La teleferica (C)

Es su padre Attilio, grande poeta, quien le regala una pequeña cámara de 16 mm. con la que rueda, a los quince años y de forma amateur, dos pequeños cortometrajes. Bertolucci comentaba que fueron una especie de iniciación “era la época en que todavía me expresaba con las palabras que pertenecían a mi padre, y por lo tanto permanecía dentro de esos límites, pacíficamente, sin moverme”.

La teleferica la rodó durante el verano de 1955 en los Bosques de Casarola, en los Apeninos. Se trataba de un cortometraje de diez minutos que tenía a tres niños como protagonistas: su hermano Giuseppe de nueve años y dos primas más pequeñas. Después de almorzar, a la hora de la siesta y mientras los adultos duermen, los tres niños salen a la busca de un teleférico que Giuseppe recordaba haber visto años atrás. "Lo buscan pero no lo encuentran y, a pesar de ser niños, exploran el pasado". Los tres niños buscarán ese objeto elevándolo a la categoría de mito, pero lo buscan hacia arriba, mirando las copas de los castaños, cuando en realidad, de aquel teleférico que sí existió, sólo quedan los cables que se confunden en el suelo con la tierra y la hierba.

Pero dejemos aquí la palabra a Bernardo, de quince años, que concluye su "tema" escrito por él justo antes del rodaje en estos términos: "Finalmente, cansados, piensan en volver a casa por el bosque. Están tristes por el intento fallido y sin darse cuenta cruzan el arroyo y vuelven a subir, a última hora de la tarde, todavía por el bosque. De repente se encuentran en la carretera en construcción. El sol se pone. Los niños ya están en la sombra.

Desde su posición, tienen todo el valle frente a ellos. El objetivo lo encuadra desde el principio, hacia las montañas, luego los pastos, el pueblo entre los castaños, el barranco, el bosque, el teleférico lejano. De repente, G. gira por la carretera. La carretera es larga y blanca, con las montañas al fondo. Más lento, N. da la vuelta en el lado opuesto. El teleférico, el bosque, el Caio, el gran valle hacia la llanura aún iluminada".

A pesar de su juventud, Bertolucci nos muestra una de las inquietudes que estarán presentes en toda su filmografía: la memoria.