Lo que queda del día

La primera hora de la película es fundamental para entender el resto, pero no esperen acelerones ni avances desmesurados. La película es lenta con intención, porque el protagonista es el paso del tiempo y las facturas que el mismo nos hace pasar por no haber tomado las decisiones correctas en su momento.

Me recordó muchísimo a la serie Downton Abbey, y esa atmósfera británica victoriana que se esfumó tras acabar la guerra, donde la modernización vino a la fuerza a esas infinitas casas inglesas. Se ve la diferencia de pareceres entre un americano y un inglés, enquilosado en el pasado.

La frase de la película es de Chirstopher Reeve, en su última película antes del accidente: “Ustedes son aficionados y la política ha de ser para profesionales”. Lo extrapolo a hoy en día.

El reparto es espectacular, sobre todo por Hopkins, un actor sideral, clásico, que en el mismo año hice de C.S. Lewis y de mayordomo inglés, poco después de hacer de asesino en serie y antes que hacer de Nixon. Increíble. Y aún sigue dando guerra.

La vida de un mayordomo británico de la primera mitad del siglo XX era mas que exigente, viviendo con el único objetivo de satisfacer y ser útil a su señor cualquier otra consideración personal quedaba al margen.

Si a esto sumamos la flema británica corregida y aumentada el resultado final era una autentica castración psíquica que le aislaba de la posibilidad de llegar a tener una vida propia.

La dedicación “en cuerpo y alma” bastante similar a la religiosa de la vida monacal esta absolutamente reñida con la salud mental y con el mundo de las sensaciones y de las emociones.

James Ivory nos muestra con detalle desde el otro lado de la cámara la vida real de uno de estos mayordomos magistralmente encarnado por el consumado maestro de la escenificación Anthony Hopkins que ejecuta a la perfección cada gesto, cada rictus de satisfacción o de desesperanza.

Excelente también la dama de la pantalla Emma Thompson, una actriz todo corazón que sabe pintar con destreza el delicado lienzo de las emociones, en fin, una película para disfrutar de un trabajo bien hecho.

¿Cómo se consigue un buen resultado? Desde luego creyendo que es nuestro deber conseguirlo. Y esta película es un buen ejemplo. Está tan mimada como la mesa que prepara Mr. Stevens, como la plata que limpia, como la discreción que guarda. Porque hay desvelo en el guión, en las palabras que contienen los dialogos, y también en los silencios, como cualquier buena partitura; hay rigor en la recreación de tenso momento histórico, con alusión a protagonistas que podemos rastrear en la Wikipedia y de sus posibles motivaciones; hay preciosismo en la ambientación y en vestuario, captado con una cámara que se hace cómplice de la luz y de los sentimientos; hay una banda sonora que contrasta con la sobriedad de lo que vemos y acompaña a las emociones contenidas, que se hace cómplice, con el espectador. Y, por supuesto, hay unos actores que dignifican a sus personajes. Es un honor poder sumergirse en esa mansión durante dos horas y ocho minutos, y abandonarla un poco más íntegra.

No es nada mala película como para empezar el año. Pero no entiendo porque han montado esa historia de amor cuando tampoco es que cuente mucho con la historia en si. Mira, la película la he visto de seguido, pero como la gente en Navidad es tan gilipollas y pega tantos gritos hay partes que me he perdido. De hecho, en la misma crítica de ahora, estoy escuchando a otro subnormal medio bebido dando la tabarra por la calle de esta desolada y apartada población en la que me encuentro en estos días. Volviendo al film, es una buena historia con unas interpretaciones muy buenas (siendo brillante la de Anthony Hopkins), y una estética y ambientación muy buenas. Lo de la historia medio chafona de amor entre la señorita ama de llaves (Emma Thompson), y Hopkins no queda nada bien, y me hace pensar que el director y el guionista no saben tratar estos temas porque de tan soterrada y escasa vida que tiene es una chufa. Al final, le dan más importancia de lo que deberían haberle dado.

Es una historia que queda nublada. Ya he determinado esa parte de la historia que no queda bien y que es una nadería poco trabajada... Emma Thompson es una gran actriz con una dignidad, en cuanto a su presencia se refiere, excelente. No sé... El film era desconocido para mí, y ha resultado muy bueno. El tema amatorio ha quedado mal creado, pero el resto de la historia es buena. Y me dio alegría ver de nuevo a Christopher Reeve en pie y tan sanote cuando apenas le quedaban unos añitos para quedarse como se quedó tras caer de un caballo. Hugh Grant está muy joven aquí, también... Un buena película. Un 7! Recomendable.

La película me ha parecido francamente aburrida, deprimente y triste.
No reconoceré todos los méritos que le achacais: "cuanto amor reprimido", "qué magníficas interpretaciones", "soberbia manera de decir no...", etc; pues ya están todos bien aclarados.
La película es asfixiante y claustrofóbica, sin un ápice de pasión ni prisa por evitar nuestro sopor. ¿Esa es la intención? Bueno...supongo que hay películas para todos los estados de ánimo. (La gente "disfruta" con: Johny cogió su fusil...).
Realmente siempre, o casi, puedes extraer algún regusto final, quizá un resumen en una palabra (por estúpida que sea), en ésta utilizaría: Hastío.