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El borracho

Drama Henry Chinaski es un escritor alcohólico y genial que se pasa la vida en los bares. Su preferido es el "Golden Horn", frecuentado por un variopinto grupo de vagabundos, prostitutas y otros desechos de la sociedad. Henry se lleva muy bien con Jim, el barman de día, pero discute frecuentemente con Eddie, el barman de noche, un hombre iracundo y fanfarrón. Un día Henry conoce a Wanda, una mujer todavía bella y tan alcohólica como él. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
16 de junio de 2006
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barbet Schroeder, a partir de un guión del propio Bukowski consigue a la perfección transmitir al espectador el mundo del inclasificable escritor norteamericano. Un mundo de perdedores y marginados, sucio y violento, y que, sin embarbo, como en sus novelas, consigue seducirnos con sus historias de amor etílicas y su raro sentido del humor.
Destaca la interpretación de Mickey Rourke, que además da la impresión de no necesitar siquiera de caracterización alguna, ya que es quizás tan sucio, borracho, mujeriego y pendenciero como el propio Bukowski.
Sin duda alguna, a los amantes de la literatura de Bukowski esta película les gustará muho más que la estimable, aunque aséptica, (recientemente estrenada en España) Factotum, protagonizada por Matt Dillon.
mik
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11 de abril de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos realistas, la película es mala. Si nos fiamos de su libro, "Hollywood", tuvieron muchos problemas para conseguir productora, y eso que viéndola, el presupuesto debió de ser mínimo. El joven Mickey Rourke se parece al Pato Donald, tanto en sus andares como en la mueca imborrable de su cara, a veces incluso en la manera de hablar. Y a Faye Dunaway no me la acabo de creer en su papel de alcoholizada Daisy Donald. En cambio, me parece interesante, y nos acerca algo al mundo Bukowsky, el ambiente de cutrez, violencia y alcohol que se refleja. En resumen, si has leído a Bukowsky no está de más verla, si no, ni se te ocurra.
Angel
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30 de enero de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cierto que el propio Bukowski colabora profundamente con la cinta, y que incluso hace algún cameo, pero... como sucede actualmente con Frank Miller, el intrusismo laboral no siempre es positivo.
Es obligatorio comparar esta cinta con la casi veinte años posterior "Factotum", y francamente, la visión de Bukowski que da la póstuma es mucho más fiable que ésta.

La diferencia de nivel entre Matt Dillon y Mickey Rourke es abismal, a favor de Dillon. El resto del film no cambia tanto de una adaptación a la otra, pero Dillon hace de borracho insensible pero inteligente, lo que era Bukowski (aunque fuera a su pesar). Rourke, por su parte, hace de capullo cargado de chulería y pasotismo (y esto es lo que quizás quisiera aparentar Bukowski, pero está claro que no es lo que era).
Excesivamente exagerada, perdiendo así su contacto con la realidad (que es lo que hace tan interesantes sus relatos, que pueden pasar; este film no).
Follawski
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15 de febrero de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el ser humano no caminaba erguido y se regía por la Ley del Más Fuerte, nos viene rápidamente en mente la imagen de un hombre de cromañón sucio, peludo, sin ley ni orden que lo amparen o que lo puedan detener. Mickey Rourke (La Ley de la Calle; The Wrestler) se mete en la piel de Henry Chinaski (alter ego del escritor Charles Bukowski que también ejerció de guionista en esta cinta), viva imagen y semejanza de un cavernícola del siglo XX. Deambula de bar en bar, no tiene territorio propio, pelea por negarse a pagar la ronda y se permite el lujo de conocer a mujeres depresivas (Wanda y Tully, interpretadas por Faye Dunaway y Alice Krige respectivamente), aunque el amor le importa un pito. Wanda, alcohólica cómo él, representa el lado pasivo del que Chinaski tanto se enorgullece y Tilly, la ingenua y reprimida editora que vé en el borracho algo más que un genio, refleja justamente lo contrario; la ambición y el éxito, círculos de los que él se resiste a formar parte, en un exceso de lírica del orgullo y anticonformismo unidos. A pesar de todo Henry seguirá apestando a pedo, whisky, vino y humo de cigarrillo tras un rostro masticado por el sudor y la sangre de las decenas de palizas que recibe de Eddie (Frank Stallone, hermano de Sylvester) el antipático barman que no fia a nadie. Pero Henry cuenta con el apoyo incondicional pero pasivo de otro buen tabernero, Eddie (J.C. Quinn) y una comitiva de viejos borrachos como andantes hígados atrofiados y raquíticas fulanas que se ganan la vida haciendo felaciones en putrefactas letrinas de bar antes que pasar sus últimos años en un geriátrico.

Barbet Schroeder (Antes y Después; El Abogado del Terror) dirige éste film producido por Francis Ford Coppola y pagado por los ejecutivos y todoterrenos de entonces, Menahem Golan y Yoram Globus, más habituales en finanzar películas de acción que dramas con carácter autobiográfico. Poco después de finalizar el rodaje, Bukowski tuvo la fuerza de voluntad de escribir su experiencia en el rodaje (de hecho aparece en un fugaz cameo como cliente de bar) en la novela autobiográfica "Hollywood".
Natxo Borràs
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7 de diciembre de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los textos de Charles Bukowski son difícilmente llevables al cine, si no casi imposible. Su vida sórdida, desencantada, su humor negro y sucio, casi no puede traspasar las fronteras de la literatura para convertirse en cine... Con todo este film es un digno intento de conseguirlo.
astrologo
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