Un debate brillante

Remake alemán de la película francesa de 2017 "Le brio" (Una razón brillante) con Daniel Auteuil y Camélia Jordana, dos películas que no dejan de ser unas variaciones de Pygmalion o My fair Lady, más o menos la historia se asemeja bastante. 

Un profesor de derecho estricto y arrogante increpa de manera humillante por llegar tarde a una nueva estudiante de origen magrebí llamada Naima, tras publicarse en las redes sociales sus comentarios racistas va a ser expedientado por el rectorado. Para paliar la situación se ofrece a enseñar a Naima como ganar en debates argumentando mejor que tu oponente. Para ello quiere llevarla a un concurso nacional de debates organizado por diferentes universidades.

El director Sönke Wortmann dirige con bastante soltura a los dos protagonistas principales que son los que llevan totalmente la historia, Christoph Maria Herbst es el profesor de derecho Pohl, un hombre solitario que dejo la abogacía por problemas personales y que ahora ejerce la docencia y que con su carácter impresentable choca con la joven Naima interpretada por Nilam Farooq. La cual intenta salir adelante ante los obstáculos que le provocan sus orígenes.

Tras un parón de más de un año por culpa de la pandemia se estrenó en Alemania este film con un rotundo éxito, ahora podemos verlo en Movistar. Una película sencilla de las que te hacen sentir bien después de terminar de verla.
Destino Arrakis.com

Una vez más, mi tío me lleva a ver una película que mi tío me fuerza a ver, y si bien es cierto que la tomé con la alegría y esperanza que me caracteriza y bueno, ya pueden ver la nota…
Seré breve, porque aquí casi todo es un decorado, una excusa para contar un camino empedrado sobre la mediocridad y darle un toque efectista.

Como fondo, tenemos una Alemania narrada desde el extra radio y desde su mismo núcleo, como dinámica, la contraposición de la virtud contra la arrogancia, de la preconcepción contra la empírica. Simple en su tesis, resultona en la estética, diálogos forzados y en la mayor parte de ellos extremadamente melodramáticos.

Las clases de oratoria son un lujo, y los debates están bien planteados, pero poco a poco todo se envuelve de esa musiquita insoportable, ese semáforo de la efectividad que solo funciona en la ficción.

No tengo si quiere claro lo que la película intenta narrar, me pierdo entre subtramas inconclusas y que saturan de acción el hilo principal de la acción. El hermano criminal, el novio simp, contexto cultural y racial, la competición, la relación, el profesor, la vida del profesor, el despido del profesor, la madre, dando por culo…

Para mí el “tribunal” al que se somete el maestro es una versión agregada de lo que intenta ser esta película, pero no puede. Frases imponentes cuando se enuncian por separado, pero que en contexto pierden la coherencia, la efectividad y el empaque afectivo y solemne que se pretende dar a una obra que nos es nada más que un ejercicio amateur con toques dramáticos.

Desperado.
Viva la Unión Europea, el fondo maratoniano económico, el euro, la Merkel y el Islam, y que viva la Pepa también.
Mirada más burda y torpe si cabe que la francesa, hasta límites insospechados*.
Ella es Marion Cotillard, por ahí no hay pega, lo cual está bien, él es el punto final, de la i, fino filipino, un junco, un guiso, un payaso.
Los malos son buenos y los buenos son buenos. Las apariencias engañan. El hábito hace al monje, cásate, es malo comer carne es malo, los musulmanes son la leche, los nazis horrorosos y los abogados... **
El modo en cómo se dirige la trama para llegar a buen puerto a donde interesa es tan poco sutil como una excavadora a las siete de la mañana al lado de tu casa justo el día en el que te acostaste a las seis tras una noche agónica agonística orgiástica de santa borrachera me cago en sus barbas y en sus muertos, en los operarios del ayuntamiento, en toda la nación (y española, por supuesto, siempre, que no falte o quede) alemana.
Demóstenes o de cómo aprender a debatir ayer mejor que mañana, curso CEAC.
Lo de bailar está bien, no digo que no, pero yo prefiero machacar escamochar cabezas, jibarizarlas, sacrificar vírgenes vestales e incluso si se tercia cantar por soleares.

"Sería bueno recordar lo que decían los antiguos griegos, que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y si la ropa no hace al hombre, el hábito aún menos al monje. Dicho esto deberíamos admitir que el mundo está lleno de estos monos que pretenden esconder lo que realmente son, simples animales. Y no deberíamos culparles a los pobres, así es la vida, ellos también quieren vestir como ricos y parecerse a los ricos. Y paradójicamente el epítome del estilo de los ricos es vestir como un vagabundo. Y por eso vemos a la gente con botas desgastadas de Valentino o llevando vaqueros rotos de Channel. Por suerte, para muchos de nosotros, las apariencias no engañan, porque hoy en día hasta un niño reconoce casi instintivamente la diferencia entre alguien de clase alta y de clase baja, entre un perro de raza y un simple chucho, ¿no es así Naima? Pero pongamos ahora como ejemplo a los musulmanes, los cuáles se mezclan hoy en día con todos nosotros. Hábiles en el arte de ocultar, afeitan sus barbas, beben champán, duermen con putas, y lo hacen vistiéndose como ustedes y como yo, pero siguen siendo los mismos bárbaros que siempre han sido y que siempre serán. Por eso intento decir que estos bárbaros quieren ser como nosotros, pero que lamentablemente nunca lo serán. Porque de la misma manera que el hábito no hace al monje, una minifalda no hace a la puta, un velo no hace al santo. Muy agradecida por su atención."

En un concurso de debates, un juego en el que simplemente hay que jugar a defender un punto de vista sirviéndose de cualquier argumentación que a uno se le ocurra, nada de carácter personal, la concursante que pronuncia este que acabo de compartir queda descalificada por incitación al odio. Pero la película hace trampa y pretende manipular al espectador. Dejando de lado el aspecto físico de la chica, de cánones muy de la Alemania de los '30, estratégicamente no demasiado agraciada para generar rechazo, yo diría que se incurre en la falacia ad hominem, negando la veracidad de ciertas ideas o conclusiones, resaltando las más negativas. O también hay vestigios de una falacia de término medio no distribuido:

La alumna nazi afirma que los inmigrantes (musulmanes) son malos.
Lo que está realmente mal es ser nazi.
Por tanto toda la inmigración (musulmana) es buena.

Se busca una polarización del espectador: o estás de acuerdo punto por punto con el discurso, o estás en el bando de lo políticamente correcto, que está a favor de la integración y eliminación de fronteras. ¿Libertad de expresión? No hay como tal, porque solo hay dos opciones (una que es la mala y otra que es la que te decimos nosotros que es la verdad universal). Por tanto queda un vergonzoso ejercicio de manipulación y adoctrinamiento. El discurso que he reproducido es muy original y para la edad de los participantes es para darle el premio de forma directa, pero como no, la chica árabe resurge cual ave fénix en las siguientes rondas (con unas peroratas anodinas y superficiales que no van más allá de quedar bien, que no certifican ningún talento extraordinario de por sí, resultando totalmente asépticas e impersonales, pero que como no, representan un valor seguro en cuanto a la forzada inculcación de la corrección política que nos llega de todas partes).

Como es evidente, hay un blanqueamiento generalizado de la inmigración (la tendencia es hacerlos ver a todos como chicos buenos, majos, aplicados, currantes y educados) pero la propaganda no cuela.

Si pongo un 6, es porque la primera parte me parece realmente adictiva, debido en gran parte a la carismática personalidad del sarcástico profesor, su inteligencia y conocimiento, es realmente una masterclass. Lo dicho, te topas con uno de esos y te cambia la vida.