El que busca encuentra

Otra comedia romántica más se estrena dentro del panorama del cine mexicano, una fórmula que, si bien económicamente ha funcionado, no presenta siquiera un mínimo interés por añadir algo de esencia a sus historias, variaciones de las típicas historias que se ven en las telenovelas, y que, como en la película que nos ocupa, son protagonizadas en su mayoría por actores salidos de la televisión.

La historia en su comienzo se ubica 20 años atrás, cuando un par de niños, Marcos y Esperanza, se pierden en el Estadio Azteca, por lo que durante algunos minutos deberán esperar a sus respectivos padres en un túnel, donde tendrán una breve charla.

Al paso de los años, Marcos (Claudio Lafarga) y Esperanza (Ana Brenda Contreras), por diferentes motivos y tras verse en un video en la televisión que recordaba el día que se perdieron, deciden buscarse, pero al reencontrarse, una confusión los volverá a separar.

La premisa de la película, que en algún punto puede sonar interesante, se agota fácilmente ante la nula posibilidad de su director de narrar su película de manera que genere alguna sorpresa, pues es fácil adivinar lo que sucederá cuando ellos se encuentren.

Y más allá de lo predecible, el relato carece de interés en todo su metraje, con conflictos extraídos de la historia de alguna telenovela, un guión por demás pobre y repleto de frases hechas y rimbombantes y un trabajo actoral raquítico, todo en un contexto inexistente.

Si bien las intenciones de este producto se reducen a su misión recaudatoria, esta comedia romántica se queda muy por debajo de otros trabajos similares de estreno reciente, que si bien no son un dechado de calidad por lo menos entretienen, caso contrario de ‘El que busca encuentra’ que es un derroche de aburrimiento.


http://tantocine.com/el-que-busca-encuentra-de-pedro-pablo-ibarra/

¿Que podemos rescatar del film? Quizás su poca pretenciosidad más allá de resultar un entretenimiento ocasional ¿justifica eso todas sus deficiencias? No amigos, aquí se valora el resultado final, no las intenciones.

Por lo que no nos queda más que una edulcorada historia, cursi a más no poder, tan inocente que raya en lo infantil, predecible al canto, repleta de situaciones forzadas para hacer avanzar una trama con apenas contenido dramático y con conflictos tan sutiles que nunca da la sensación de que nuestros protagonistas se encuentren ante una prueba real.

Eso y poco más, gente. Ni divertida, ni romántica, ni nada. Material aburrido y aséptico para ver y tirar.