Viento de tierra

Lo que Vincenzo Pacelli, nos viene a decir con esta película tristísima es que la vida es una auténtica mierda para muchos seres humanos. De tal manera que en numerosas ocasiones no nos queda otro remedio para sobrevivir que meternos a ser profesionales o funcionarios del Estado, lo cual sólo sirve para empañetar la misma mierda con un sueldo mensual seguro, quizás algún uniforme y otras cagarrutillas que en modo alguno evitan que la vida siga siendo una auténtica mierda carente de la esencia y la maravilla que se supone debía conllevar.

No es una película para depresivos pues les puede hundir aún más psicológicamente. El director no nos narra nada extraordinario sino algo demasiado común en casi todas las familias, lo cual es triste y desanimador pero la realidad constatable y palpable.

Fej Delvahe

Viendo esta película me ha venido al recuerdo aquel filme de principios de los 60 con el que conocimos a Ermano Olmi, "El empleo". Actores no profesionales, estilo escueto, áspero, sin concesiones a la galería. Aire neorealista, que ahora no sé cómo habría que definir -¿quizá postneorealista?-. No es película para ir a pasar un rato agradable, precisamente. Utiliza muy bien la elipsis, deja muchas secuencias como sobreentendidas.
Eso sí, hay que verla en V.O. La doblan y se puede quedar en muy poca cosa.

Los actores son totalmente desconocidos, y realmente buenos; no hay momentos de vacío, ni en la interpretación ni en el guión, a pesar de algunos silencios prolongados.
No se abusa de la música, pero sí del volumen, siempre en favor de la escena, de modo que acierta nuevamente. Además, es muy elogiable la forma de contar sin mostrar imágenes, logra un relato coherente y ameno de la vida de una familia trabajadora sin suerte.
Por otra parte, los últimos diez minutos del final, que evitan que salga uno con mejor sabor de boca del cine.

Tenía ganas de ver una película de este director y no me ha decepcionado. Es cierto que muestra una realidad muy dura, pero palpable cuando se conoce una ciudad como Nápoles, aunque no se visiten sus suburbios. Tal como indicó el realizador, la idea le surgió en Nueva York y el mensaje era mostrar todo lo que una familia, sin recursos y en condiciones de extrema pobreza, puede soportar. Las interpretaciones, con actores desconocidos del propio barrio, son excelentes. Hay algunos rayos de esperanza en el film que quedan desdibujados por el desarrollo de los acontecimientos. Os la recomiendo en un día que no esteis pesimistas.

Siempre llueve sobre mojado parece decir "Viento de tierra" verdadero tour de force de la desgracia. Y esta serie de desgracias se ceban sobre Vincenzo, un jóven napolitano (un actor, este Pacilli, con un enorme parecido a un jóven Antonio Banderas) y su familia. Forzado a tomar las riendas de su familia tras la muerte del padre y más aún con el desalojo de la casa de su madre, Vincenzo se hace funcionario y militar. Marra adopta un estilo sobrio, en momentos distante (lo que a veces es un inconveniente) para narrar estos acontecimientos, apenas una leve música de piano aparece y sin cargar mucho en la emoción. Pacilli, actor debutante mantiene casi todo el film el rostro serio, inexpresivo muchas veces y el desenlace no es para nada un respiro sino otro ahogo. No es un cine para el simple y llano entretenimiento, ni para la ocasional evasión sino para el compromiso, el atrevimiento de hallar realidades desfavorecidas (notable la escena en la que los militares encuentran a su vez gente en peores circunstancias que ellos en Kosovo) y para salir, una vez más, entre satisfecho y angustiado. Es lo que tienen los dramas, los buenos por lo menos. Y este lo es.