Juego de patriotas

La organización terrorista "independiente" es absurda. Parecen tener más presupuesto que el ejército español entero: gafas de visión nocturna, lanchas rápidas de diseño, campamentos en el desierto, espías en las altas esferas (¿cómo, si no, iban a saber los horarios de los satélites?)... Pero, claro, si lo que los americanos productores querían era espectacularidad en la parte final, tenían (?) que permitirse esas licencias.
Menos mal que ahí estaba el director para ofrecernos, con la ayuda de un magnífico montaje por parte de William Hoy y Neil Travis (quienes ya coincidieron en "Bailando con lobos"), escenas trepidantes con la impronta de su sello personal: la persecución por la autopista, la redada en el desierto vista desde el satélite, las tensas discusiones entre Ford y alguno de sus superiores... y así un largo etcétera que conforma la mayor parte del metraje.

Horner vuelve a copiarse a sí mismo. Uno de los temas del principio es un "extracto" de otro de la banda sonora que compuso para Aliens. Sin embargo, hay que ser justos y reconocer que la música es adecuada, aunque no lo suficiente como para destacarla.

La verdad es que no sé lo que se pensarían los espectadores cuando estrenaron "Juego de Patriotas", pero desde entonces hemos visto a Harrison Ford hacer más de un papel parecido a este, y sinceramente creo que no le pegan nada.

Para empezar, su familia es de 10 (no, mejor de 12). Todo perfecto. Una mujer que lo quiere y que no le da el más mínimo quebradero de cabeza, él a ella tampoco, una hija adorable que se porta mejor que un santo, una pedazo de casa (qué casa, una mansión), un buen sueldo... Vamos, que viven en el país de las maravillas. Esto ya es poco creíble en un thriller. En una comedia todavía vale, pero no es el caso.

Luego viene la parte de que Harrison Ford es una especie de MacGyver mental. En momentos muy tensos en los que incluso su vida corre peligro es capaz de percatarse de detalles que sólo él puede hacer y luego relacionarlos de una manera súper rebuscada para resolver todos los problemas. Y el resto del servicio secreto de los Estados Unidos son un atajo de incompetentes.

Y no olvidemos la pelea final con el terrorista del IRA. Este hombre es la leche, aunque no llega a cargarse a una docena de terroristas soviéticos él solo como en "Air Force One".

Creo que el tema y el reparto podrían haber dado para una película mejor, pero cae en la autocomplacencia del protagonista y en muchísimos tópicos que la convierten en material mediocre que puede servir para distraerse un poquillo sin necesidad de calentarse la cabeza y para ver a un par de chicas guapas, pero ya está.

Realmente me fastidian mucho películas como ésta que más allá de su carácter de simple entretenimiento esconden más allá su mensaje de patriotismo yankee y no hacen más que ensalzar las virtudes y esconder los defectos de la patria americana. Jack Ryan no es más que el típico agente de la CIA que lo mismo vale como para cazar terroristas desde su despacho que para salvar a cualquier ministro o presidente desde cualquier punto o lugar del mundo. Queda demostrado que la verosimilitud no es exactamente el punto fuerte de la cinta, tampoco la credibilidad ni el extraño interés que parecen seguir teniendo los productores en prolongar las películas de esta saga, que a mí personalmente me aburre como ninguna otra hasta resultarme repetitiva y mil veces vista, con thrillers políticos que poco o nada interesan al espectador y con un público que únicamente disfrutará si es partidario del entretenimiento fácil o la política yankee más enrevesada y absurda que se pueda dar. No soy un seguidor de la saga y dudo que me convierta algún día, vista ya la nota que le he otorgado a 'Pánico nuclear' y al escaso interés que siento por las otras entregas.

En lo referente a las interpretaciones, Harrison Ford resulta correcto y con su habitual y enorme despliegue de carisma. Anne Archer se convierte en la mejor miembro del reparto con su sólida interpretación y un buen Sean Bean destaca como buen villano de turno.

En resumen, un mal thriller de acción político, aburrido y carente de interés y enganche por parte del espectador y con un mensaje conservador y derechista directo para la mente más ''políticamente americana'' y que como película, solo la salvan un par de escenas de acción bastante bien rodadas.

·LO MEJOR: la escena de acción final en la casa de Ryan.

·LO PEOR: aburre y no mantiene el interés ni el enganche en ningún momento. Su mensaje político.

No estoy de acuerdo con el puntaje bajo que se le dá en Filmaffinity, ni con muchas de las críticas.

Creo que quienes critican lo poco creíble de algunas escenas no se han detenido a ver cómo están resueltas. Tampoco se han detenido en las actuaciones, no sólo la de los protagonistas, ni en la relación de Ford con su pareja, ni en montón de detalles de realización, por ejemplo la maestría en cómo se han ido enganchando una tras otra las escenas llevándonos casi de las narices.

Suelo ser bastante crítico con el cine americano, pero aquí está Harrison Ford señores, está Anne Archer, y no continúo con el resto, pero los papeles están bordados.

Golpes bajos?, claro que los hay pero no ensombrecen el resultado final. La cuestión aquí no es si crees o no que un terrorista pueda tener armas sofisticadas, o si la familia es demasiado buena para ser real. El tema es dejarte llevar por el carácter que imprime cada papel y por como ha sido contada visualmente la historia. Les diría finalmente que relaciono esta película con la palabra "entretenimiento", pero con letras mayúsculas.

Entender esta película no es sencillo. Uno se pregunta qué diablos hace Harrison Ford cuando se lanza contra los terroristas en medio de un atentado y se pone a hacer cosas que debería dejar para profesionales como Jason Statham o Steven Seagal. En vez de ponerse a vender frigoríficos Fagor, que es lo que le pegaba a esas alturas de su carrera, se lía a guantazos con unos irlandeses cual Capitán América. Una vez entendida o pasada por alto esta barrera, el resto de la película es más tonta y previsible que Los Hombres de Paco. Va Sean Bean, que parece caracterizado en Bono de U2, y se dedica a perseguir por el mundo al tipo que ha matado al bonachón de su hermano terrorista-en-masa. Para ser terrorista y haber montado un atentado tan bien, al tío se le ha debido aflojar una arandela cuando Harrison Ford lo esturrea contra el suelo. Estados Unidos contra el Ira y el Sinn Fein: peliculón. El problema es que lo que sabe Phillip Noyce de Irlanda, del IRA y del terrorismo es incluso menos de lo que yo sé, y lo que hace es convertir a Sean Bean y sus colegas en una especie de cuatreros vengativos trotamundos que arman un follonaco de dimensiones respetables en pleno Estados Unidos. Ahora están en un lado y luego en el Norte de África entrenándose con los maléficos morillos, el verdadero eje del mal y con los que tienen raíces los irlandeses, se sabe.

Y mientras, Harrison Ford, que es listo, guapo y fuerte, se dedica a proteger a su familia apretando los dientes y dejando un reguero de cadáveres pelirrojos. Ah, Samuel L. Jackson aparece como el que estaba el día del rodaje casualmente en el plató porque no encontraba una letrina cerca, ni hace ni deshace ni pinta absolutamente nada, es como un saco muerto.

Me pregunto por qué el IRA. Hubiese molado más que los que atentan contra la corona fuesen unos perceberos furtivos de Brighton hasta las huevas de que el cocinero real no les pague los pedidos. Me tendría más chicha y lograría creérmelo mejor porque de todos es sabido que Harrison Ford es un activista en pro de los derechos del marisco. No hace mucho se le vió en la localidad coruñesa de Corme pancarta en mano que ponía "Toros=percebes. Feijóo dimisión". Hay quien sugiere que está la CIA detrás de todo esto, pero yo creo que lo que le pasa a Harrison es que lleva demasiado tiempo tomándose Litio y ya no le funciona. Al menos Sean Bean no se muere. ¿Eh?