Última noche en Milán

*Precariedad y corrupción en el seno de la policía italiana

Como ya adelantamos en nuestra reseña de Última noche en Milán, esta historia original de Andrea Di Stefano se basa en distintos testimonios e historias reales de policías que exponen la precariedad que sufren por sus bajos sueldos en el desempeño de una función tan importante como la protección de la ciudadanía, así como la doble vida laboral de algunos de ellos para conseguir un sobresueldo.

Y en esta situación se enmarca la historia del personaje principal de la película, Franco Amore (Piefrancesco Favino), un policía que hace trabajos particulares para el primo de su mujer, Viviana (Linda Caridi) y que, a pocos días de su jubilación recibe una importante oferta de unos mafiosos chinos que operan en Italia en el mercado de las piedras preciosas.

Última noche en Milán muestra de manera clara la disyuntiva que se produce en Franco, un buen profesional que no quiere meterse en un mundo tan turbio como la mafia, pero que a su vez ve pasar ante sus ojos una oportunidad económica que jamás volverá a recibir. Esta última postura se refleja en personajes como su mujer, Viviana, con claros deseos de encontrarse en una posición económica más alta; o en Dino (del que hablaremos a continuación), que quiere lo mejor para su hijo de 7 años. A lo largo de Última noche en Milán se podrá ver como también otros agentes de la policía están también implicados en tramas de corrupción.

*El guion, luces y sombras

Tal y como se ha comentado en la introducción y en el párrafo anterior, el guion es original del director, que llevó a cabo un arduo trabajo de investigación. Y es que esto conforma la parte más interesante de este guion: su propuesta. Una propuesta sencilla, de denuncia social, realista, que conforma un thriller policiaco al uso.

En la ejecución de esta propuesta es donde podemos encontrar más luces y sombras. Última noche en Milán tiene un comienzo desgarrador, el día que Viviana prepara a Franco una fiesta sorpresa el día antes de su jubilación, recibe una llamada de trabajo y, tras acudir a la escena del crimen, ve como su compañero de trabajo de toda la vida, Dino (Francesco Di Leva), yace en el suelo, muerto, con tres heridas de bala.

El orden temporal de los acontecimientos de Última noche en Milán se estructura a través de un montaje invertido (lo hemos visto otras tantas veces con, por ejemplo, Atrápame si puedes o, más recientemente, Oppenheimer), ya que, tras este inicio, retrocedemos diez días antes de este suceso, donde se nos relatará cómo se ha llegado a esta situación y, después de ello, su desenlace.

Dentro de lo destacable tenemos giros de guion, fotografía sombría, secuencias subjetivas asfixiantes de Franco (muy bien filmado y utilizado este recurso), secuencias con tensión, asesinatos y personajes relacionados con la corrupción y la mafia. Elementos típicos de este tipo de thrillers.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad, Última noche en Milán decae por varias razones. Y todas ellas se podrían englobar en la idea de que la película peca de algunos clichés típicos del cine o las series policíacas americanas más comerciales y con menos contenido.

Esto se traduce en diálogos simples o previsibles, a veces excesivamente hollywoodienses, lo mismo ocurre con ciertas secuencias en las que ocurren situaciones poco creíbles en el contexto en el que se desarrollan (omitimos menciones para evitar spoilers). Además de esto, no se termina de profundizar en los personajes, que no evolucionan prácticamente en toda la película, siendo bastante planos y estereotípicos todos ellos. Especialmente los mafiosos chinos, que son una figura que debería infundir miedo y respeto, no terminan de provocar estos sentimientos en el espectador, llegando incluso a protagonizar algunas situaciones que rozan la parodia.

Todo lo mencionado afecta a la parte crucial de todo thriller, el momento en el que la tensión explota y continúa su desarrollo hasta el desenlace. Esto le resta ritmo, tensión, credibilidad y profundidad a una trama que podría haber llegado más lejos.

*Actuaciones correctas y la banda sonora, lo mejor de la película

Más allá de lo comentado acerca del guion, hay otros aspectos destacables, entre ellos, las actuaciones de los personajes más relevantes (Franco, Viviana, Dino, Cosimo, que es el primo de Viviana e interpretado por Antonio Gerardi), siendo la mejor de ellas la de Piefrancesco Favino.

Lo que más llama la atención, en el plano positivo, es la banda sonora de Santi Pulvirenti, que crea un clima de asfixia y tensión constante con sus temas “Fate Tiptoes to a Party” o su tema principal “Last Night”, el mejor de la cinta, propias de películas de suspense o de terror de los años setenta, ochenta y noventa.

*Conclusión

Última noche en Milán es una película con una buena propuesta y una temática interesante, que cuenta con ciertos claroscuros en su guion que la convierten en una película con un toque demasiado comercial que, sin embargo, podría haber aspirado a algo más grande. Aun con todo es un thriller más que correcto que seguro que alimenta la ambición de un Andrea Di Stefano al que le queda carrera por delante en la dirección.

Escrito por Javier Suárez de la Iglesia

Atención a este thriller policiaco que se ha estrenado en Filmin, sin pasar por las pantallas de cine de nuestro país. Con un nivel de tensión muy conseguido ha sido de las películas más taquilleras en Italia.

Franco Amore está preparando su discurso de jubilación. Esta noche es la última en 35 años de distinguido servicio en la policía. En su larga carrera nunca ha tenido que disparar a nadie y ha hecho todo lo posible por ser honesto. Está casado con Viviana y tiene una hija, le une una larga amistad con su compañero de trabajo Dino, todo se tuerce cuando por medio de un amigo le ofrecen un trabajo aparentemente sencillo de hacer de escolta de una china que trae diamantes.

El actor y director de "The informer" y "Escobar, paraíso perdido" Andrea di Estefano nos ofrece suficientes giros para mantener muy bien el interés, con una filmación efectiva y elegante, ya que todo se desarrolla durante una noche infernal en la ciudad de Milán. Atención a la primera escena aérea sobre la ciudad con los títulos de crédito.

La atmosfera nocturna y una estructura clásica de corrupción policial y mafias, junto a la actuación de Pierfrancesco Favino ( Nostalgia, Suburra, El traidor), un gran actor que está trabajando mucho, incluso en películas americanas que interpreta perfectamente a este buen policía, hacen que el film sobresalga como un estupendo drama policiaco.
Destino Arrakis.com

Thriller sólido, potente, que, si bien no llega a dejarte sin aliento, como parece augurar la banda sonora en los créditos iniciales (impresionantes vistas de un bellísimo Milán nocturno con ecos de Michael Mann y Alfred Hitchcock), logra elevar la tensión hasta hacerla casi insoportable en la escena clave del traslado de diamantes. A partir de ahí uno ya no puede apartar la mirada de esta historia, narrada con una admirable fluidez y sobriedad, y sostenida por una interpretación central de Pierfrancesco Favino absolutamente formidable, que comunica con precisión de orfebre, hasta la última y emocionante escena, toda la humanidad del bueno de Franco Amore, el policía que nunca dispara.

Y un Milán dorado en las deslumbrantes imágenes nocturnas que se muestran en la presentación aérea de la ciudad.
Negro y oro.
Para aterrizar al final en un piso donde se celebra la fiesta de jubilación de un policía, Franco Amore (Favino), de ahí tal vez el título original.
Pero algo más está pasando esa misma noche.
Buen guion, dosificando la intriga pero sin complicarla demasiado. Realización con ritmo y centrada en los personajes. El realismo y las dudas de Franco, "¡Quédate en tu puto siglo!" le dice en un momento dado su jefe; la ambición irreflexiva de Viviana (Caridi), la esposa; la sobriedad y la confianza de Dino (Di Leva), el colega y compañero de fatigas.
Al fondo las mafias chinas, los diamantes y los intermediarios.
Total, que lo que parecía un sencillo trabajo de guardaespaldas se convierte en una matanza.
Y Franco en medio, soberbia interpretación, a un lado y a otro de la ley. Y el espectador se pregunta con desasosiego qué estará pensando en cada momento, qué decisión debe tomar cuando las cosas se complican minuto a minuto, cuál es el camino más correcto, qué haríamos nosotros en su lugar ... Angustioso.
La tensión escala en Milán. Poco a poco, peldaño a peldaño.
Buen policiaco. No se lo pierdan.

Muchas veces nos topamos con policiales que se repiten, que parecieran tener los condimentos típicos del género, pero que por razones de ejecución (quizá se filman en piloto automático, sin tanto esmero) no terminan de convencernos. Este no es el caso de 'L'ultima notte di Amore', un thriller italiano que, si bien recurre a varios clichés, se las ingenia, con elegancia y criterio, para generar tensión de la buena.

Pierfrancesco Favino se luce como un teniente de policía que está por retirarse y que toma un nuevo encargo, en el que las cosas no huelen del todo bien.

Se trata de un ejercicio que también hace uso de la intriga y que juega inteligentemente con los tiempos del relato para elevar esa cuota de misterio en la que uno se impacienta por saber cómo se resolverá el asunto.

El suspenso dice presente en este film poco mencionado que, si bien no innova en el género, da una clara muestra de cómo servirse de elementos conocidos para utilizarlos en pos de una proyección sólida.

7,5 Alancitos Tenientes Italianos a punto de jubilarse sobre 10