La leyenda regresa

El cine ortodoxo queda atrás, lo podemos llamar clásico, poner algunos nombres propios y parcelar los temas de siempre, pero no queda duda que lo que se hace en el siglo actual son homenajes con mejor o peor gusto, más o menos acertados. ¿"Old Henry" está dentro del grupo de producciones que homenajean al pasado?; para mí rotundamente sí, está claro que el cine de antes ya no se hace ahora y que, atención, ante la opción de romper y tomar otro camino o hacer las cosas con respeto a lo queda atrás, "Old Henry" se queda con lo mejor de las dos opciones. Por eso afirmar que es una película mil veces vista es correcto, y decir que funciona, lo cual ya es más personal quizás, pues creo que es también una buena verdad.

Vamos al fango. Porque aquí te ensucias, hay realismo, los personajes son feos, fallan al disparar y cuando hablan dicen más cosas de las que parece. Incluso cuando callan lo dicen todo, y sino que se lo digan a Henry, que lo mismo es piquito de oro como el guardián de los peores secretos. A mí el aspecto o formato televisivo me da igual. Son menos de dos horas de tensión, con información que se va ofreciendo en su justa medida, lo mismo que la violencia, imprescindible en el género. Al que le guste el western, creo yo, le gustará conocer la vida del viejo Henry. Homenaje y salto adelante a la vez.

Estamos en Oklahoma a principios del siglo XX cuando un granjero viudo de nombre Henry, con un hijo, acoge a un hombre con un severo disparo de bala, al lado del cual hay una bolsa con mucho dinero. Cura al herido, esconde la bolsa procura proteger al hijo por lo que venga.

No tardan en llegar a la granja unos pistoleros con estrella de Sheriff, buscando al hombre herido. Pero no son gente de fiar y Henry debe decidir qué hacer.

El director Potsy Ponciroli, con un guion de su propia autoría, acomete una obra de la cual consigue una cinta magnífica, no sólo por el suspense, sino por ser especie de interesante Western crepuscular moderno que a mí me ha recordado a la peli de Eastwood, “Sin perdón”.

Sobresale un reparto de figuras que encajan muy bien con el género, principalmente Tim Blake que hace un papelón como el viudo granjero que con el transcurrir de la cinta se revela otra cosa que no aflora hasta el final, un puntito muy interesante que puede invitar a ver la peli. Acompañan Stephen Dorff, Scott Haze, Gavin Lewis, Trace Adkins o Richerd Speigh Jr., todos más que bien.

Estupenda música de Jordan Lehning y una magnífica-superlativa fotografía John Matysiak que parece pintar los paisajes del oeste americano.

Economía en los diálogos, actuaciones medidas, introversión, cierto misterio, todo lo cual hace atractiva la cinta, para concluir en una terminación inesperada y sorprendente.

Tenso Western crepuscular que apenas olvida ningún resorte del género, construido con enorme seguridad y precisión, tanto que no te despegar de la butaca ni un minuto.

Es difícil encontrar hoy día westerns que merezcan la pena, pero siempre ha sido bastante complicado encontrar westerns que te sorprendan, que guarden alguna sorpresa... Este es de esos (tanto de los que merecen la pena, como de los que sorprenden).
A los que como yo son, desde siempre, amantes del género, les va a encantar. Las actuaciones son bastante buenas y su grandeza deriva de su aparente simplicidad, y ello es así porque se dice mucho con muy pocas palabras, pero es precisamente eso lo que hace que ni sobre ni falte nada.
En definitiva se trata de un (gran) western crepuscular que, dentro de su sencillez, nos muestra tanto el fin de una era, como el fin de uno de los mayores mitos que dio el viejo oeste.
Yo no me la perdería...

Muchos critican la película por no sonar real. A ver, esta basada en una leyenda, como aquella leyenda que decía que Hitler nunca se suicidó y se fue a pasar sus últimos años a Argentina. Si la gente se lo toma como algo real, es culpa suya, ya que la película no te incita a que te la creas.

Lo mejor de la película sin duda es Tim Blake Nelson, un pedazo de actor, aunque él sea muy bajito, que interpreta un personaje que realmente le pega mucho. Otra cosa muy notable de la película es la tensión generada a través de continuos y bien hilados diálogos.

Pero es verdad, como dicen muchas críticas, que una vez empiezan los tiroteos y tal, se vuelve más cliché, más típico cine de asedios en ciertos sitios. Aún así, aunque el reparto sea corto, está lleno de nombres muy reconocidos e infravalorados.

Old Henry es un bello homenaje a los westerns de siempre.
Recrea sus tópicos (padre e hijo que son buenos samaritanos se enfrentan a peligrosa banda armada para defender el honor y su granja) con elegancia, es muy entretenida (con un metraje muy ajustado, además) y se beneficia de unas buenas y entregadas interpretaciones, especialmente de Tim Blake Nelson y el joven Gavin Lewis. Además, estén muy atentos porque hay sorpresa sobre la identidad del protagonista.
Sin embargo, es correcto decir que la película de Potsy Ponciroli, que debuta en el largo con Old Henry, no pasa de ser eso, un entretenimiento correcto, pero en absoluto memorable o excelente. Le falta mucha trascendencia para entrar en los anales del cine Oeste, y precisamente su respeto por la tradición o, dicho de otro modo, su dependencia de los tópicos le impide tener personalidad propia.
Aceptable, sin más.