Sumisión (TV) (C)

El corto no es gran cosa desde un punto de vista técnico o artístico (al menos para mi) pero el monólogo que se escucha como acompañamiento de las imágenes pone los pelos de punta.

De acuerdo que el islam no es solo esto, pero sí que es una parte importante de ello, y que muchas de las actitudes musulmanas con respecto a la mujer se ven reflejadas en las palabras que se oyen a lo largo del corto.

Su creador, Theo Van Gogh, un hombre que alcanzó mas fama como polémico tertuliano y articulista que como director de cine, murió degollado a manos de un islamista radical como consecuencia de esta película. Y eso que el procedía de una nación (Países Bajos) donde la tolerancia y el respeto hacia el multiculturalismo es excepcional.

Theo Van Gogh murió por esta película, murió por defender la libertad de las personas. Ver el corto no es solo necesario, es una muestra de respeto hacia el.

Este corto hizo que el director recibiera amenazas de muerte por personas la comunidad musulmana de los Países Bajos. Todavía se puede ver en You Tube. Tras negarse a recibir protección policial fue asesinado.

Es una crítica tajante, maniquea y panfletaria al trato hacia la mujer musulmana a la que casan por acuerdo entre familias contra sus sentimientos, a la que pueden pegar (la mujer aparece con golpes, moratones y sangre en la cara), a la que prohíben salir de casa salvo para lo más necesario, al negar a su propio cuerpo y en concreto a su menstruación, a llevar burka y casi a no pensar por si misma,
yo lo amplío como una crítica al Islam y a todas las religiones rigoristas que niegan la dignidad individual.

La mujer tras el burka aparece con una transparencia y se vislumbra su cuerpo desnudo donde se ve su vulnerabilidad. Sobre el cuerpo de la actriz hay frases del Corán sobre el amor y la obediencia lo que hace más repugnante el sentido de las frases del Islam.

Esto hace que su nivel humanístico baje: es una devota muy buena contra una religión retrógrada y perversa según el corto, a la que no dejan justificarse, y quitando la proeza de la transparencia bajo el burka y los versículos en el cuerpo de la mujer tampoco tiene tanto nivel artístico. Además eso de defender el feminismo con el propio cuerpo es un lema feminista de siempre.

El corto podría ser más sutil sin recurrir a los tópicos, creando otros más modernos con gente con la que aunque suela vivir en guetos, uno convive en lugares públicos y seguir siendo hiriente si se pretende eso.

Obviamente ningún occidental de bien puede defender esto, pero ni siquiera un musulmán de bien aceptará que esa imagen sea cierta. La mayoría de los musulmanes tendrá una imagen patriarcal, benévola de su moral y pensarán que es un corto tendencioso y maniqueo.

Sorprende no sólo como dos comunidades tan radicalmente distintas puedan convivir en una misma nación con las mismas leyes, sino como el director se creyó que un corto así no iba a tener consecuencias.

HAY QUE DEFENDER LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN hasta el final y condenar contundentemente las ideologías que la niegan.

Vincent Van Gogh sufría locura y Theo, 120 años más tarde, demostró locura también, al grabar en este pésimo cortometraje metáforas de la mala imagen que los occidentales tienen del islam, guardando un respeto nulo a las familias musulmanas...