Tiempos mejores

Se trata aquí de una simplona historia de amor y cuernos ambientada en el mundillo del music-hall barcelonés, aderezada por la presencia de pesos pesados de la comedia española del tardofranquismo como el incombustible Arturo Fernández (aquí interpreta al ex-torero cornudo) o viejas glorias como Conrado San Martín, en plena decadencia aquí; y nuevas "figuras" de la interpretación teatral y cinematográfica de los 90, como el político-actor Toni Cantó (horrible con ese mostacho, por cierto).
Interpretaciones bastante ramplonas, muy desganadas en general. Arturo Fernández está especialmente plano y soso.
La película salva un poco los muebles por las actuaciones en "El Molino".
La verdad, como comedieta de vedettes de los 90, ha envejecido bastante mal.

Como bien dice el título de la película, Jorge Grau conoció tiempos mejores. El film destila un cierto aire de nostalgia, pero una cosa es destiarlo y la otra es atrapar al espectador.
Se trata de un largometraje con cierto tono crepusuclar y que nos mostraba que ciertas cosas estaban cambiando.
El director se centra en mostrarnos los entresijos del music hall, pero sin saber acertar en la forma de hacerlo. Tampoco es de gran ayuda que sus protagonistas parezcan estar dormidos: Arturo Fernández, Milly Carluci o Conrado San Martín no logran que te enganches en ningún momento. Toni Cantó gracias a dios que dejó el mundo del celuloide para dedicarse a otros menesteres.
Las únicas cosas positivas del film serían la aparición de la mítica: Carmen de Lirío, la música de Jaume Sisa, que intenta copiar el estilo de Nino Rota y, para mí, el mayor acierto es cómo la ciudad de Barcelona consigue mostrar mucho más que los propios personajes.