Entender esta película no es sencillo. Uno se pregunta qué diablos hace Harrison Ford cuando se lanza contra los terroristas en medio de un atentado y se pone a hacer cosas que debería dejar para profesionales como Jason Statham o Steven Seagal. En vez de ponerse a vender frigoríficos Fagor, que es lo que le pegaba a esas alturas de su carrera, se lía a guantazos con unos irlandeses cual Capitán América. Una vez entendida o pasada por alto esta barrera, el resto de la película es más tonta y previsible que Los Hombres de Paco. Va Sean Bean, que parece caracterizado en Bono de U2, y se dedica a perseguir por el mundo al tipo que ha matado al bonachón de su hermano terrorista-en-masa. Para ser terrorista y haber montado un atentado tan bien, al tío se le ha debido aflojar una arandela cuando Harrison Ford lo esturrea contra el suelo. Estados Unidos contra el Ira y el Sinn Fein: peliculón. El problema es que lo que sabe Phillip Noyce de Irlanda, del IRA y del terrorismo es incluso menos de lo que yo sé, y lo que hace es convertir a Sean Bean y sus colegas en una especie de cuatreros vengativos trotamundos que arman un follonaco de dimensiones respetables en pleno Estados Unidos. Ahora están en un lado y luego en el Norte de África entrenándose con los maléficos morillos, el verdadero eje del mal y con los que tienen raíces los irlandeses, se sabe.

Y mientras, Harrison Ford, que es listo, guapo y fuerte, se dedica a proteger a su familia apretando los dientes y dejando un reguero de cadáveres pelirrojos. Ah, Samuel L. Jackson aparece como el que estaba el día del rodaje casualmente en el plató porque no encontraba una letrina cerca, ni hace ni deshace ni pinta absolutamente nada, es como un saco muerto.

Me pregunto por qué el IRA. Hubiese molado más que los que atentan contra la corona fuesen unos perceberos furtivos de Brighton hasta las huevas de que el cocinero real no les pague los pedidos. Me tendría más chicha y lograría creérmelo mejor porque de todos es sabido que Harrison Ford es un activista en pro de los derechos del marisco. No hace mucho se le vió en la localidad coruñesa de Corme pancarta en mano que ponía "Toros=percebes. Feijóo dimisión". Hay quien sugiere que está la CIA detrás de todo esto, pero yo creo que lo que le pasa a Harrison es que lleva demasiado tiempo tomándose Litio y ya no le funciona. Al menos Sean Bean no se muere. ¿Eh?