El cínico, el infame, el violento

Entretenida película policíaca protagonizada por Maurizio Merli, siempre recordado por mí al resultarme verdaderamente simpático y haber fallecido cuando todavía tenía una gran carrera por delante.
En esta ocasión se "alía" en la interpretación con nada menos que John Saxon y el gran Tomas Milian.
Umberto Lenzi, lejos de su mundo fantástico/terrofífico, consigue una película ágil, estimable en el sentido lúdico, aunque no demasiado buena en cuanto a calidad cinematográfica.
Digamos que es muy funcional y práctica. Va al grano y se deja el guión de recovecos intelectuales y subterfugios psicológicos. La acción es lo que cuenta y esta se produce durante todo el metraje. Pero es cierto que tiene más duración que el que debería y que al final compruebas que es algo superficial.
Es lo que es, un ejemplo claro del cine italiano de los setenta, un "polizziotto", simpático y entrañable (sub) género, que tuvo mucho predicamento en Italia en aquella preciosa década.
Pasas el rato de forma amena, eso es lo más destacable.

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Leonardo Tanzi (Maurizio Merli) es un ex-policía de mano larga y gatillo fácil que tiene cuentas pendientes con "El Chino" (Tomás Milian), un delincuente ambicioso y con un sentido del humor bastante peculiar que anda en tratos con Frank Di Maggio (John Saxon), un influyente gangster italoamericano que quiere hacerse con el control de los bajos fondos de Roma. Como los tres son bastante cínicos, bastante infames y bastante violentos, resulta complicado asignar los papeles a los que hace referencia el título, pero en todo caso los tejemanejes que traen entre los tres darán lugar a un buen número de persecuciones, tiroteos, mamporros, torturas y salvajadas diversas.

Secuela de "Roma a mano armada", bastante más ágil y entretenida que aquella y algo menos demagógica, "El cínico, el infame, el violento" se salva sin demasiados problemas de la quema gracias al carisma del villano interpretado por Milian, a algunas escenas de violencia deliciosamente retorcidas, a algunos diálogos descacharrantes, a un ritmo bastante ágil y a algunas ocurrencias geniales (los "recordatorios" que va dejando el Chino cuando se carga a alguien, el método de Di Maggio para meter en vereda a sus secuaces con las pelotas de golf, o las "modalidades de pago" que lo ofrecen al comerciante que no ha pagado por la protección). Todo ello a pesar de un guión con más agujeros que un colador, de unas escenas de acción más cutres de lo acostumbrado en el poliziesco, y de algunos momentos que entran de lleno en el proceloso (aunque entrañable) terreno de la comedia involuntaria, algunos de los cuales comento en spoiler para los curiosos.

No es una gran película, ni siquiera está entre las mejores de su género. No te va a cambiar la vida. Pero para pasar un rato bastante divertido sí que sirve.