Abuelo made in Spain

El cine de Paco Martínez Soria es un tipo de cine que tiene ganada a una generación entera. Es un cine que aunque resulte un poco anticuado en algunos aspectos; yo debo reconocer que me divierte y me entretiene muchísimo; además de traerme muchos recuerdos.
No obstante debo reconocer que su temática aunque cuente con puntos que están un poco desfasados, en general sigue siendo bastante actual debido a los temas que trata.
En esta ocasión nos encontramos ante un hombre de pueblo que vive feliz en su casa y con sus ovejas. Un hombre que se ha quedado solo porque sus tres hijas se han ido a la gran ciudad para encontrar un futuro mucho mejor que lo que ofrece el pueblo. El tiempo pasa y van teniendo hijos, y ninguna es capaz de decirle al padre que vaya a hacerles una visita; hasta que una de ellas necesita su ayuda. Es en ese momento cuando el hombre viaja a Madrid y descubre que sus hijas no se llevan bien entre ellas, y que además, tienen ciertos problemas familiares que no pueden solucionar.
La historia retrata en formato de comedia como se aprovechan los hijos de los padres para poder solucionarles sus problemas. El rol que toman los abuelos que son capaces de hacer cualquier cosa por los nietos, mientras los padres se escudan en otros problemas para justificar que no pueden con ellos.
Como se puede ver, este problema sigue existiendo hoy en día y es una cosa que ocurre generación tras generación. Los abuelos siempre son cruciales para todas las familias, y aunque uno piense que al ser mayores no se enteran de nada; la verdad es que ellos saben muy bien como se aprovechan los hijos de tenerlos para que les puedan sacar la situación adelante.
Nuevamente la película sigue siendo divertida como todas las que protagoniza este actor. Y es que el éxito de estas comedias radica casi principalmente en el talento de Paco Martínez Soria. Su capacidad de conectar con el público y crear esos personajes tan entrañables es magistral. Aquí su rol de abuelo pueblerino pero más listo que los ratones coloraos está muy logrado.
En fin, "Abuelo made in Spain" es un clásico del cine español que alguna vez se ha visto; y quien no lo haya hecho no se imagina la comedia que se pierde. Un film divertido y entrañable que aunque cuente con ciertos puntos un poco anticuados; en general sigue funcionando bien y entreteniendo de principio a fin.

Todas las virtudes de la película de "La ciudad no es para mí" intentan ser copiadas bajo la apariencia de una serie de moralejas nuevas en "Abuelo made in Spain", pero la verdad es que el intento no llega a ser un pálido reflejo de la anterior y adolece de muchas virtudes de otros filmes del gran Paco Martínez Soria y sirve sólo, a mi entender, como trampolín descarado a la promoción de algunas jamonas de la época y al grupo de pop-rock liderado por Manolo Galván, "Los Gritos", que curiosamente despegaron el año anterior en el Festival de Benidorm con la canción de Julio Iglesias "La vida sigue igual". En la película interpretan la curiosa "Veo visiones" y la peladilla pop "Reiremos, soñaremos", dos de los momentos más entrañables y con eso queda dicho todo. Si queréis saber más sobre "Los Gritos", recurrid a la entrega de Rama Lama en CD y aprovecho para recomendar todas las reediciones de Rama Lama Music, una mastodóntica recuperación de toda la música popular española en clave de pop o rock desde los 50 hasta los 80.

No funcionan los actores infantiles (es de especial cachondeo la actuación del niño mimado de la jamona rica con chaletito de dos pisos), tampoco los secundarios dan la talla (salvo tal vez Rafaela Aparicio y Florinda Chico) y la inspiración es tan ausente como para que algunas escenas sean un déjà vu constante, en especial alguna de una oveja por una avenida de Madrid llena de tráfico. Vamos, que esa vez se les fue la mano con el autoplagio.

A decir verdad, película más bienintencionada que buena. "Abuelo made in Spain" es un comedia típica española aunque entremedias haya algún conflicto familiar y unas tramas un tanto fuertes, sobre todo con un adulterio femenino que cuesta ver hasta hoy día. La gracia está precisamente en el contraste entre el hombre sencillo, criado en el pueblo, de buen corazón y de moral tan recia como retrógrada, Marcelino (Paco Martínez Soria), y el resto de su familia, principalmente sus tres hijas, dadas a la vida moderna, con sus atracciones pero también con sus riesgos. Lástima que las historias quedan un poco desdibujadas por la cantidad de personajes y la rapidez con las que se pasa de una a otra.

Así mientras se dibuja la tensión entre los valores socio-morales conservadores y nuevos, aparece algún que otro mandoble que ponen las cosas en su sitio respecto a la educación de los hijos, la familia o la filosofía vital en general, mediante una inyección de principios conservadores que si valían para 1969 más sirven ahora. Lo que es curioso es que actitudes que hoy día creemos anticuadas a finales de los 60 eran las avanzadas. Por ejemplo, eso de casarse por interés y no por amor, cuando se le insinúa a Marcelino, se escandaliza. Por otro lado, la parte de humor despega un poco tarde pero con fuerza en el viaje a Portugal, que es un homenaje bien merecido al Estado Novo de Salazar.

El argumento es similar a " La ciudad no es para mí ",y como aquí el abuelo tiene tres hijas, triplicamos las oportunidades para lucirse " desfaciendo " entuertos.
Juega con la " nobleza " del pueblerino contra el libertinaje de la vida moderna, el clasismo y el olvido de las raíces.Lo hace con la gracia de Paco Mtnez Soria que aquí le tira los trastos a la gran Florinda Chico.

Cargada de moralina, ABUELO MADE IN SPAIN cuenta la historia de don Marcelino, que deja un pueblo de la hoy España vaciada tras recibir la llamada de socorro de una de sus hijas, emigrada a la gran ciudad unos años atrás para labrarse un porvenir de los brillantes.
Igual que el resto de las películas de don Paco Martínez Soria, ABUELO MADE IN SPAIN debería proyectarse en los colegios como exponente de un mundo que, lamentablemente, y como antes lo hicieron Valeriano Andrés, Rafaela Aparicio o Florinda Chico, está desapareciendo. O como desapareció el mismo don Paco, figura por excelencia de esa pequeña piel de toro tan entrañable y bonita en la que se ayudaba a prójimos y prójimas y hasta Los Gritos eran pura música.