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Gladiador

Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 386
Críticas ordenadas por utilidad
17 de diciembre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco voy a poder decir o añadir que no se haya dicho ya sobre esta película. A unas soberbias actuaciones se le unen unos diálogos contundentes que recordarás durante años y una banda sonora impactante y profunda para confeccionar una de las más grandes y épicas obras maestras de los últimos años de Hollywood.

Ésta es una película que trasciende. La historia es inmensa, un hombre contra todo un Imperio. Las actuaciones, sobresalientes todas, destacando a Russell Crowe y a Joaquin Phoenix, en papel de héroe y villano respectivamente. La banda sonora, espectacular. Potente y profunda cuando tiene que serlo. Las batallas, impresionantes. Tanto la batalla con los bárbaros en el principio como las luchas de los gladiadores en el Coliseo son muy realistas e impactantes.

Pero lo más formidable de la película son los diálogos (pondré algunos en el spoiler). Nunca había recordado tantos diálogos en una película. Más que diálogos son declaración de intenciones, algunos, y hechos contrastados, los otros. Muy atentos por que en cada conversación puedes perderte un trocito de historia del cine.

En fin, una película imprescindible, y aunque hay algunas cosas que se pueden mejorar (la batalla del principio si fuera por mí duraría 30 minutos más) no puedo bajarla del 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Calgar
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25 de abril de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral obra de Ridley Scott en la que se representan y contraponen de forma brillante los valores por una parte de valentía, humildad, esfuerzo personal y honradez, y cobardía, orgullo, traición y envidia por otra. A ese respecto los personajes se encuentran perfectamente definidos y ponen de manifiesto sus antagónicos valores durante toda la película, dentro de lo que son unas interpretaciones fabulosas. Sin embargo, el punto negativo es que la película se centra demasiado en estos dos personajes, de forma que algunos personajes secundarios no aportan demasiado o al menos no tienen un perfil tan desarrollado.

La narración es ágil, dentro de una estructura de guión bien implementada y son precisas de destacar las escenas de las batallas, en las que se nos muestra la crueldad y peligrosidad de los combates y se juega muy bien con el movimiento (incluyendo el slow motion) y a través de una fotografía de bella factura. Además, asistimos a un drama histórico en toda regla con excelente ambientación de la época romana, con escenarios y vestimentas que nos trasladan varios siglos atrás y una banda sonora que también colabora a acompañar las escenas con necesarios matices musicales.

El film nos deja un final épico y el mejor broche a una emotiva historia que nos demuestra quiénes son los auténticos héroes.
Rawlico
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21 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al iniciar el nuevo milenio, el mítico responsable de “Alien” o la imprescindible “Blade Runner” nos presentaba un film de esos que causaron revuelo y aclamación por parte de la crítica especializada y del público en general. Me refiero a esta indispensable obra llamada “Gladiator”. El veterano director inglés le imprimió la fuerza necesaria apoyándose en una puesta en escena grandilocuente y gracias al verosímil guión escrito en base a la idea de David Franzoni.

Recordar los tiempos de la Roma Antigua y muy específicamente de aquella época en que se enfrentaban a muerte los gladiadores dentro del famoso y legendario Coliseo Romano, fue un acierto de los productores ya que el estilo épico en las películas era algo que hacía algunos años se había olvidado en Hollywood. Después se vendrían otras películas de gran factura, pero fue ésta la que hizo que una gran parte de los mismos volvieran la vista hacia este rentable género para iniciar el año 2000.

A eso se le suma las actuaciones memorables de los dos protagonistas, Russell Crowe y Joaquin Phoenix, tanto así que estuvieron nominados al Oscar cada uno: para mejor actor el primero (ganó dicho premio) y de reparto el segundo.

De apoyo se lucen Connie Nielsen Derek Jacobi y especialmente Djimon Hounsou.

Otro elemento sin tacha alguna la sobria banda sonora compuesta por el experimentado Hans Zimmer, del cual hay que destacar la canción con la que termina el film.

Una propuesta interesante a la hora de ver filmes de talla épica y muy buenos en todo sentido.
darkman
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16 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta obra magistral ambientada en la antigua Roma, Ridley Scott pretende representar cinematográficamente la encrucicada en la cual se encuentra el mundo en nuestros días. Al igual que el periodo final del reinado del emperador Marco Aurelio, aciago en la historia de Roma, cuyo imperio, víctima de constantes años de mal gobierno se tambalea y cuyas fronteras, debilmente ya protegidas, se ven asediadas por constantes ordas bárbaras, Scott pretende hacernos ver las evidentes similitudes históricas estrapoladas a nuestro tiempo, desde una óptica occidental y claramente americana. De esta forma, el director nos muestra un mundo violento, donde el imperio agonizante, se ve embuelto en constantes guerras, tanto externas como internas, que lo desgarrarán hasta un punto anteriormente insospechado, llevándolo a luchar en varios frentes por su propia supervivencia.
Por otra parte, no debemos dejar de advertir algunos guiños del director evocando escenas clásicas del cine de mediados del siglo pasado. Un ejemplo de esto es la escena aérea de la ciudad de Roma, en tonos grises y en un descenso de cámara desde las nubes, clara referencia a la majistral "Triunfo de la voluntad" de Riefenstahl, en la cual se representaba una toma aérea de Núremberg, en la que se mostraba la aproximación a la ciudad de la avioneta donde Hitler viajaba, una clara analogía con Jesucristo, el enviado del Dios, el cual desciende del cielo para salvar, en este caso, al pueblo alemán del cruel destino al que les habían empujado las vencedoras potencias europeas.
Por lo demás, decir que, a aquellos que piensen que la película es un film vacío y carente de sentido, entregándose a la violencia con un claro propósito comercial, deciros que si os quedais en el exterior es vuestro problema, ya que desde esa óptica nunca comprendereis el significado ni el objetivo del buen cine.
fernan
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26 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disfrazada de "película de romanos", Ridley Scott nos ofrece una magnífica producción bajo la forma de un grandioso espectáculo, que incluye muchos géneros, dentro del género, mostrados mediante escenas de batalla, intriga, suspense, y un interesante ejercicio de reflexión sobre el poder. El guión nos conducirá, además, a terrenos que trascienden más allá de la vida humana.
Se trata, en su conjunto, de un espléndido drama romántico, arropado continuamente por una cámara dinámica, una fotografía soberbia, escenas de acción bien ensambladas y unos efectos especiales, en consonancia con las impactantes escenas.
Los actores están a la altura del proyecto y, para los espectadores de más edad, es un lujo presenciar el buen trabajo de unos secundarios tan formidables como Richard Harris, Derek Jacobi u Oliver Reed.
Respecto de éste, cabe señalar que la película sería su último trabajo, ya que falleció durante el rodaje.
Una encantadora Connie Nielsen completa el triángulo protagonista, cuyos otros dos vértices son Joaquín Phoenix (inquietante encarnando al emperador Cómodo) y un (por entonces) no demasiado conocido Russell Crowe, en su papel de Máximo, general de las legiones de Germania.
Carnforth Greville
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