MUCHA VIDA AL JUEGO.

Ni que decir tiene además que los diálogos y todos los extras son maravillosos, un adalid de ingenio y un aire fresco. En especial los siempre geniales diálogos para la radio, que siempre han sido geniales.

Eso SÍ, cuidado. No se equivoquen, es un juego BRILLANTE pero también cuenta con la HISTORIA MÁS CORTA Y PREDECIBLE que uno ha visto en un GTA.

Al utilizar a tres personajes, pierde el sentido del interés. Sobre todo comparado con la maestría narrativa del juego previo. Los personajes son buenos, pero no son más que personajes reciclados. Trevor ya existía como Lynch en el mundo del juego y como el personaje de Joe Pesci en Goodfellas en el mundo del cine. El personaje de Michael, es más común, el hombre cansado de su apacible vida. Y si bien es cierto que sus misiones dan algo de vida, también es cierto que sobre todo sus cinemáticas, se basan más en un costumbrismo clásico. El de Franklyn es el peor de los tres. Un trabajo excepcional en cuánto al actor con la voz, pero el personaje es MUY VACÍO.

Las misiones...entretenidas, pero uno prefiere explorar la ciudad y ver TODOS Y CADA UNO DE LOS DETALLES que el juego ofrece en vez de hacer misiones de robar bancos con giros imposibles y de que los personajes planeen misiones locas.

Aún así es harto recomendable. Desde luego que consigue mantener el tipo, aunque quizás sea más flojo narrativamente, la cantidad de opciones es cuánto menos algo DIGNO DE ADMIRAR.