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Abuelo made in Spain

Comedia Cierto día, Cándida, Visi y Nieves, las tres hijas de Marcelino, un pastor sabio y afable de un pueblecito del Pirineo Aragonés, viajan a Madrid a probar fortuna. En la capital las tres mozas se casan, tienen hijos y se van olvidando de Marcelino. Inesperadamente, el buen hombre recibe una carta de Cándida en la que le invita a pasar una temporada en Madrid para que conozca a sus nietos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
6 de octubre de 2008
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tercera de las ocho colaboraciones que tuvo el genio de Tarazona con Pedro Lazaga es una muestra más del dominio que tenía Paco Martínez Soria del rol que ya explorara con éxito en La ciudad no es para mí, el vejete venido del pueblo a la gran ciudad. En esta ocasión, con guión de los habituales Vicente Coello y Pedro Masó, el cómico maño se aparta un poco de la tónica habitual en las producciones que protagonizaba: de la comedia blanca blanquísima aquí da un peligroso giro a una apología de los valores tradicionales de la sociedad tardofranquista, ejemplificados en la familia: Marcelino, pastor en las montañas aragonesas, tiene que acudir a la ciudad a intentar encarrilar la vida de sus tres hijas, que estaban un poco "descarriadas", frente a los peligros que venían del exterior (la música pop, el capitalismo, la descomposición de la familia, etc).
Aunque no sea gran cosa, la peli sirve también otra posibilidad de ver a otros grandes de la escena nacional, como Florinda Chico, Mónica Randall o Rafaela Aparicio, y alguna que otra curiosidad, como la banda sonora de Antón García Abril, habitual en el cine español de los sesenta, y un grandísimo compositor de sintonías, como la inolvidable partitura que creó para El Hombre y la Tierra.
En definitiva, una obra "menor" dentro del habitual cine amable del actor aragonés.
babayu
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11 de agosto de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película en si es divertida, con buenas intenciones, el perfecto abuelo que quiere que todo el mundo esté contento, entrañable, que ayuda a todo el mundo... Vamos, parecería que estoy comentando Gandhi, pero no, es Paco Martinez Soria.
Hay censura porque no se ve carne, ni siquiera vestidos cortos, no hay palabras malsonantes, no hay ni una sóla crítica a España o el modo de vivir de sus hijos, ni a la dictadura por supuesto ... Todo es Disney, todo Bambi... pero más light aún, ni siquiera muere la madre.. Aquí no muere nadie.. .Como máximo un resfriado y suavecito eh!!!!
Una película concebida para tragar con el duro día a día de la gente aparentando normalidad, y que en el mundo hay gente maravillosa y buena, como Paco Martinez Soria, Rafaela Aparicio, etc.... y que buenos somos los españoles! Aun así me gusta mucho esta película, y me divierte que es de lo que se trata. De las españolas de antes, de las mejores.
simpatic
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19 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entrañable, aunque muy trasnochada comedia de Paco Martínez Soria, en la que un pastor viaja a Madrid para cuidar de sus numerosos nietos ante la llamada de una de sus hijas, que está desesperada. Allí descubrirá que las ovejas se le han descarriado en su propia familia.
Lo más gracioso es ver a Don Paco descubriendo la modernidad y otra ciudad que no es para él y cómo va intentando arreglar el desaguisado, aunque no es una película convincente por varios aspectos (ver spoiler). Tampoco el personaje de Florinda Chico me aporta nada al argumento, a diferencia de en otros títulos. Sólo parece cumplir la función del sketch de ligoteo típico del humorista aragonés.
Mi nota: 6,2
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luis Miguel
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29 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un núcleo familiar se derrumba, un hogar se pudre en el odio y la envidia, unos hijos pierden la cabeza en ambientes degradantes y todos se mienten y aparentan por el maldito interés, sólo un remedio es efectivo: el correazo en la mesa del abuelo de toda la vida...eso sí, dado con mucho afecto, la mayor cualidad de esta raza única.

Y es que absolutamente nadie lo ejemplificó mejor en nuestro cine patrio que Paco Martínez Soria, encarnando tanto lo más lúcido como lo más rancio del valor de la costumbre y la tradición, y por medio de una gracia, una simpatía, que ningún (y recalco, ningún) actor español actual posee (quien quiera que busque y se mienta, que no lo va a encontrar de todas formas...). Se podría hablar de lo mismo en cada obra en la que apareció desde la triunfal "La Ciudad no es para Mí"; Pedro Masó comprendió el filón que poseía tras ver los grandes resultados en taquilla (antes no), y así se fraguó ese pequeño grupo constituido por el actor, el director Pedro Lazaga, el guionista Vicente Coello y él mismo, un grupo de éxito.
Sin contar "El Turismo es un gran Invento" ya que el enfoque es diferente, y basada en un guión original de Masó y Coello, "Abuelo "made in Spain" " es el tercer título donde Agustín Valverde vuelve a doblarse en otra versión de ese bruto pero adorable anciano que por un accidente debe mediar en el seno de una familia al borde de la quiebra. El previo taxista Antonio de "¿Qué hacemos con los Hijos?" ya está en la ciudad. Marcelino es otro pueblerino, tranquilo en su mundo rural de cabras y bosques que responde a la llamada de una de sus hijas, desde hace años en Madrid.

A su llegada estamos volviendo a la obra de 1.966, pero la situación parece más cruda ya que el guión le da otras dos hijas de propina al protagonista; Coello y Masó conocen la fórmula de este género familiar y los ideales que debe reflejar Soria, y él también, y se explotan en el mismo contexto. A una familia antes unida la separan ahora kilómetros de distancia física y emocional; en la crítica al acelerado progresismo, el padre/abuelo comprueba cómo el ambiente degenerado de la capital ha corrompido la ética de sus hijas y, por extensión, la de sus nietos. Época de modas raras, drogas, "hippiesmo", frivolidad, occidentalización y conductas inmorales dentro de casa, aunque fuera se intenten preservar las apariencias.
Y aún era la España del Generalísimo, no crean. Pareciera que este Marcelino desea impartir una dictadura dentro de su aburguesada y rota familia, pero lo único que desea es una unidad basada en el respeto y el cariño mutuo; eso sí, la corrupción de la ciudad es tan grande que han de aplicarse algunos métodos desfasados. Pero cuando un nieto (Antonio) fuma droga y otro (Pinocho, un niño) no quiere ir a clase y pega a su madre, mientras ésta se ha convertido en una zorra acomodada y la madre del primero acepta a ojos cerrados los excesos a los que sus hijos se lanzan, ¿no es acaso momento de quitarse la boina y alzar el garrote?

Y más cuando la tercera hermana (Cándida) es una desgraciada con más hijos que dinero para poder pagar el piso. La historia se nutre del humor ligero, pero podría ser un horroroso melodrama, ya que es la tragedia de un hombre que empleó mucho tiempo, esfuerzo y paciencia construyendo un núcleo familiar sólido y del que ahora sólo quedan las cenizas. Es indignante ver germinar la infidelidad, la pobreza y el desinterés de esta manera, y uno de los errores del guión es que necesita más tiempo para desarrollar a los personajes, pues hay muchos, y un ritmo más pausado, con menos elipsis y saltos arbitrarios en la trama.
Para eso, pese a los asuntos trascendentes que toca, se precisa un metraje extendido, algo contraproducente en la comedia de la época, cuyas ráfagas estropean el conjunto: ver a Soria intimando con el personaje plano de Florinda Chico aporta tan poco como esas patéticas escenas suyas en el hotel flirteando con jóvenes extranjeras, lo peor del trasnochado estilo "landista". Maniobra típica de estas películas para explotar el arte de Soria en el diálogo absurdo y el humor físico, lo que daña la coherencia y la estructura narrativa; en lugar de ese estúpido viaje a Portugal acompañando a Nieves, Visi debería haber ocupado mayor protagonismo, y los otros nietos también...que hay una docena y Marcelino sólo le presta atención a dos.

Lo peor de los instantes de picaresca con el género femenino es que ponen en entredicho la decencia del personaje, lo cual predica como si él la hubiese inventado (al menos es honesto: "¡De santo no tengo nada!", burla con la viuda de enfrente). El corto metraje también provoca el fallo de hacer que las cosas vuelvan muy rápido a su debido cauce, rematando la función con esos colofones tan ñoños para alegrar al público poco exigente; un resquicio de fatalidad al final de la historia es algo impensable y todos quedan bajo la sabiduría, la figura protectora, cálida y recta del padre/abuelo, que ya puede descansar en paz sabiendo que su misión de unión ha sido cumplida.
¿Qué es lo que probablemente suceda en cuanto ponga los pies fuera de Madrid? Pues que todo vuelva a estar como antes. Pero Lazaga no filma eso. Lo más interesante de esta y otras obras similares del actor es, pese a la época y su contexto, algo imprescindible para entenderla: lo rabiosamente actual de su tema. De ambientarse en nuestra época el protagonista se daría por vencido a los pocos días de llegar; sólo con enseñar la correa sería grabado con el IPhone de la nieta de turno, tildado de maltratador y fascista y denunciado.

La frase de Visi resume una realidad escalofriante: "Hay que ir con los tiempos, y si el tiempo de mis hijos es éste tengo que ir con ellos". Todo empleado como repugnante fachada de un desinterés y comodidad demenciales.
Pero Marcelino sabe que una cosa es libertad y otra libertinaje, y por eso puede sacar la correa y usarla como crea necesario. Y yo le aplaudo, maldita sea.
Chris Jiménez
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23 de enero de 2014
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de “La ciudad no es para mí” se presenta el siguiente título, “Abuela made in Spain”…y aunque no es una segunda parte, se cuecen las mismas patatas…

Nunca las segundas partes fueros buenas y peor si se plagian historias aunque estén dirigidas por el mismo director.

Toda la película es una copia, aunque sean familias numerosas, y eso quizás sea lo peor.

En mi opinión la película tiene muchos ingredientes…y lo peor de todo es la promoción de Los Gritos, es demasiado evidente y pone a un nivel muy bajo a la película pues ya no se ve una crítica social, sino una película más de propaganda.

Una película que critica la ciudad, las drogas, la loca juventud, habla sobre los pobres, los ricos, la pérdida de valores, se promocionan a grupos musicales, hoteles en Portugal…es decir…hay demasiadas cosas y escenas muy mal dirigidas y actuadas…Lazaga pensaba en otras cosas mientras que dirigía a Paco, un Paco como siempre formidable, siendo el único que salva la película porque el resto…deja bastante que desear.

De las peores películas de Lazaga y por desgracia, también de Paco.
manuel
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