A base de archivos secretos y mucha adrenalina, este thriller clásico tiene estímulos en las últimas tecnologías y los cuerpos de élite del gobierno, son los que mantienen el mundo y son los que tienen que mantener una reputación, qué hacer cuándo alguien de dentro olvida la lealtad y se convierte en un experto en traficar con sus dignidades podridas?... pues que la traición debe ser pagada, esperaba un relato de encerrona en el piso franco, pero es un callejeo en Sudáfrica muy bien grabado, sin mayor profundidad que la de las mentiras y con todo el ajetreo de las grandes persecuciones en las que emplean silenciadores...

Una película de espionaje pero conducida sobre lo exagerado, que va haciendo preguntas y se salta el protocolo para no fiarte de nadie, para dudar de todos, para escapar, no hay salida, pues sólo queda hacer las cosas bien y escuchar lecciones de vida, cuesta creer que se lo tome con tanta profesionalidad, pero es su oportunidad y fué hasta el final, luego consigue trasladar algo de miedo el pensar qué es lo que ocurre mientras dormimos.

Un relato evidente, que no profundiza mucho para que resalten los valores de sus personajes, más que nada es la pregunta de quién es Vargas?.. y así todo resulta ya visto, lavados de imagen, inocentes y culpables y algo de intención de que ya nadie se arropa en su bandera, es un "Training day" pero de la CIA, eso sí, llega hasta el final, los remata a todos y lo maneja con tacto, todo por el bien de la seguridad nacional.